Cubainformación • Vídeos • 15/04/2024

Gestionar la protesta: ¿lecciones de Cuba para el mundo?

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- En marzo, un migrante marroquí moría en Madrid durante una huelga de hambre, en protesta por la parálisis en el sistema español de asilo y refugio (1).

Pero en medios como Telemadrid, la “huelga de hambre” desaparecía de los titulares: “Muere un inmigrante alojado en un hostal de San Fernando de Henares de un infarto”, leíamos (2). Ahora imaginen que sea en Cuba donde alguien que reclame algo a sus autoridades se ponga en huelga de hambre y muera. La catarata informativa la conocemos de sobra (3) (4).

Hace unos meses, un joven cubano era abatido a tiros por la policía. Pero como fue en Galicia y no en Cuba, no hay escándalo. La prensa gallega reprodujo la versión policial (defensa propia) y a otra cosa mariposa (5).

El pasado 21 de marzo, el presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel se reunía con cientos de personas en las calles de Songo-La Maya, una localidad de Santiago de Cuba (6). Allí explicó la dura situación del país y respondió a preguntas de la población. Fue cuatro días después de las protestas ocurridas, a pocos kilómetros de allí, por los apagones y la falta de alimentos (7). ¿Se imaginan al presidente Emmanuel Macron, en una calle de Francia, dialogando con los agricultores, tras sus protestas? Ni lo intenten. Porque en las “democracias” las protestas se arreglan a palos (8). No como en la “dictadura” cubana donde, en pleno momento álgido de la protesta, las autoridades de Santiago de Cuba acudieron a dialogar con la ciudadanía. Sin represión, ni violencia (9).

Nada que cuente la prensa internacional que, además, oculta la causa inducida de la crisis de Cuba y, por tanto, de las protestas: el cerco criminal a su comercio, sus finanzas y sus ingresos por parte del Gobierno de EEUU (10).

Un cantante que, en Cuba, tenga el más mínimo problema con un programador de conciertos, ya es convertido por los medios en un “artista censurado” (11). Ahora, si este cantante es vetado y acosado en Miami, la cosa cambia. El último caso es el del dúo cubano de reggaetón Charly y Johayron (12). En una entrevista, declinaron contestar a las preguntas insistentes sobre política en Cuba, y de inmediato se desencadenó una campaña de boicot, con una manifestación incluida (13). ¿Censura, represión, falta de libertad artística? No leeremos uno solo de estos términos. O, mejor dicho, no leeremos nada sobre el caso. El macartismo de Miami no es noticia.

Seguimos en Florida, donde una nueva ley prohíbe ahora a las personas sin techo dormir en espacios públicos (14). En ese estado hay 30 mil personas en esta situación (15), 653 mil en todo EEUU (16). Esconder la pobreza se ha convertido en una obsesión en los países más ricos del mundo. Como en Francia, donde la policía ha realizado traslados masivos de personas sin hogar fuera de París, de cara a los próximos Juegos Olímpicos (17).

¿Se imaginan que un buque choca y derrumba un puente en Cuba, causando seis muertes (18)? ¿O que un avión repleto de pasajeros realiza un aterrizaje de emergencia tras perder una rueda (19)? “País en decadencia” sería la expresión más suave que leeríamos en cientos de noticias (20). Pero como estos sucesos han ocurrido en Baltimore y San Francisco, son simples accidentes.

No salimos de EEUU. Allí las leyes permiten que menores de 12 años trabajen en la agricultura (21). ¿Han leído algún reportaje de denuncia de la situación de la infancia en este país, único que no ha ratificado la Convención de los Derechos del Niño y la Niña (22)? ¡Cómo cambiaría el cuento si ocurriera en Cuba! Tendríamos severos informes de ONG, financiados con subvenciones de Washington, ruedas de prensa, entrevistas y reportajes (23).

Cien tiroteos masivos (más de uno por día) y nueve masacres (24): son datos del primer trimestre de este año en los EEUU, país donde hay más armas que habitantes (25). Durante la “Spring Break”, las vacaciones estudiantiles de marzo, la ciudad de Miami Beach impuso el toque de queda de medianoche, como medida de seguridad (26). Pero la prensa de Miami, que informa de manera fría sobre cada tiroteo en su ciudad (27), cambia el discurso cuando se trata de Cuba, país donde jamás se dan ni masacres ni tiroteos masivos. Un titular: En Cuba “se dispara la delincuencia y el régimen no hace por enfrentarla” (28).

Cada día, en EEUU, 300 personas mueren por sobredosis (29), cifra que se ha multiplicado por 50 en la última década (30). “Muere un bebé y tres son hospitalizados por consumo de fentanilo en una guardería de Nueva York” (31). Sustituyan en este titular Nueva York por La Habana, e imaginen cómo el tono de la noticia pasaría del frío informativo al fuego condenatorio contra el “régimen cubano”.

Gestionar la protesta: ¿lecciones de Cuba para el mundo?

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