Ante el abuso, expropiese!. Nacionalizar la energía, acabar con los abusos de la BANCA, debería de ser una prioridad para un gobierno de izquierdas.
El precio de la luz se dispara un 27% en el inicio de 2021 en plena ola de frío.
Este incremento en el precio de la luz coincide con la ola de frío que asola prácticamente a toda la Península Ibérica por la borrasca ‘Filomena’.
SON UNOS PRECIOS QUE DUPLICAN LOS ANTERIORES Y SUPERAN LOS 100 EUROS POR MWH.
Según datos de Facua, la factura del usuario medio no supera los 80 euros desde diciembre de 2018. El mes pasado, el recibo experimentó su primera subida interanual tras 19 meses consecutivos de bajadas. El aumento fue del 7,2% para el usuario medio.
Así, la factura mensual con la tarifa media del kWh de diciembre de 2020 representó 69,28 euros, frente a los 64,62 euros de diciembre de 2019.
Desde la izquierda tenemos alternativa a la sociedad de los abusos, del miedo y de la miseria.
No hay disculpa para un sistema que permite que nuestros mayores y nuestros niños pasen frío o mueran en un incendio provocado por una vela que ilumina la oscuridad de su hogar o una hoguera que trata de espantar el frío
La pobreza energética es una tragedia muy real, una vergonzosa tragedia que causa miles de muertes al año en el estado Español.
No es una Pandemia, ni un desastre natural, o un accidente, es una consecuencia de las políticas neoliberales, es terrorismo de clase.
Millones de personas son víctimas de pobreza energética en España. El COVID-19 y la crisis económica solo hacen agravar esta situación.
El capitalismo genera desigualdad, la corrupción es inherente al sistema, la dictadura del IBEX 35 es fuente de abusos y sufrimiento.
No existe un capitalismo amable, porque es un sistema que se basa en la explotación, no hay un capitalismo bueno o malo, el capitalismo es barbarie.
El capitalismo tiene dos dioses, uno el de los ricos, el dinero, otro el de los pobres, el miedo, uno se alimenta de plusvalía y el otro de la falta de conciencia de clase.
Vivimos con miedo, miedo a todo, miedo al presente y al futuro, a perder el trabajo y a no encontrarlo, a que todo siga igual y a que algo cambie. Miedo al coronavirus, a la crisis económica y a sus consecuencias.
En la actual situación, con una oligarquía a la ofensiva, con la pérdida de derechos de la clase obrera, con la pobreza energética, la represión, el paro, el abuso patronal, queda muy claro que la lucha de clases está más vigente que nunca y que la estamos perdiendo.
Por este motivo es necesario que desde la izquierda defendamos un discurso claro, las trabajadoras y trabajadores en activo o en paro son capaces de entender nuestras propuestas, nuestro programa, nuestro modelo económico y social.
Las trabajadoras y trabajadores conocemos mejor que nadie cómo funciona el sistema capitalista, porque lo sufrimos en nuestras propias carnes.
El problema radica en que muchos no ven la alternativa y debemos mostrársela, porque la tenemos, porque la utopía es realizable y juntos podemos caminar con paso firme hacia el horizonte socialista.
Personalmente considero necesario un Partido Comunista fuerte, ahora que la lucha de clases se recrudece y el fascismo está en auge necesitamos organizarnos y movilizarnos como clase mayoritaria.
También debemos exigir a un gobierno de unidad que se dice de izquierdas y a un Ministro de Consumo que se dice comunista que tome medidas urgentes para defender a la ciudadanía de los abusos de las multinacionales de la energía.
Como deben defendernos de los abusos de la BANCA, que ahora va a intentar seguir manteniendo sus beneficios sangrando a sus clientes con comisiones y cargos injustos.
Una BANCA que fue rescatada con dinero público y que lejos de devolver el dinero del rescate continua «abusando» y haciendo «tranpas» a sus clientes, a quienes la rescatamos.
Urge tomar cartas en el asunto, nacionalizar la energía y los sectores estratégicos, hacer públicos los servicios básicos y crear una Banca pública que compita abiertamente con la privada deberían ser prioridades de un gobierno realmente de izquierdas.
Ante el abuso, expropiese!.