¿Podría una roca cantar?
Esta es la pregunta que la escritora Fanny Rubio despierta en el lector desde el propio título de su nueva obra definida como ensayo poético: «La taranta minera. El canto de la roca» (Huso Editorial, 2022).
«Al recorrer la historia de mi ciudad, Linares, José Cabo Hernández nos habla de los «antiguos cantos de Linares» donde a partir de 1563 y hasta 1567 se registran cuarenta y dos minas, treinta y tres de las cuales están en su término y el resto se ubica en Baños, Vilches y Bailén». Así comienza «La taranta minera. El canto de la roca» (Huso Editorial, 2022), el nuevo libro de Fanny Rubio, una obra que la autora define como «ensayo poético». Pero, ¿acaso podría una roca cantar?
Los ingenieros de minas comprobarían en algún momento de sus labores cómo los mineros acostumbraban, desde hace siglos, a decir cantares llevados por su experiencia límite como trabajadores de la profundidad. En íntima conexión con la piedra y los cantes de tarantas está el fondo, el canto subterráneo, el canto del cantero. El cante del fondo es pura piedra, riesgo, soledad, hondura.
Para Fanny Rubio su libro es «Una postal o ensayo poético de apenas cien páginas, de acompañamiento a los cantes de los mineros de mi tierra, Linares, a quienes conocí de niña a través de sus hijas y desde el mostrador de la tienda de ultramarinos de mis padres. De paso he hilado los recuerdos de mi niñez cuando se produjeron los cierres de muchas minas que obligaron a emigrar a centenares de familias de mi entorno, entre ellas las de muchas compañeras de Instituto a quienes nunca más volví a ver. También homenajeo a una novela muy querida, La mina, del escritor realista Armando López Salinas, pionero en el estudio de este medio social. He recordado mis lecturas de distintos trabajos de folkloristas del cante popular como lo fue ‘Demófilo’, padre de los Machado y rememoro brevemente repertorios de mis cantaores de tarantas favoritos, incluyendo la última taranta que escuché hace unos meses en la presentación del libro de un amigo».
Cante y piedra llevan la soledad por compañía en una especie de tanteo trágico en lo oscuro, a la espera de quien les haga hablar con temblorosa música, manifestarse en convivencia. La «taranta» o cante de minero es justamente ese cantar de fondo, cante de la mina, voz de la roca de las profundidades, entonado por una garganta que está en riesgo en los oscuros límites de la profundidad, pero que aporta lo que ese ser humano que la entona precisa para sobrevivir: superación del miedo, valor para dar un nuevo paso en lo oscuro, rescatar esperanzas milenarias compartidas con los oyentes y entregar la fatiga en el abrazo con la piedra.
Fanny Rubio, nacida en Linares (Jaén), es en la actualidad catedrática emérita de Literatura en la Universidad Complutense de Madrid. Impartió docencia en la Universidad de Granada y la Universidad de Fez. Dirigió el Instituto Cervantes en Roma.
Ha publicado, entre otras novelas, El dios dormido (Alfaguara) y El hijo del aire (Planeta). Cuenta con los libros de poesía Retracciones -(Endymion), Reverso (Maillot Amarillo), Dresde (Devenir) y 25 poemas (Fundación Málaga) y entre sus ensayos se encuentran Baeza de Machado (Fundación Lara), y Las revistas poéticas españolas (Turner). Editora de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, cuenta con numerosos premios. Ha sido traducida al italiano, inglés, alemán, árabe y serbio.
Este libro es un homenaje a los mineros de su tierra.