Pablo Iglesias Turrión •  Opinión •  30/01/2019

10 consideraciones para la reunión del Consejo Ciudadano

Hoy no podré asistir a la reunión de nuestro Consejo Ciudadano Estatal. Me conectaré por teléfono en la medida en que las tareas que conlleva mi permiso de paternidad me lo permitan, como hizo Irene en el último Consejo. Sin embargo, quiero hacer algunas consideraciones sobre la situación política general y sobre nuestra situación como fuerza política, dirigidas no solamente a nuestros consejeros sino también a nuestra militancia e inscritos.

1. Vuelve la geopolítica del miedo: golpes de Estado y fake news. La situación internacional está dominada por la competencia entre viejas y emergentes superpotencias y entre diferentes poderes e intereses económicos. La competencia entre Estados Unidos y China tras la llegada de Trump se ha redefinido en términos más agresivos por parte de la administración estadounidense. Por desgracia todo apunta a que en las dos próximas décadas esa competencia se podrá expresar en conflictos militares de mayor escala entre los dos grandes y el resto de actores geopolíticos. De hecho, lo que está ocurriendo en América Latina no se puede desligar de la presión de EEUU por recuperar terreno frente a sus competidores geopolíticos. Reconocer los límites y fracasos de muchos proyectos políticos construidos en nombre de la justicia social, no debe hacernos ciegos ante la normalización de la mentira como instrumento político y a los intereses económicos que mueven los golpes de Estado, por mucho que se hagan en nombre de la democracia. Los amigos y aliados de los dirigentes saudíes no tienen legitimidad para hacer exámenes de democracia a otros países. Debemos seguir defendiendo el respeto al Derecho Internacional, el diálogo y la mediación pacífica para afrontar el conflicto en Venezuela.

2. Los chalecos amarillos son el enésimo indicador del fracaso del neoliberalismo en Europa. La Unión Europea renunció a ser un referente geopolítico de primer orden y asiste a la degradación de sus sistemas de protección social y al fin de buena parte de sus sistemas políticos tal y como los hemos conocido. El proyecto de la Europa alemana, asociado a políticas de recortes y precariedad, está mostrando su agotamiento. La traducción política más evidente es el auge de fuerzas xenófobas y de extrema derecha. Podemos fue y es una de las pocas traducciones en forma democrática a la crisis europea y una barrera frente al autoritarismo. El macronismo, como pretendido contenedor moderado de las crisis del sistema europeo, está revelando sus estrecheces frente a la agresividad social del globalización. Debemos defender una Europa basada en la justicia social, respetuosa de las soberanías y que se construya como actor político internacional referente de los derechos humanos y la legalidad internacional.

3. Los trillizos reaccionarios son la vía aznariana de involución democrática para afrontar la crisis de régimen en España. El nuevo Gobierno de Andalucía señala un modelo para ayuntamientos y comunidades de toda España y para el Estado. La receta es más atlantismo, más neoliberalismo y violencia social, más judicialización para afrontar cualquier conflicto, la recentralización para encarar la crisis territorial y fakeperiodismo de tabloides para dar la pelea del relato. Frente a la extrema derecha y su capacidad directora de la triple alianza aznariana, el feminismo y la revolución de las mujeres señalan el mejor camino de progreso hacia la justicia social.

4. Nuestros adversarios quieren destruir el bloque de la moción de censura. Quieren impedir que ese bloque se convierta en un gobierno de coalición entre Unidos Podemos y el Partido Socialista que sea un referente europeo de políticas de protección del Estado del bienestar y que afronte la crisis territorial desde el diálogo y la negociación política. La moción de censura que sacó al PP del Gobierno y el acuerdo de presupuestos que firmamos en Moncloa con Pedro Sánchez, supusieron la mayor demostración del peso político de Unidos Podemos en España. Lógicamente van a por nosotros y de nuestra madurez y la de nuestros aliados depende que sigamos siendo o no un actor decisivo que pueda gobernar en España.

5. Destruir Unidos Podemos es condición de posibilidad para que solo haya dos alternativas de superación de la crisis de régimen. La más evidente hoy es el modelo aznariano de los trillizos reaccionarios, frente a la que algunos sectores del poder tratan de lanzar un modelo macroniano de gran centro con un PSOE susanista y Ciudadanos como protagonistas. Para eso necesitan lo que algunos analistas llaman una izquierda amable escindida de Podemos. Los acontecimientos de las últimas semanas muestran hasta qué punto fue relevante el debate que tuvimos en el Consejo Ciudadano sobre si apoyar o no el Gobierno de Rivera presidido por Sánchez en 2016. Los inscritos resolvieron el debate de manera clara, pero los adversarios de Unidos Podemos tomaron nota.

6. Hoy Unidos Podemos vuelve a ser un actor determinante para que el acuerdo de presupuestos que firmamos con el Gobierno se haga realidad. Justo en el momento de nuestro mayor peso político en España, cuando buena parte de nuestros dirigentes trabajaban en las negociaciones con el Gobierno para que se cumpla el acuerdo de presupuestos, se ha puesto en cuestión, desde fuera pero con aliados dentro, nuestro sentido como fuerza política.

7. En política la forma es el fondo. La propuesta de superar Unidos Podemos como referencia política del cambio, que representa lo poco que conocemos del nuevo partido de Íñigo y Manuela, es un planteamiento que me parece erróneo pero que es legítimo. Sin embargo, no se ha discutido ni en los órganos ni en ningún proceso de participación en Podemos. Mientras una Asamblea Ciudadana no decida nuestra autodisolución o nuestro fin como referente electoral, en Podemos las decisiones las toman los inscritos y los espacios colectivos de dirección elegidos por ellas y ellos. Hacer las cosas en secreto, por sorpresa y sin contar con los espacios colectivos me parece incompatible con formar parte de Podemos y sus espacios colectivos. Con todo, es legítimo que, por la vía de los hechos consumados, haya compañeros que abandonen nuestra formación. Hay que asumirlo con naturalidad y madurez.

8. Iñigo, a pesar de todo, no es un traidor, sino que debe ser un aliado de Podemos. La indignación ante la falta de respeto a nuestros espacios colectivos es natural y lógica, pero debemos afrontar la situación con madurez y responsabilidad. Nuestro trabajo es ser útiles a la ciudadanía y ello pasa por ser generosos y responsables tratando de construir una confluencia lo más amplia posible. Comparto la preocupación expresada por muchos de nuestros secretarios autonómicos.

9. Podemos debe ahora tener un debate sosegado y la dirección interina de nuestra organización madrileña debe bajar ese debate a los círculos. Debe hablarse de programa, de proyecto para Madrid y también de procedimientos de participación y decisión con Izquierda Unida y con los actores con los que hemos construido Unidos Podemos. Debe hablarse también con otros actores de la sociedad civil y por supuesto con el partido de Íñigo y Manuela. Pero para llegar a ese punto Podemos necesita tener un debate propio sin que se le pretenda imponer tragar con platos precocinados. Hemos cometido errores pero para enmendarlos y asumir responsabilidades nos hemos dotado de procedimientos que deben ser respetados y que tienen sus tiempos.

10. Carmena no es lo que fue pero representa lo más útil que hay para impedir que la derecha reconquiste el poder municipal en Madrid. Me apena que del proyecto de Ahora Madrid de hace cuatro años quede tan poco y nunca entendí el papel que ha jugado el equipo de gobierno Carmena en la Operación Chamartin. Soy consciente de los problemas de burocratización de las organizaciones colectivas como la nuestra pero me parecen preferibles a los partidos de expertos o notables, sin mecanismos conocidos de toma de decisiones, configuración de listas o rendición de cuentas. Es normal que muchos compañeros que compartieron el camino de Ahora Madrid vayan a conformar una candidatura alternativa. A mi entender debemos saludar y escuchar cualquier iniciativa que defienda el municipalismo transformador pero creo que debemos ser responsables asumiendo que, hasta el día de hoy, la opción más viable para que la derecha no vuelva al Ayuntamiento es que Manuela Carmena repita como alcaldesa. Ojalá Manuela quisiera contar con nosotros en esa tarea respetándonos como partido y proyecto colectivo, ojalá contara con todos los que la apoyaron en Ahora Madrid, pero hay algo mucho más importante que nosotros mismos y es que la derecha no vuelva a Madrid.

Fuente: https://www.facebook.com/IglesiasTurrionPablo/posts/2509706872435037?__tn__=K-R


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