Arthur González •  Opinión •  23/10/2018

Cubano, no te dejes engañar de nuevo

Por Arthur González*/MartianosHermesCubainformación.- Martha Beatriz Roque Cabello, quien fuera desde los años 90 y hasta la primera década del 2000, la estrella fulgurante de los diplomáticos yanquis acreditados en La Habana, se apagó de la noche a la mañana al descubrírseles sus mentiras y marañas, tejidas hábilmente para obtener dinero fácil proveniente del presupuesto millonario que aprueba anualmente la Casa Blanca, para las acciones subversivas contra la Revolución cubana.

Su gran show fue la célebre “huelga de hambre”, donde pretendió fabricar la historia de que se estaba muriendo por haber decidido dejar de comer, algo que los yanquis le creyeron e inmediatamente organizaron una campaña mediática a su favor, acusando al Gobierno de Cuba de ser responsable de su muerte anunciada.

Martha Beatriz, impostora profesional y con larga experiencia en esos avatares conspirativos, se hizo fotografiar con los ojos cerrados, encima de su lecho “mortuorio”, donde recibió a periodistas de varias agencias de prensa extranjeras, a la fabricada bloguera Yoani Sánchez, e incluso de una diplomática estadounidense encargada del tema de la diplomacia pública, en la entonces Sección de Intereses, logrando engañarlos a todos.

Pero la añeja “disidente” no tuvo en cuenta que la Seguridad del Estado de Cuba, que conoce de sus viejos y gastados trucos, la filmó subrepticiamente cuando le encargaba al vecino del fondo de su vivienda, calabazas, habichuelas, plátanos fruta y abundantes aguacates, los que recibía a través de una pequeña ventana para injerirlos con sopa de pollo, y así mantenerse fuerte y alimentada durante su falsa huelga de hambre.

Al verse desenmascarada en la televisión cubana, no tuvo otra alternativa que suspender su obra teatral y desde ese momento perdió la poca credibilidad que le quedaba con los yanquis, siendo casi nominada para los premios que otorga la TV. Desde entonces su espectáculo pasó a la historia como la “Huelga del Aguacate”.

Con más de 70 años, rechazada por los pocos “disidentes” que quedan en activo, desconocida por el pueblo de Cuba y sin apoyo económico de quienes confiaron en sus actos provocativos, ahora como vieja arpía pretende resurgir de las cenizas en un inventado grupúsculo que nadie conoce en la Isla,  y para ello redactó una misiva “dirigida al pueblo de Cuba”, auto definiéndose como “coordinadora de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios”, en la cual critica el proyecto de la nueva Constitución de la República.

Lo simpático de su carta es el título seleccionado “Alerta al pueblo de Cuba”, como si ella tuviera prestigio y ética para eso, o los cubanos hubiesen olvidado sus marañas.

En su misiva acusa al Gobierno de “haber violado el procedimiento previo para ejecutar un proyecto de Constitución”, cuando el proceso de consulta popular iniciado es el más democrático que se haya realizado y en el mundo no tiene antecedentes, pues ningún otro país ha realizado algo semejante antes de someter la nueva Carta Magna a un referendo para su aprobación.

Siguiendo los dictados de Miami, con el único propósito de recaudar algunos dólares, la vetusta engañadora cuestiona el documento, entre otras cosas, por la definición del Partido Comunista de Cuba y su papel en el país.

Pero lo que realmente causa risas es su afirmación cuando dice: “cubano, no te dejes engañar de nuevo, por quienes nos han mentido por casi 60 años”.

Leer eso de una persona que ha vivido del cuento y el engaño desde que descubrió que ser contrarrevolucionaria era mejor que ser economista, es muy significativo y chistoso.

¿Habrá perdido la memoria? ¿No se acordará de cuando ella informaba telefónicamente a la radio subversiva asentada en Miami, que era “golpeada” por las fuerzas de la Seguridad Cubana, mientras las cámaras de la TV cubana la filmaban en un intento de provocación frente al Ministerio de Justicia y toda Cuba constataba sus mentiras?

¿O cuando en otro momento pasaban las imágenes fílmicas de ella en un centro comercial habanero, donde compraba artículos para su uso personal y a la vez informaba a sus jefes en Estados Unidos que eran gastos para un inventado congreso que no tuvo el menor resultado?

A pesar de ese historial de engañifas, sus amigos en Estados Unidos la recibieron en junio de 2017, donde al parecer Félix Roque, alcalde de la ciudad de West New York, desconoce de sus antecedentes pues, en una especie de teatro bufo, le hizo entrega de la llave de la ciudad, algo que sería rechazado por los ciudadanos si tuvieran la información de sus nefastos antecedentes.

Martha Beatriz Roque Cabello no tiene autoridad ni decoro para acusar al Gobierno de Cuba y menos para “alertar” al pueblo que la conoce perfectamente. Entonces, que vaya a otros con ese cuento, pues como dijo José Martí:

No hay viles mayores que los que miran exclusivamente los intereses de la patria, como medios de satisfacer su vanidad o para levantar su fortuna”.

*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

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