Denuncian que Isabel Díaz Ayuso gaste recursos públicos para seguir escondiendo la historia de la Real Casa de Correos
- La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama que se señalice el que fue un terrible lugar de secuestro y tortura de la dictadura franquista.
- “Las instituciones democráticas tienen el deber de reconocer a quienes se atrevieron a enunciar la palabra libertad cuando estaba prohibido hacerlo”.
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La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha registrado un escrito dirigido a la presidencia de la Comunidad de Madrid en relación a la señalización de la Real Casa de Correos como un lugar de secuestro y tortura utilizado por la dictadura franquista para perseguir a quienes tenían otras ideas políticas o conductas morales que no toleraba el franquismo.
La semana pasada, diversos medios de comunicación publicaron la noticia de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional contra el expediente con el que el Gobierno central pretende declarar la Real Casa de Correos como lugar de memoria democrática. Es poco comprensible que una institución democrática utilice recursos públicos para esconder la historia del edificio y lo haga con argumentos como que en ese lugar ocurrieron muchas cosas y no hace falta señalizar todas.
Emilio Silva, presidente de la ARMH afirma que “las instituciones democráticas tienen el deber de reconocer a quienes se atrevieron a enunciar la palabra libertad cuando estaba prohibido hacerlo y podías pagar un precio terrible. Y lo hicieron para que hubiera unas urnas donde pudieran depositarse papeletas con ideas diferentes a las suyas; esa es la verdadera defensa de la democracia”.
Añade la ARMH que en los últimos veinte años se han instalado en la fachada del edificio dos placas que recuerdan acontecimientos que no han ocurrido dentro de sus paredes. Una, dedicada a los muertos en los atentados del 11 de marzo de 2004; la otra, a las personas que murieron por COVID, en especial a las que murieron en soledad. Si se pueden conmemorar en ese lugar acontecimientos que no han ocurrido en él es incomprensible que no se quiera rendir un homenaje a las personas que sufrieron detenciones ilegales y torturas durante la dictadura franquista por ser disidentes políticos y morales de un régimen que negaba las libertades y los derechos humanos. Las miles de personas aterrorizadas y apaleadas en ese edificio merecen que no se olvide su sufrimiento y su honorable defensa de la democracia para que un día quienes han ocupado sus despachos en las últimas décadas como miembros del Gobierno autonómico fueran elegidos en unas elecciones libres y no por el dedo y la firma del dictador.
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Añade Emilio Silva, que “el Partido Popular pone placas del 11M y del Covid y están utilizando la fachada de la presidencia de la Comunidad de Madrid para sobreactuar y esconder sus actuaciones en esos acontecimientos”. Y concluye: “lo terrible es la falta de empatía con personas que fueron secuestradas y torturadas en ese edificio».
La reclamación para que ese edificio recuerde la historia de los oscuros años en los que fue la Dirección General de Seguridad de la dictadura franquista la han llevado a cabo las personas torturadas en él y organizaciones que defienden la memoria histórica desde hace décadas. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha registrado tres peticiones en ese sentido, ante tres presidencias distintas de la Comunidad de Madrid, antes de que existiera la ley con la que ahora el Gobierno central tramita el expediente.
Finalmente, la ARMH pide que no se gasten recursos públicos para esconder la terrible historia de la Real Casa de Correos durante la dictadura, cuando fue Dirección General de Seguridad. Que se instale una placa que recuerde a todas las personas que sufrieron torturas y defendieron las libertad cuando hacerlo era un delito que te podía costar la integridad física e incluso la vida. Que la Comunidad de Madrid rinda homenaje a todas esas personas agradeciendo su lucha para que en España volvieran a celebrarse elecciones democráticas y quienes dirigen las instituciones de la Comunidad de Madrid hayan sido elegidas mediante el método que las personas torturadas se atrevieron a defender y reclamar en plena dictadura.