André Abeledo Fernández •  Opinión •  02/11/2020

Denunciemos la falsa rebeldía del fascismo que trata de utilizar el sufrimiento por el COVID-19 en su beneficio.

Las trabajadoras y trabajadores no protestamos para hacer botellones, luchamos por la vida, por nuestros derechos, por nuestra dignidad.
Y también luchamos contra el COVID-19 y por la salud de los nuestros, somos disciplinados porque nos mueven el amor y la solidaridad con nuestros mayores y con nuestra clase.
La clase obrera esta siendo un ejemplo durante la Pandemia, esta llevando la peor parte en esta crisis, pero también esta demostrado su capacidad de resistencia y su ejemplaridad.
Los degenerados que se manifiestan contra el toque de queda no són clase obrera, són fachapijos, neonazis. Los trabajadores luchamos por la vida no por mierda.
Los negacionistas que protestan contra las medidas para vencer al COVID-19 són del nivel intelectual de Ayuso y los que aprovechan las algaradas para robar són ladrones.
La extremaderecha no dá para más y azuza a los suyos para crear una sensación de inestabilidad aprovechando una Pandemia.
Las protestas por las restricciones contra la covid-19 que provocaron los disturbios en ciudades como Barcelona y Burgos són un ejemplo más de que para la ultraderecha todo vale.
El director de la policía catalana atribuye los incidentes a “grupos minoritarios muy violentos y organizados” de extrema derecha.
El fascismo pretende utilizar el dolor y la muerte en su beneficio, la ultraderecha quiere encender la chispa usando la frustración y el sufrimiento para conseguir enfrentar y confundir a la clase trabajadora.
Usando como arma la violencia y la mentira. Utilizando como herramienta los medios de desinformación afines y las redes sociales.
Defendiendo una supuesta libertad perversa, que en el fondo no es más que la defensa de los privilegios de una minoría sin la menor empatía por el sufrimiento de la mayoría.
No confundamos libertad con libertinaje, ni derechos con privilegios.
¡VIVA LA CLASE OBRERA!

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