Redacción •  Negocios y Ocio •  05/03/2020

Londres y sus rivalidades futbolísticas

Un fin de semana cualquiera en una ciudad como Londres puede suponer para un aficionado al fútbol una experiencia única; de norte a sur y de este a oeste se suceden en sus barrios estadios con una tradición que sobrepasa lo imaginable. Es una de las diferencias entre el futbol inglés y otras ligas de referencia en Europa, como la Liga y la Serie A italiana.

Londres y sus rivalidades futbolísticas

El norte, representado por Tottenham Hostspur y Arsenal, encierra uno de los derbis más bonitos y pasionales del fútbol inglés.

Dos clubes que en los últimos años han desarrollado un crecimiento sin precedentes con estadios de última generación, proyección internacional y éxitos deportivos acompañan a dos de los equipos más reconocibles del fútbol británico de los últimos tiempos. La rivalidad entre estos equipos sobrepasa tanto fronteras como rivales ya que desde que la llegada del magnate ruso Roman Abramovich a las filas del Chelsea, el vecino del norte, el trono de Londres se disputa entre tres.

En el este de la ciudad West Ham United, hoy patrocinado por Betway, lucha por encontrar su sitio en estos tiempos del fútbol glamuroso: uno de los equipos más admirados de Inglaterra, con una de las aficiones más fieles ha visto como su antigua casa, Boleyn Ground, era sustituida por el nuevo estadio olímpico, nada es lo que era.

West Ham y Millwall, otro de los equipos del este, guardan una rivalidad digna de mención y, aunque sus caminos en lo deportivo no se cruzan con asiduidad, cada vez que lo hacen saltan chispas literalmente.

El derby del este es sin duda alguna el rey de los derbis en la capital británica, es algo más que un encuentro de fútbol, es una declaración de guerra en toda regla. Esta fuerte enemistad entre West Ham y Millwall se remonta a la huelga de 1926 sucedida en el puerto de Londres: los aficionados del West Ham, club representado por los constructores de barcos, iniciaron y siguieron un paro laboral que los aficionados del Millwall, representados por los estibadores, no secundaron. La fuerte enemistad supera lo deportivo para entrar en otros campos como el laboral.

La rivalidad llega hasta nuestros días: en 2009, en la Carling Cup, se vieron las caras ambos equipos y sus aficiones. Estas últimas protagonizaron uno de los episodios más lamentables del fútbol londinense con peleas antes y después del encuentro y durante el mismo generando interrupciones por las contantes invasiones al césped por parte de ambas aficiones

En el oeste el rey indiscutible es el Chelsea, uno de los clubes más laureado en los últimos tiempos mantiene fuertes rivalidades con dos equipos que, sin ser tan conocidos, siguen siendo dos históricos de la capital británica, Queens Park Rangers y Fulham: el primero desde los años 60s profesa un odio visceral contra sus vecinos Blues y el segundo, el Fulham está viendo como desde su regreso a la Premier allá por 2001 recrudece temporada tras temporada la rivalidad con el gigante azul.

En el sur de Londres el Crystal Palace parece navegar en solitario ya que su máximo rival, el Charlton Athletic, se encuentra sumergido en la Championship. Ambos clubes mantenían cierta rivalidad con el extinto Wimbledon actual Milton Keynes.