William Urquijo Pascual •  Opinión •  09/10/2019

Dolarización, frente de ataque contra la economía venezolana

Venezuela enfrenta un fenómeno de dolarización informal como consecuencia de las acciones asociadas al escenario de guerra económica planteado por sectores oligarcas y las medidas de asfixia impuestas desde el exterior.

La prevalencia de tasas de cambio ilegales provocó en los últimos años una devaluación sistemática del bolívar (moneda local) respecto al dólar, unido esto a una espiral hiperinflacionaria que elevó a una escala exponencial los precios de los bienes y servicios esenciales, y devino reto de las autoridades a la hora de garantizar el bienestar social.

En opinión de la economista Pascualina Curcio, la pérdida del valor de la divisa venezolana, ‘aunque se deba a un ataque criminal a nuestra moneda, es una de las razones por la cual aquellos que tienen la capacidad de ahorrar tratan de migrar hacia monedas ‘más fuertes’ para resguardar sus activos’.

El problema se agrava cuando, quienes teniendo las divisas desean comprar bienes y servicios a lo interno de la economía, pero no hay suficientes bolívares en circulación, estimó Curcio en artículo publicado en el diario Últimas Noticias.

La tendencia a aceptar dólares gana espacio en la mayoría de los establecimientos comerciales de la nación sudamericana, señal de que la moneda estadounidense ‘va ocupando cada vez más espacio y desplazando, aunque informal e ilegalmente al bolívar’, opinó la experta.

LA HEGEMONÍA DEL DÓLAR COMO ARMA

En su artículo Nuevo orden económico mundial, Pascualina Curcio describe que ‘la hegemonía del dólar es un arma poderosa no solo por el dominio que puede ejercer Estados Unidos al tener el control del suministro de la moneda a nivel mundial y las transacciones financieras.

Basar el sistema monetario en ‘la confianza’, y no en activos reales y palpables, permitió a la nación norteña emplear el ataque a las monedas de los países que no se alinean a sus intereses; ‘manipular los tipos de cambio resulta más sencillo cuando el precio depende de una variable tan etérea como es la fiduciaria’, aseveró.

Un informe publicado a comienzos del pasado abril por el portal de investigación Misión Verdad, daba cuenta que -junto al apoyo a un ilegítimo gobierno interino liderado por el diputado opositor Juan Guaidó- la administración estadounidense de Donald Trump preparaba un plan para dolarizar la economía venezolana.

De acuerdo con la publicación especializada, que citó declaraciones del director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry Kudlow, publicadas en el diario The New York Times, Estados Unidos tendría ‘muchos planes para revitalizar la economía venezolana (…); sería un plan de rescate, de reestructuración’.

Según el alto funcionario, estas acciones incluían la utilización de tecnología, como teléfonos inteligentes y aplicaciones, ‘para otorgarle dólares estadounidenses al pueblo venezolano’.

Planes acompañados por el recrudecimiento de la agresión económica y persecución financiera contra el país sudamericano, que alcanzó en agosto la categoría de embargo total de todos los activos y bienes del Estado bolivariano en territorio norteamericano, unido a otras medidas coercitivas contra las exportaciones de petróleo y oro.

El tema de la dolarización centró además el discurso político de diversos sectores de la derecha como la gran solución a la crisis de la economía venezolana, e incluso el excandidato presidencial Henry Falcón enarboló esta propuesta durante su campaña electoral previa a los comicios del 20 de mayo de 2018.

LA IMPOSICIÓN DEL DÓLAR

El escritor venezolano Homar Garcés planteó que la dolarización (de facto) de la economía venezolana comenzó con la campaña orquestada por medios de comunicación de la ultraderecha, que implantaron un clima ficticio de inestabilidad económica, apoyado por páginas como DolarToday, para incrustar un dólar paralelo a su conveniencia.

‘Simultáneamente, se desarrolló una espiral descontrolada de acaparamiento, especulación y contrabando de productos de primera necesidad que afectó, principalmente, a la población de menor poder adquisitivo’, precisó el analista en artículo publicado en el portal Alainet.org.

Señaló que a pesar del modelo económico fomentado por el proceso bolivariano, con tendencia al socialismo, ‘la economía venezolana no ha alcanzado a independizarse de esta hegemonía del dólar’.

El escritor y ensayista Luis Britto García llamó la atención a su vez sobre los riesgos de este fenómeno inducido en el país sudamericano, al aseverar ‘desdichado el país que estando en guerra se deja imponer la moneda por el enemigo’.

En Venezuela el 97,5 por ciento de las divisas proviene de las exportaciones del Estado, principalmente el petróleo, mientras el resto correspondería al ingreso por exportaciones del empresariado, las remesas, y -en el peor de los casos- la legitimación de capitales provenientes de actividades ilícitas, alertó Britto.

‘A pesar de la señalada imposibilidad de adoptar el dólar como signo monetario, todo el que puede abusar de una posición de poder o de una escasez exige el pago en divisas’, explicó el estudioso, quien cuestionó la brecha existente entre el trabajo remunerado en bolívar, ‘que cada vez vale menos’, y bienes adquiridos con dólares.

Para combatir la desigualdad resultante de este fenómeno, el analista exhortó a aplicar de forma eficaz e implacable la Ley Orgánica de Precios Justos, aprobada el 23 de enero de 2014, así como defender el carácter de unidad monetaria única del bolívar, mediante su respaldo directo con los valiosos recursos naturales del país.

Ante el escenario de crisis económica, hiperinflación inducida y devaluación sistemática de la moneda -acentuada- el Ejecutivo nacional emprendió un proceso de reconversión monetaria, modificó la legislación en el ámbito cambiario y creó la criptomoneda petro como alternativa para enfrentar la persecución financiera.

arb/wup/cvl

*Corresponsal jefe de Prensa Latina en Venezuela.

 
Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311445&SEO=dolarizacion-frente-de-ataque-contra-la-economia-venezolana

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