Puño en Alto •  Opinión •  06/01/2022

Oh Chile!!

El frente amplio chileno, ganador de las recientes elecciones presidenciales, nació en 2017 como una coalición progresista que buscaba ser una alternativa al bipartidismo del país andino. Proponían un movimiento transversal basado en valores e ideas como la participación ciudadana, el diálogo con los territorios, el feminismo o el valor de juventud y el ecologismo.

El pueblo chileno nos ha demostrado que para parar el avance de la ultraderecha y de esa otra que se pretender mostrar con piel de cordero pero es igual que la anterior, no hay que inventar nada nuevo, tan solo hay que aparcar los egos, las discusiones teóricas internas y la falta de practicidad para resolver los problemas de la ciudadanía.

En España está empezando a resonar la necesidad de un «frente amplio», un proyecto emergente liderado por Yolanda Díaz que transversalice las necesidades de la sociedad postpandémica española: derechos laborales, empleo, políticas de sostenibilidad, green future, reconocimiento de los sentimientos e identidades locales, etc. Un proyecto que se está encontrando con todos los problemas y trabas que en su día se encontró gran parte de la izquierda chilena y que al final supo con gran dosis de generosidad y miras alta solventar con notable éxito. 

Si nada hay que inventar y teniendo en cuenta las similitudes, muchas son las cosas que el Frente Amplio chileno puede enseñar al Frente Amplio español y que, sin duda, se debería tener en cuenta a la hora de liderar un proyecto político y social transversal.

Se debe tener siempre presente que de nada sirve nacer de las necesidades ciudadanas si se dejan de escuchar las necesidades ciudadanas y es por ello que sin la participación decisiva de la juventud y de la mujer, todo proyecto transversal que se diseñe está avocado al fracaso.

Las legítimas diferencias deben aparcarse porque demostrado es que el todo suma más que las partes. Por eso, el acto de Valencia entre líderes políticas fue importante, pero no obstante aunque todas eran, no estaban todas y el éxito del proyecto, más allá de las estratégicas ausencias, dependen de que todos y todas se sientan representados y protagonistas en la medida que se considere.

En Chile, el éxito del frente amplio de Gabriel Boric también ha sido posible gracias a la fragmentación de la derecha, de la misma manera hay que tener presente que si hoy en nuestro país tenemos un gobierno progresista es gracias a la fragmentación de la derecha en sus tres vertientes: PP, Vox, Cs. Fragmentación que ahora pretenden solventar con la desaparición de Cs al ser absorbida por el PP con métodos pocos ortodoxos, precisamente.

En España, mirándonos en el espejo de Chile, tenemos la oportunidad de, no solo no cometer los mismos errores del pasado, sino de dar respuestas sociales a los verdaderos problemas. Tal como se suele decir, las personas pasan, pero no así las ideas ni los valores. Ese posible Frente Amplio   liderado por Yolanda Díaz, con un énfasis en la transversalidad, con una incuestionable y necesaria gestión feminista, donde prima el diálogo sincero, el hacer frente al decir, el irremediable futuro verde o el saneamiento de nuestra democracia… esa es la oportunidad que Chile nos ha enseñado mediante la participación sin tutelaje de la juventud y las mujeres, la apertura de nuevas vías que tejan un nuevo espacio político tan amplio como la generosidad y el reconocernos lo hagan posible.

Todo ello, supone un verdadero propósito de enmienda para el año que viene, un año que se antoja crucial en lo social, en lo económico, en la defensa de derechos y, por supuesto, en el saneamiento de la democracia. 

Más que nunca los 365 días del año hay que entonar lo de «el pueblo unido, jamás será vencido».


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