Tomás F. Ruiz •  Opinión •  08/03/2022

Boicot a los medios sometidos a la OTAN

Boicot a los medios sometidos a la OTAN

La OTAN, la UE y todas las demás instituciones que representan el pomposo concepto supranacional bautizado como “Occidente”, piensan que los ciudadanos no estamos preparados para conocer la verdad que oculta el conflicto ruso-ucraniano y, como consecuencia de ello, nos impiden oír otras voces que no sean las suyas.

Los adalides de la libertad en Europa, orgullosos protectores de la democracia en el viejo mundo, han decidido aplastar la libertad de expresión -de la que tanto cacarean- y prohibir todas aquellas fuentes informativas que no se les sometan. Siguen así los pasos de Joseph Goebbels, perverso estratega nazi en la comunicación de masas, que impuso en el Alemania de los años treinta la prohibición absoluta de escuchar otras voces que no fueran las de su demente fhürer, Adolf Hitler. Si Alemania hubiera ganado la II Guerra Mundial, Goebbels ahora sería un héroe y los periodistas europeos trabajaríamos llevando una argolla enganchada al cuello. Este desconcertante ataque a la libertad de expresión, prohibiendo medios de comunicación que se atreven a contrastar sus informaciones, nos ha demostrado que volvemos a estar en manos de una organización tan potencialmente devastadora como fue el tercer Reichstag alemán en su momento: el Tratado del Atlántico Norte.

Toda esta farsa con la que aplastan nuestro derecho a una información libre, plural y veraz tiene un objetivo principal: mentir a la opinión pública y confundirla con informaciones contradictorias sobre la guerra en Ucrania. Aunque no olvidemos que hay otro objetivo estratégico en esta guerra, éste de naturaleza puramente económica: vender armas a Ucrania y prolongar así indefinidamente este conflicto. Cuantas más bajas se produzcan, cuanto más seres humanos mueran, más beneficios sacarán las industrias bélicas con este nuevo y rentable mercado que han promovido en Ucrania… ¿O es que hay alguien que dude de que el inmenso arsenal de armas que tiene el mundo no buscaba desesperadamente provocar un conflicto de estas dimensiones para reactivarse?

Convertido en perrito faldero de la NATO, Pedro Sánchez ya ha enviado al ilegítimo presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, algunos de los artilugios bélicos que fabricamos en España para promocionar el producto “made in Spain” entre las filas de desalmados milicianos ucranianos. Lanzacohetes y munición diversa han sido enviados a Kiev desde España para que las milicias neonazis de Zelensky sigan haciendo de las suyas en las repúblicas insurgentes de Donetsk y Lugansk… ¿Será esto una advertencia para los territorios españoles que también optan por la independencia?

Como respuesta a la fascista medida represiva de intervenir medios de comunicación -bajo el mando de un fhürer simbólico llamado NATO-, a partir de hoy me declaro en rebeldía contra todos los medios que opten por seguir la despreciable doctrina de silenciar el periodismo insumiso. Igualmente rechazaré a todos aquellos otros alguaciles que, trompetilla al hombro, voceen por las esquinas de Europa las mentiras santificadas por la OTAN, los bulos imposibles de creer de políticos mentirosos y las noticias tóxicas con que pretenden envenenarnos cada día los degradantes medios de comunicación europeos y estadounidenses.

Siendo la televisión (tanto la pública como la privada) el principal canal de proliferación de noticias falsas y convertidos sus trabajadores en marionetas de retorcidos intereses políticos, desconectaré la televisión apenas comiencen las noticias (programas informativos que en España cada día se parecen más a los “nodos” franquistas). Haré lo mismo con cualquier documental o entrevista que falsee premeditadamente la realidad de Ucrania y que pida ayuda para el presidente golpista o ensalce a los asesinos neonazis que han llevado a éste país a la guerra. Procederé igualmente con la prensa rastrera que calla la tragedia de Donetsk y Lugansk y que ha estado mirando para otro lado en los últimos ocho años.

Confío en que todos los ciudadanos, indignados por la despreciable política represiva que practican las instituciones europeas hacia los medios de comunicación críticos, hagan lo mismo: apagar todo dispositivo que se haga eco de sus mentiras y boicotear su hipócrita catecismo bélico.

(Tomás F. Ruiz es periodista profesional y miembro de la FAPE, nº reg. 11.397).


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