Al Mayadeen •  Internacional •  03/07/2023

Enfermedades y violaciones: secuelas del conflicto en Sudán

A dos meses y medio de iniciados los irracionales enfrentamientos entre caudillos militares, la población se confirma como la principal víctima de la guerra, las enfermedades y la falta de recursos básicos.

Enfermedades y violaciones: secuelas del conflicto en Sudán

Los residentes de Khartum, capital de Sudán, despertaron este domingo con más bombardeos y enfrentamientos entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), a pesar de las advertencias de organismos internacionales sobre las consecuencias fatales de esos combates para la salud y seguridad de la población civil.

A dos meses y medio de iniciado el conflicto, ya son significativos los problemas colaterales fuera de control, como la propagación de enfermedades y la desnutrición infantil dentro de los campamentos para desplazados, y las agresiones sexuales en ciudades tomadas por las fuerzs paramilitares.

En el suburbio de Omdurman, al noroeste de Khartum, testigos locales contaron a la prensa sobre escaramuzas con varios tipos de armas en las áreas de Hay al-Arab, el mercado popular y al-Arda, mientras aviones de combate sobrevolaban la capital y sus suburbios.

Por su parte, las FAR comunicaron el derribo de un avión Mig en la región de North Bahri (Kabbashi), según sus voceros para responder a los ataques de «los remanentes del difunto régimen» y porque, según ellos, la aeronave estaba bombardeando a ciudadanos inocentes.

Testigos oculares informaron también de un asalto de las FAR contra el cuartel general de las Fuerzas Centrales de Reserva, en el centro de Omdurman.

Otros contaron a la prensa local y extranjera sobre los numerosos vehículos de las FAR en camino hacia el área de Al-Shajara, donde se encuentra el Comando del Cuerpo Blindado», al sur de Khartum.

La Agencia Anadolu citó a testigos presenciales de combates en una zona al sur de Khartum, con armas pesadas y ligeras.

Al mismo tiempo, la ciudad de Omdurman fue testigo de feroces luchas y se escucharon los sonidos de cañones, además del intenso vuelo de aviones de guerra y el levantamiento de llamas y humo.

El Ejército y las FAR confrontaron también en los barrios de Halfaya y Kadro en Bahri, al norte de la capital.

Violencia sexual adicional

Más de 600 mil sudaneses desplazados buscaron refugio en países vecinos, sobre todo Egipto en el norte y Chad en el oeste, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones.

Chad, en la frontera con Darfur, recibió a miles, aunque  su superficie equivale a una cuarta parte del tamaño de Sudán.

Desde el estallido del conflicto, la región de Darfur vivió algunos de los peores actos de violencia,  con vejaciones, violaciones sexuales, asesinatos étnicos y saqueos generalizados, según confirman organizaciones humanitarias y testigos.

La unidad gubernamental para combatir la violencia contra las mujeres y los niños reportó nuevos casos de agresión sexual asociados al conflicto armado.

El acumulado es de 42 denuncias en la capital, 21 en la ciudad de El Geneina, centro del estado de Darfur Occidental, y 25 en Nyala, la capital de Darfur del Sur. Según los testimonios, la mayoría de los perpetradores pertenecen a las FAR, y muchos casos ni siquiera se comunican. 

Precariedad en los campamentos

Incluso antes del estallido del conflicto actual, Sudán era uno de los países más pobres del mundo y más de la mitad de la población necesitaba asistencia humanitaria y protección, según Naciones Unidas.

Cientos de miles de desplazados internos buscan refugio en zonas no afectadas por los combates, pero sufren la ausencia de servicios básicos, como agua, alimentación y servicios sanitarios, y están expuestos a enfermedades estacionales o epidémicas sin recursos para prevenirlas o curarlas por el nivel de precariedad de los espacios habitables.

Este domingo, la organización Médicos Sin Fronteras advirtió que en el estado del Nilo Blanco, a 350 kilómetros al sur de Khartum, llegan cada día más cantidad de desplazados.

Las organizaciones humanitarias insisten en la importancia de destinar salvoconductos para el paso de la ayuda a esos campamentos, sobre todo con el inicio de la temporada de lluvias (entre junio y septiembre), cuando las numerosas inundaciones suelen cobrar víctimas e impedir la circulación en las vías.


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