La sentina y lacaya OEA
Los países latinoamericanos cada día se convencen más de que la Organización de Estados Americanos (OEA) resulta un mecanismo que ha servido para imponer regímenes afines a Washington, bloquear movimientos y gobiernos nacionalistas y subyugar a los pueblos de la región.
La OEA surgió en 1948 como una imprescindible herramienta de Washington para propalar y acentuar la aplicación de la estadounidense doctrina Monroe de “América para los americanos”. Pero de entonces a la fecha los tiempos y la conciencia de los pueblos latinoamericanos han cambiado.
El triunfo de la revolución cubana en enero de 1959 y su consolidación a lo largo de 60 años pese a los ataques de su poderoso vecino que ha tratado en vano de destruirla, resultó el pitazo inicial.
En agosto de 1960 y bajo la exigencia del presidente estadounidense Dwight Eisenhower para que la OEA le ayudara a poner a los países del área en contra de Cuba, se cita a la VII Reunión de Consulta de los Cancilleres de América con sede en Costa Rica.
El canciller cubano Raúl Roa interviene en la plenaria: “Digámoslo ya sin ambages. El Gobierno Revolucionario de Cuba no ha venido a San José de Costa Rica como reo, sino como fiscal. Está aquí para lanzar de viva voz, sin remilgos ni miedos, su yo acuso implacable contra la más rica, poderosa y agresiva potencia capitalista del mundo”.
Tras citar textos de Simón Bolívar, Benito Juárez y José Martí referentes a las ambiciones y agresiones yanquis, expresa: “La voz que habla por mi es la voz limpia, entrañada, entera de Cuba que suma a sus vibrantes timbres martianos, bolivarianos, juristas, los más nobles registros de Lincoln y Reeve”.
En Punta del Este, Uruguay, el 31 de enero de 1962 Cuba fue expulsada de la OEA, o mejor dicho, del “ministerio de colonias yanqui” como le denominó el canciller Raúl Roa.
Durante la clausura del primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, el 6 de agosto de 1960, el líder cubano Fidel Castro preguntó: “¿Y que quieren los yanquis? ¿Quieren decir que nosotros desacatamos a la OEA? Pues si quieren decirlo, magnífico, que digan lo que nosotros decimos que tienen a la OEA como un instrumento para impedir revoluciones en América”.
El 4 de diciembre de 1971, en una entrevista de prensa, Fidel con su preclara visión señaló: “Nuestra posición es que ese organismo ha sido instrumento de penetración y de dominio imperialista en América Latina. Nuestra posición es que ese organismo tendrá que desaparecer. Nuestra posición es que algún día nosotros tenemos que estar unidos los pueblos latinoamericanos para llegar a ser una comunidad humana digna de respeto en el mundo”.
Y agregaba: “¿Es o no es cloaca? ¿Es o no es sentina? ¿Es o no es Ministerio de colonias yanquis? Históricamente esa institución simboliza la opresión imperialista sobre nuestros pueblos y cuando nuestros pueblos sean libres, esa institución desparecerá y no hará falta OEA cuando exista una comunidad de pueblos latinoamericanos”.
La historia le ha dado la razón a Fidel. En mayo de 2009, el líder bolivariano Hugo Chávez recordaba que la OEA seguía siendo lo que mencionaba el canciller cubano Raúl Roa hace unos 50 años: “el ministerio gringo de las colonias y eso no ha cambiado, ustedes no ven que a cada rato a nosotros nos condenan y es la OEA”.
Y añadía: “no solo es que la OEA no sirve para nada, no, es que le sirve a los intereses del imperio, a los intereses hegemónicos del capitalismo mundial en este continente, ahora Venezuela tiene como todo país libertad, a nosotros nos encantaría acompañar a Cuba, para comenzar a formar el primer núcleo, si fuera así de una nueva organización de países libres de verdad, soberanos y dignos de este continente”.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, en julio de 2021 durante la celebración del 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar propuso sustituir a la OEA “por un organismo autónomo no lacayo de nadie… un organismo que sea mediador en conflictos de la naciones sobre asuntos de derechos humanos y de democracia pero a petición y aceptación de las partes”.
Para el mandatario argentino Alberto Fernández, la OEA “ha dejado de ser un organismo que funcione y sirva a América Latina”, por lo que es necesario “recrear un nuevo ámbito donde se expresen mejor los intereses de la región”.
Fernández comentó que está en línea con la propuesta de López Obrador de sustituir esa organización porque “todos los días no paramos de asombrarnos por las cosas que pasan en la OEA durante la gestión de Luís Almagro… un organismo que poco a poco padeció un enorme desprestigio y Almagro lo sometió realmente a la participación en un golpe institucional, como fue lo que ocurrió con Bolivia.
El mandatario de Bolivia, Luís Arce, también apoyó la declaración de López Obrador de sustituir a la OEA “por otro organismo verdaderamente autónomo, que exprese los equilibrios regionales, respete la autodeterminación de los pueblos y no dé cabida a la hegemonía de un solo Estado”.
El expresidente José Mujica se unió a los mandatarios de la región en este pedido. En diálogo con Radio 10 de Argentina, dijo que “es un deber aprender a gobernarnos nosotros mismos, por nosotros mismos; la tutoría de los intereses de las potencias del Norte nos han hecho mucho mal y desgraciadamente nuestra independencia surgió cuando se organizaba el mercado mundial y quedamos mirando para otro lado y no a nosotros mismos”.
Tras apoyar sin ambages las afirmaciones de López Obrador y pronunciarse por fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el presidente venezolano Nicolás Maduro, en entrevista con Telesur, puntualizó que “la OEA esta muerta desde hace tiempo y no se han dado cuenta. Es una organización nefasta, es un demonio…en Bolivia le dieron una oportunidad y le dio la puñalada a Evo Morales”.
Como ha denunciado Cuba durante décadas, la OEA solo sirve a los intereses de Washington para sojuzgar a los pueblos de América y por tanto debe desaparecer. Hoy la CELAC esta llamada a cubrir ese rol: América Latina y el Caribe lo saben.