EEUU arresta a otro investigador chino acusado de espionaje industrial

Las autoridades estadounidenses han vuelto a detener a un estudiante de origen chino acusado de realizar espionaje industrial. En esta ocasión se trata de un científico que contaba con una beca de investigación en la Universidad de Virginia.

“Haizhou Hu, un ciudadano chino que realizaba investigaciones en la Universidad de Virginia (noreste de EE.UU.), fue arrestado hoy y acusado a través de una denuncia penal de dos delitos federales”, informó el Departamento estadounidense de Justicia.

En un comunicado emitido el viernes, la Justicia estadounidense explica que el científico, de 34 años, está acusado de “acceder a una computadora sin autorización o de exceder la autorización para obtener información de una computadora protegida y de robo de secretos comerciales”.

Conforme revela una evaluación de rutina realizada por las autoridades estadounidenses, prosigue, el investigador chino estaba en posesión de un código de software de simulación de investigación que no estaba autorizado a poseer y que representaba el resultado de años de investigación de miembros de la comunidad académica de la Universidad de Virginia.

Su detención se produjo después de que intentara el martes tomar un vuelo en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago (centro-este de EE.UU.) con destino a China, agrega la nota.

Washington acusa a Pekín de lanzar un programa, llamado mil talentos, con el fin de reclutar expertos internacionales en investigación científica, innovación y espíritu emprendedor. El Gobierno chino rechaza tales acusaciones.

En esta misma línea, EE.UU. detuvo la semana pasada a Zhengdong Cheng, profesor de la Universidad de Texas A&M, que trabajaba en proyectos para la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés) por vínculos con instituciones académicas y comerciales estatales chinas.

Las tensas relaciones China-EE.UU. se agudizaron después de que Washington clausurara el consulado chino en la ciudad de Houston (en el estado sureño de Texas), acusando a los diplomáticos del gigante asiático de dedicarse a actividades de espionaje, algo que también desmiente el Gobierno de Pekín.