Arthur González •  Opinión •  30/03/2018

Cuba 59 sin miedo a los yanquis

Los que en Estados Unidos se imaginan que Cuba puede tener temor por las recientes designaciones del Presidente Donald Trump, no conocen su historia. Ni Mike Pompeo y menos el veterano de 69 años John Bolton, le quitan el sueño al pueblo cubano.

Desde el mismo 1959 Estados Unidos, con el entonces presidente, Dwight Eisenhower, inició una carrera de guerra sucia contra la naciente Revolución cubana, solo por no aceptar ser una neo colonia yanqui, como lo había sido desde 1900, cuando Washington se apoderó de la Isla y le impuso la execrable Enmienda Platt, que les permitió intervenir militarmente cuando lo consideraran conveniente, al mismo tiempo que se apoderaron de la Isla de Pinos e impusieron sus bases en el territorio cubano.

Los cubanos no se amedrentaron cuando Estados Unidos con su Agencia Central de Inteligencia, CIA, organizó en 1961 la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, que terminó en una aplastante derrota en solo 68 horas, ni cuándo la Casa Blanca amenazó con invadirla militarmente durante la llamada Crisis de los Misiles, en octubre de 1962.

Menos aún en enero de 1962, fecha en que el Presidente John F. Kennedy aprobó la Operación Mangosta, la cual estableció la guerra económica y psicológica, con el fin de lograr la sublevación del pueblo, que sería apoyada por la intervención del ejército norteamericano.

Aquellos que piensan que la designación de Bolton como asesor de Seguridad Nacional, puede hacer que los cubanos se amedrenten, se vuelven a equivocar y deben saber que los tiempos son diferentes, hoy los cubanos acumulan más experiencia y están mucho mejor preparados para cualquier contingencia en defensa de su soberanía.

Cuba no tuvo ningún temor para enfrentar los miles de planes terroristas ejecutados por la CIA, que dejaron un saldo de 3 mil 478 cubanos muertos y 2 mil 99 incapacitados; ni las acciones de guerra biológica, ni los planes de asesinatos que jamás pudieron hacer blanco contra Fidel Castro, planes reconocidos en la llamada Comisión Church del Comité Selecto del Congreso, que realizó el estudio de esas operaciones de la CIA.

Tampoco a los cubanos se le aflojaron las piernas después de instalación de las Secciones de Intereses de ambos países en 1977, posibilitándole a la CIA retornar a la Habana con una fuerte Estación, ubicada en su misión diplomática para ejecutar acciones de espionaje, fundamentalmente contra la economía de la Isla.

La respuesta contundente de Cuba fue la denuncia efectuada en 1987, demostrando el poderío de sus órganos de la Seguridad, al publicar en la TV las principales operaciones de abastecimiento ilegal a los supuestos agentes que tenía la CIA, cuando en realidad fueron 27 agentes cubanos que lograron engañar a los experimentados oficiales yanquis. Además, se denunciaron 22 oficiales CIA que con estatus diplomático laboraban en la Sección de Intereses y más de 100 que llegaban a La Habana como diplomáticos en tránsito.

Mike Pompeo conoce bien la historia, porque a pesar del silencio obligado que guardó la prensa oficialista yanqui, debió leer el libro “The Human factor: Inside the CIA’S  Dysfunctional Intelligence Culture”, del ex oficial de fachada profunda Ishmael Jones, aborda en detalles como la CIA enfocó la historia de los agentes dobles cubanos, caracterizando tales hechos como una muestra de su mala profesionalidad.

En cuanto a Bolton, sus inventos en el 2002 sobre “las armas biológicas fabricadas por Cuba”, el tiro le salió por la culata cuando el propio Presidente Fidel Castro en declaración oficial, los calificó de embustes y engaños, asegurando que si un solo científico cubano perteneciente a cualquiera de las instituciones biotecnológicas, hubiera cooperado con cualquier país en el desarrollo de armas biológicas, o hubiese intentado crearlas por su iniciativa, sería sometido a los tribunales de justicia como un acto de traición a la patria.

Bolton ya es un hombre de la tercera edad y si en sus años mozos no quiso incorporarse al ejército para no ir a la guerra contra Viet Nam, y escribió en el 25º libro de reunión de la Universidad de Yale “Confieso que no tenía ningún deseo de morir en un arrozal del sudeste asiático”, no resulta lógico que ahora, a sus casi 70 años, quisiera ver a sus nietos muertos o mutilados, por participar en otra de guerra de las tantas perdidas por Estados Unidos.

Cuba tiene una historia plena de valentía y ha resistido estoicamente los cientos de planes y agresiones proveniente de los Estados Unidos; por tanto, ni Trump, Pompeo o Bolton, le harán perder el sueño y su pueblo seguirá bailando al compás del son y la rumba, como lo hizo durante aquellos días luminosos y tristes de la Crisis de los Misiles.

Haya los yanquis que desde 1959 solo tienen pesadillas por no haber podido derrocar el socialismo, los cubanos como dijo José Martí:

No necesitan ni laurel ni corona, porque respiran valor

*Arthur González*, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Fuente: MartianosHermesCubainformación


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