Jorge Capelán •  Opinión •  06/09/2019

Y en Nicaragua hubo cambio de régimen…

 
La última encuesta de la firma M&R arroja cifras incontestables que confirman lo que ya se conoce en las calles y comarcas del país, que el Frente Sandinista ha recuperado sus niveles de hegemonía política previos al fallido golpe de abril-junio del año pasado mientras que la oposición golpista se hunde en el pozo de la irrelevancia histórica.
En realidad, el apoyo que cosecha el Frente Sandinista en la actualidad se diferencia del apoyo obtenido en períodos anteriores en que se da en momentos difíciles para el país en los que su capacidad de conducción ha sido puesta a prueba obteniendo la confianza del pueblo.
El fallido «golpe suave» ha resultado en un «cambio de régimen», pero no el que los golpistas esperaban, sino en otro que le dio el lugar político que le correspondía a los sectores de la economía popular, emprendedora, creativa, comunitaria, familiar y solidaria, que ahora representa a la empresa privada del país en el exterior y que junto con las organizaciones sindicales y el Estado negocia el salario mínimo.
Fuerte «voto duro» sandinista
Según la encuesta, hasta un 63.5% de los nicaragüenses, podrían votar por el Frente Sandinista de Liberación Nacional si las elecciones fueran hoy, según la encuesta publicada por M&R consultores a dos años de las elecciones nacionales de 2021.
El FSLN ganó las elecciones de 2016 con un 72.5% de los votos contra una oposición seriamente dividida que en total sumó un 25.3% de apoyo electoral. Para esas elecciones, M&R predijo que el FSLN ganaría con el 64%. Ahora, a dos años de las elecciones de 2021, el Frente Sandinista está en buenas condiciones para reeditar la victoria.
Según el estudio de M&R, el FSLN mantiene su piso electoral histórico del denominado «voto duro», en el 37.5%, al que se le suma un 11.8% de voto suave a favor y un 14.2% de votos probables para un total de 63.5%. La oposición golpista, por su parte, muestra un piso de «voto duro» de solo 3.1%, un voto suave a favor de 8.4% y un voto probable a favor de 25% para un techo de 36.5%.
Golpismo y antisandinismo generan rechazo
El rechazo que genera el golpismo entre la población es un factor decisivo. Mientras que 11.5% de los votantes dijo que votaría en contra del FSLN, 49.3% dijo que lo haría en contra de la oposición. Por otro lado, el antisandinismo como programa político se muestra totalmente inviable y además polarizante. Si 16.3% de los encuestados dicen que no votarían por le FSLN bajo ninguna circunstancia, 38.3% no votaría jamás por la oposición antisandinista.
Tras las causas de este rechazo se pueden nombrar la experiencia directa de la población durante las semanas y meses de tranques durante el fallido «golpe suave», que vino a desenmascarar la agenda de los propios golpistas, así como la campaña de explicación realizada por los medios sandinistas y, probablemente, el efecto «boomerang» que ha tenido la propia propaganda de los golpistas.
El 90.9% de los nicaragüenses cree que las noticias falsas son un problema para la sociedad. 66.8% de los encuestados dice, en los últimos 12 meses, haber leído, escuchado, visto o recibido alguna noticia que haya resultado ser falsa.
El pueblo cree en la democracia
Las predicciones sobre un desencanto popular con la política son desmentidas en la encuesta. 70.8% de los encuestados dice que votará en las elecciones (53.5% definitivamente, 17.3% probablemente), mientras que 22.5% dice que no votará (16.4% definitivamente, 6.1% probablemente).
El apoyo hacia los partidos de la oposición es muy débil. Mientras que 53.4% está segura de que votará por el FSLN o piensa hacerlo, 15.9% está seguro de que votará por alguno de los partidos de oposición o piensa hacerlo. Más de la mitad de esos votantes, 8.9%, no sabe a qué partido opositor votaría. De los partidos de la oposición, ninguno sobrepasa 2.8% de apoyo y la mayoría tiene menos de 1.0%.
La economía, el principal problema
En lo tocante a los principales problemas del país, 71% señaló la economía (especialmente el desempleo y la carestía); 20.6% los problemas políticos; 3.5% la seguridad y 2.4% problemas sociales. Mientras que 50.6% de los encuestados opinan que su situación económica está igual o mejor que el año pasado (32.6 y 18.1%, respectivamente), 49.4% opina que está peor o mucho peor.
Sin embargo, 57.8% opina que el país ha progresado en comparación con la situación hace 6 años, mientras que 32% opina que ha retrocedido. En septiembre de 2018, los que opinaban que el país había retrocedido eran 40.9% y los que opinaban que había avanzado eran 48.4%.
En lo que respecta a la seguridad, 10.4% de los encuestados dice haber sido víctima de un robo o agresión física. 55.7% cree que el nivel de profesionalismo de la policía es aceptable, bueno o muy bueno, mientras que 42.5% lo califica de malo o muy malo.
Voto sandinista fundado en la experiencia
Por otro lado, el apoyo al Fente Sandinista se basa en razones de peso para la mayoría de los encuestados:
44.3% opinan que en el período del año 2007 a la fecha (el segundo período de gobiernos sandinistas) la situación económica y social del país ha sido la mejor. 14.7% creen que fue mejor durante los últimos 10 años del somocismo (1970-1979); 14.3% creen que fue mejor durante el último gobierno neoliberal (2000-2006) y solo 6.0% opina que fue mejor durante la revolución de los años 80 (1980-1989).
Para más del 50%, un gobierno sandinista les da más oportunidades de triunfar en la vida (51.4%); que sus hijos tengan una vida mejor (52.3%); tener mejores condiciones que sus padres (52.2%); tener más oportunidades de empleo (52.3%); tener acceso a una casa propia (53.9%); acceder a salud gratuita (56.0%) y acceder a educación gratuita (56.3%). Para la oposición, las cifras en esas preguntas oscilan entre el 14 y el 16.6%.
En este sentido, las respuestas de la población están influidas, además de por su experiencia histórica, por los resultados de las iniciativas mostradas por el Gobierno sandinista tras la fallida intentona golpista, como por ejemplo el programa de viviendas populares Bismarck Martínez; la inauguración de carreteras y de obras de hospitales en distintos puntos del país, el impulso a la educación, especialmente en el área técnica, así como la atención médica gratuita y masiva a la población.
Retórica no intimida
La retórica agresiva de personeros de los Estados Unidos tampoco es un factor que intimide mayormente a la ciudadanía. 45.1% de los encuestados dijo no sentir temor por los Estados Unidos en caso de que en el país haya un gobierno del FSLN, mientras que 21.2% dijo no tenerlo en caso de que el gobierno sea de la oposición y 33.7% dijo no tener miedo en ningún caso.
Optimismo hacia el futuro
A pesar de que el tema económico es el que más preocupa a los nicaragüenses, solo poco más de 1 de cada 10 cree que la economía de las familias será peor en los próximos 12 meses: 74.2% opinan que será mejor o mucho mejor; 13.9% cree que seguirá igual y 11.9% cree que será peor o mucho peor.
Las cifras de la encuestadora M&R vienen a confirmar la lectura de que la violencia acontecida entre abril y junio del año pasado fue producto de un golpe y no de un «levantamiento popular», tal y como comúnmente se la describe en los medios occidentales.
También muestran que el apoyo al Frente Sandinista se basa en que amplios sectores de la población creen en su capacidad de conducir al país, especialmente la economía, pero también la política social y exterior.
En definitiva, se puede afirmar que la dura prueba del mal llamado «golpe suave» durante los meses de abril a junio de 2018, y todo el período posterior hasta nuestros días han sido una toda una escuela política para amplios sectores de la sociedad nicaragüense que han asimilado ese trance amargo y de él han estado sacando sus conclusiones sobre el camino que el país debe seguir.
 

 


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