El susurrador de Trump: Marco Rubio tiene el oído del presidente para América Latina

Por eso cuando se trata de América Latina, el jefe empresarial ejecutivo convertido en presidente escucha a un hombre de quien se burló y ridiculizó durante la campaña electoral hace un año: Marco Rubio.

Fue Rubio quien organizó un encuentro en la Casa Blanca con Lilian Tintori, una activista por los derechos humanos, esposa del disidente venezolano encarcelado Leopoldo López. Después de esa reunión, Trump tuiteó su apoyo a López y el rechazo al asediado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Fue Rubio quien ayudó delinear el cambio en la política hacia Cuba en semanas recientes, lo cual culminó con la primera visita presidencial a Miami de Trump para cumplir una promesa de campaña electoral a los cubanos conservadores que le dieron el voto para llegar a la Casa Blanca.

Y Rubio está bien posicionado para aprovechar ese vacío de liderazgo en el Departamento de Estado y comunicarse directamente con un presidente que detesta la habitual diplomacia y política exterior hacia América Latina, según entrevistas con ex asesores en política internacional de Rubio y funcionarios del Departamento de Estado.

“Ellos me han preguntado por mis consejos sobre básicamente todas las cuestiones en América Latina y el Hemisferio Occidental y… hemos estado trabajando con ellos y han sido muy abiertos”, dijo Rubio. “De alguna manera, el hecho de que no vinieron con ideas preconcebidas sobre qué hacer ha creado un espacio para el debate”.

Y hay mucho espacio.

A seis meses de su administración, Donald Rump no ha designado más de una docena de funcionarios de alto rango en el Departamento de Estado, incluido al Secretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, el máximo diplomático a cargo de América Latina.

Y el presidente se acogió al consejo de algunos de sus propios funcionarios y un pequeño grupo de congresistas republicanos a favor de que Rubio terminara el trato sobre Cuba.