Sindicato de Estudiantes •  Opinión •  20/11/2019

Solidaridad con los jóvenes y trabajadores de Chile y Bolivia

Solidaridad con los jóvenes y trabajadores de Chile y Bolivia

¡Abajo el golpe militar en Bolivia! ¡Fuera el gobierno asesino de Piñera!

América Latina está siendo escenario de auténticos levantamientos populares. País tras país la juventud y la clase trabajadora, los campesinos pobres y el conjunto de los oprimidos se rebelan contra la dictadura del capital que nos lo niega todo a millones de personas. ¡El capitalismo es incompatible con los derechos de la mayoría!

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos hacer llegar todo nuestro apoyo y solidaridad con quienes están protagonizando jornadas históricas y heroicas contra aquellos que pretenden aplastar la determinación y la lucha de millones – y de forma muy especial en Chile y Bolivia – : oligarcas, banqueros, grandes empresarios y mercenarios al servicio del imperialismo norteamericano han desatado la represión más salvaje contra las masas. ¡No estáis solos! ¡Millones de jóvenes y trabajadores en todo el mundo estamos con vosotros, con vuestra lucha que es también la nuestra! ¡Sois un ejemplo y una inspiración para los oprimidos de todo el mundo!

Chile: ¡Abajo el gobierno asesino de Piñera!

Lo que comenzó como un movimiento de protesta por la subida del precio del transporte se ha transformado rápidamente en un movimiento que amenaza los pilares del capitalismo en Chile. Un levantamiento que apunta directamente a todos aquellos que han mantenido durante décadas la herencia de la dictadura pinochetista, la impunidad de sus crímenes, y su dedicada labor a sostener un capitalismo depredador que a través de las privatizaciones y sus políticas ultraliberales ha provocado los niveles de desigualdad más altos del continente.

La determinación de las masas es realmente impresionante. Desde principios del mes de octubre, la juventud y la clase trabajadora han protagonizado movilizaciones históricas, huelgas generales y movilizaciones multitudinarias. Lo han hecho a pesar de la feroz represión desatada por parte de Piñera. Sólo hasta el pasado 14 de noviembre el Instituto de Derechos Humanos de Chile reportaban las cifras de 23 muertos, más de 2.000 heridos y 6.362 detenidos a manos de los carabineros, aunque el propio Ministerio de Justicia reconoce más de 9.000. Estos datos han ido acompañados de imágenes escalofriantes de asaltos, golpes y represión a los activistas que traen inevitablemente a la memoria, las escenas vividas durante la dictadura. Ni los toques de queda ni el estado de excepción han logrado quebrar al movimiento. ¡Todo lo contrario! Han dado más razones para continuar la lucha y han puesto en jaque al gobierno de Piñera.

Fruto de la tremenda fuerza de las masas y su negativa a abandonar la lucha, el gobierno ha tenido que comprometerse a llevar a cabo reformas, empezando por la de la constitución y ha tomado con las dos manos la propuesta de algunos partidos y organizaciones de la izquierda de una Asamblea Constituyente. Los capitalistas, acorralados por la movilización han abrazado esta propuesta porque se trata de un auténtico salvavidas para ellos: bajo este sistema, ninguna constitución garantizará la justicia social y lo derechos que reivindican las masas en Chile, como revela la experiencia en todos los países del mundo. Sólo la lucha en la calle nos permitirá conquistarlos y eso es lo que Piñera quiere evitar a toda costa: con esta propuesta pretende desviar la lucha de las calles hacia las tranquilas aguas del parlamento y las instituciones. ¡Pero la juventud y la clase trabajadora chilena no se dejan engañar por artimañas de este calado y la movilización continúa! ¡Han demostrado su fuerza y su deseo abrumador de acabar con los dictados del capital! ¡La movilización debe continuar para echar de una vez al gobierno asesino de Piñera y establecer un verdadero gobierno de los trabajadores, al servicio del pueblo, y que acabe con la dictadura de un puñado de capitalistas!

¡No al golpe de Estado de la burguesía y el imperialismo en Bolivia!

Los mismos capitalistas que orquestan la represión en Chile para defenderse de una revolución que amenaza sus privilegios, son los que en los últimos días han gestado un golpe de Estado – en mayúsculas – en Bolivia. Desde el Sindicato de Estudiantes lo decimos con todas letras y denunciamos la campaña mediática que a nivel internacional está tratando de presentar este golpe como un “movimiento cívico” y “democrático”. ¡Menuda falacia!

Sólo hay que ver a los “demócratas” que lo han liderado. Conocidos representantes de la oligarquía como Carlos Mesa y Luís Fernando Camacho: responsables de las políticas antisociales que culminaron con levantamientos populares en 2003 y 2005 que derribaron al gobierno; responsables también de la represión a estos levantamientos que se saldaron con más de 60 muertos y 400 heridos; defensores del fundamentalismo religioso cristiano y declarados racistas contra los indígenas.

Pese a la renuncia de Evo Morales como presidente y su salida del país, las masas bolivianas no han aceptado el golpe y se han levantado con fuerza para frenar esta ofensiva de la oligarquía y del imperialismo. Los cocaleros en Cochabamba han protagonizado movilizaciones impresionantes, junto con otras en El Alto y en La Paz, contra el gobierno golpista de Jeanine Añez.

La autoerigida como nueva presidenta de Bolivia, dejaba más que claro su carácter racista y clasista a la comunidad internacional – que ahora la califica de demócrata – y lo hacía mucho antes de este golpe a través de sus comentarios en twitter: “Sueño con una Bolivia libre de ritos satánico indígenas. La ciudad no es para los indios que se vayan al altiplano o al chaco!” declaraba en la red social en abril de 2013. Esta fascista que ahora habla de “unificar el país” y “dar fin a los enfrentamientos sociales”, ya ha comenzado a trabajar para aplastar al pueblo: ha aprobado un decreto para dar impunidad a todos los militares que han reprimido brutalmente las protestas que han dejado ya 23 muertos por disparos de bala y miles de heridos. Es más que evidente que lo que preparan no es ningún proceso democrático ni nada que se le parezca: quieren ahogar en sangre a un pueblo que se levanta contra las injusticias a las que les someten los capitalistas y sus representantes. Por eso aprueban decretos de este carácter: para legalizar la represión y poder aplastar el levantamiento de los oprimidos con la ley en la mano. Saben que si no lo hacen, sus privilegios estarán en peligro y no están dispuestos a renunciar a ellos.

La hipocresía de los gobiernos al servicio del capital

Por supuesto, las instituciones del sistema a nivel internacional, sus partidos y parlamentos, ya se han apresurado para dar cobertura y legitimidad al gobierno golpista en Bolivia. Al fin y al cabo, los oligarcas en América Latina y en EEUU son buenos amigos, en el fondo, de los capitalistas europeos y juntos han hecho muy buenos negocios a costa del expolio de los recursos naturales y los trabajadores y campesinos de América Latina.

Los canales oficiales de los gobiernos de Trump en EEUU, Bolsonaro en Brasil, Boris Jonhson en Reino Unido o Putin en Rusia, entre muchos otros, ya han felicitado a Jeanine Añez por su nuevo cargo. También la Unión Europea la ha reconocido como presidenta interina de Bolivia y la eurocámara se niega a calificar lo ocurrido como “golpe de Estado”.

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos denunciar su hipocresía: la suya y la de todos los medios de comunicación a su servicio que no hacen otra cosa que defender los intereses de una minoría, aunque sea a costa de las mayores mentiras y manipulaciones posibles. Se llenan la boca de “derechos humanos” y “democracia” de la forma más hipócrita posible. Cuando millones de refugiados mueren en el Mediterráneo o son internados en campos de concentración en EEUU se les olvidan los derechos fundamentales. También se les olvidan cuando desatan guerras imperialistas que destruyen países enteros o cuando las grandes multinacionales destruyen nuestro planeta. En cambio, cuando la juventud y la clase trabajadora se levantan para defender sus derechos y su dignidad, protagonizan levantamientos y revoluciones que amenazan los intereses de los capitalistas, desatan campañas “en defensa de la democracia”, les criminalizan y les reprimen con total impunidad.

También queremos denunciar la vergonzosa actitud del gobierno en funciones de Sánchez que no ha dicho ni palabra sobre el golpe de Estado, dándole en la práctica cobertura. Del mismo modo ha guardado silencio sobre los muertos en Chile por la represión. Esto no es ni más ni menos que un gesto de respaldo a ambos gobiernos: al gobierno asesino de Piñera y al gobierno golpista de Jeanine Añez. ¡Es una auténtica vergüenza!

Desde el Sindicato de Estudiantes mandamos toda nuestra fuerza y apoyo a los estudiantes, a la juventud, a la clase trabajadora y los campesinos que en Chile y Bolivia están luchando contra el sistema que nos condena a los oprimidos de todo el mundo a la pobreza, a la precariedad y a la explotación. Llamamos a toda la juventud a participar en todas las acciones y protestas de apoyo que se organicen en solidaridad con el pueblo de Chile y Bolivia y a combatir la campaña de mentiras en defensa de los capitalistas y sus negocios.

En Chile y en Bolivia, pero también en el resto del mundo, hoy vemos con total nitidez que la única alternativa para lograr la auténtica democracia, la justicia social y acabar con los problemas de millones es poner fin a la dictadura de los capitalistas: expropiar a la oligarquía, los banqueros y los grandes monopolios para poner la riqueza bajo el control democrático del pueblo y los trabajadores. Sólo así se podrá garantizar empleo y salarios dignos, sanidad y educación públicas, derechos democráticos: esto es luchar por la transformación socialista de la sociedad. En esa batalla, compañeros y compañeras de Chile y Bolivia, ¡estamos con vosotros!

¡Abajo los gobiernos golpistas y corruptos al servicio del capital!

¡Que viva la lucha de la clase trabajadora y la juventud!


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