José Manuel Matencio Ojeda •  Memoria Histórica •  25/01/2019

Hallados los primeros represaliados del Franquismo en el cementerio de La Salud en Córdoba: “es hora de rescatar estos cuerpos, de curar y sanar esta herida”

Han pasado más de 80 años del golpe de estado que desembocó en guerra civil. Los destrozos en personas que murieron defendiendo a la República y sus contrarios, fueron enormes. Cuantiosos. La dictadura terminó con la muerte de Franco, y no se le pidió cuentas a nadie. Pero el daño moral, físico y psicológico al que nos abocó el franquismo, todavía perdura. Y estos rescoldos (o estas llamaradas), sin saber por qué, nos han vuelto a quemar.

Hallados los primeros represaliados del Franquismo en el cementerio de La Salud en Córdoba: “es hora de rescatar estos cuerpos, de curar y sanar esta herida”

Ayer, 24 de Enero, contemplamos como los técnicos, descubrían los cráneos de 3 cadáveres más. Cuando los cadáveres se les entreguen a sus familiares, este acto, formará ya parte de la historia. Ahora forma parte de la tragedia en la que el golpe de estado de Franco, dejó sumida a España.

Era la evidencia de la guerra y de los asesinatos perpetrados y no asumidos por nadie. ¡Pero eso no puede ser!. Si cuando alguien muere las autoridades como obligación tienen que saber cuál ha sido la causa y quienes los responsables de la muerte. ¡Esto no puede ser!

El franquismo llenó de dolor e ignominia a todo un pueblo.

Cuando en 1945 se inicia el Proceso de Núremberg de las fuerzas a liadas contra dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nazi por abusos y crímenes contra la humanidad, las naciones, ya liberadas pusieron el grito en el cielo, y los jueces, advirtieron al pueblo alemán que no confiaran más en dirigentes que los lleven a la perdición.

Mientras tanto, en España se pasaba por los momentos más duros y más oscuros del franquismo.

Franco nunca pensó que Hitler perdería la guerra y sus dirigentes serían juzgados y condenados y, su política de exterminio fuera condenada como crímenes contra la Humanidad; tanto es así que en España se crea la 250ª División de Infantería (La División Azul) para ir a luchar contra el comunismo y la Unión Soviética, que era una de las naciones aliadas que luchan contra Hitler. Fueron unos 50.000 soldados “voluntarios” los que participara en más de una de las batallas libradas, entre ellas la de Leningrado.

La implicación de la aviación alemana, con su “división Cóndor”, en el golpe contra la República, hace que Hitler le pida a Franco una compensación por ello y se implique en la Guerra Mundial. El 12 de Junio de 1940, España se convierte en un país aliado a las potencias del Eje, aunque no beligerante (no participa en la guerra).

Hoy, aquellas heridas no se cerraron. Aquí está la prueba. Pero faltan todavía muchas pruebas para completar esas 4.000 personas que, de toda la provincia yacen bajo tierra.

Han pasado más de 80 años del golpe de estado que desembocó en guerra civil. Los destrozos en personas que murieron defendiendo a la República y sus contrarios, fueron enormes. Cuantiosos. La dictadura terminó con la muerte de Franco, y no se le pidió cuentas a nadie. Pero el daño moral, físico y psicológico al que nos abocó el franquismo, todavía perdura. Y estos rescoldos (o estas llamaradas), sin saber por qué, nos han vuelto a quemar.

La derecha que en años no se resarcía de su sentimiento de culpa, ya lo ha superado y, se ha presentado en Andalucía como una derecha montaraz. Es decir, montada a caballo, como en sus mejores tiempos, donde le estorban los emigrantes, donde su carácter machista se vitorea y, su antifeminismo lo presentan como la mentira de las mujeres, además con un largo etcétera de excentricidades.

Un equipo de técnicos ha encontrado nuevos cadáveres que, serán 4.000, que la sociedad y nosotros, tenemos la obligación de rescatar y entregarlos a sus familiares, como prueba y como argumento. Es hora de rescatar estos cuerpos, de curar y sanar ésta herida.

Será, y tenía que haber sido, el paso previo para que esta sociedad, todos y todas incluidos, pueda mirarse a la cara y ver en el espejo de la realidad, que su rostro es el reflejo de una sociedad digna. Queremos que estos cadáveres estén con sus familiares y, formen ya, parte de nuestra historia y no de nuestra tragedia enterrada.


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