Las prisiones sionazis son enemigas del Derecho Internacional, son para destruir a Palestina.
En el centro de este sistema represivo ha aumentado considerablemente el peso del encarcelamiento por razones políticas. Desde la guerra de Argelia nunca ha habido tantos presos y presas políticas y en algunos casos llevan más de 22 años en la cárcel. El cumplimiento de la pena dictada por los tribunales especiales ya no es el único objetivo. ¿Quién puede creerlo todavía? Muchas presas y presos podrían quedar inmediatamente en libertad desde hace muchos años, pero los jueces rechazan sus peticiones de libertad condicional con el pretexto de que no renuncian a su identidad política. Ahora los y las presas políticas que padecen enfermedades graves ya no se benefician de la Ley Kouchner de suspensión de penas. El mes pasado el Ministro de Justicia anunció que solo aceptaría que fueran puestas en libertad cuando agonizaran. Así pesa el chantaje político en el marco de la muerte lenta.
Del libro titulado Manual de militancia dentro y fuera de la cárcel. Georges Ibrahim Abdalah. Autor: Said Bouamama. Traducción: Beatriz Morales Bastos. Editorial: Boltxe Liburuak.
El día 17 de abril es declarado en Palestina el Día de los Prisioneros. Señalar esa fecha es redoblar esfuerzos, porque los Prisioneros y Prisioneras son sistole y diastole del corazón de la Nación Palestina mientras continúen en las mazmorras del sionazismo. Su libertad significaría la conquista de la libertad, la independencia y la soberanía.
Desde 1948, instalación recolonial bajo orden de la ONU, la mayoría del Pueblo Palestino ha pasado por las prisiones del ocupante, en todas las familias hay prisioneros, como hay mártires y heridos. Todos sin excepción han sufrido tortura, que es legal en el establecimiento sionazi. Las condiciones de vida a la que son sometidos se encuentran fuera de toda legalidad, las Convenciones de Ginebra condenan la tortura, el mal trato, la vejación, el aislamiento, la incomunicación, la negación del Derecho a una defensa efectiva, y todo lo relacionado con la falta de Derechos Humanos, todo lo que es común en las prisiones del asaltante neocolonialista. En el momento actual, con el sionazi Ben Gvir como representante público de los torturadores, hay 4.800 prisioneros, incluidos 170 niños, 29 mujeres, 150 prisioneros del territorio ocupado de Palestina en 1948, 400 son de Jerusalén, 200 de Gaza, y 5 pertenecen al Consejo Legislativo Palestino. Desde antes de la firma de Oslo hay 23 prisioneros, hay 544 condenados a cadena perpetua, hay 360 prisioneros que llevan encerrados entre 25 y 40 años. En el primer trimestre del año los tribunales neocoloniales han dictado 800 detenciones administrativas, y ya a principio de abril van más de 1.000. Por saber lo que hacen con los Palestinos, hoy por hoy es bien conocido que en los aeropuertos de la entidad neocolonial se presentan para marcharse muchos de los traídos por la entidad. La inhumanidad no conforma a todos los que engañan las agencias de contratación sionazi que se distribuyen por el mundo. Ben Gvir, carcelero mayor, alimenta su carrera de nazi cogido de la mano de Netanyahu, quita el baño a los prisioneros o lo reduce a 4 minutos, deja solo el agua fría, les roba todos los aparatos de comunicación y aparatos eléctricos, extiende el aislamiento en celdas de tortura, los deja atados de pies y manos, las visitas, en caso de permitirlas son de menos de 30 minutos, niega la atención médica a los enfermos, manda trasladar a los prisioneros de una prisión a otra cada tres meses, instrumentaliza castigos personales, les niega recibir o adquirir comida, ropa de abrigo y cualquier cosa que necesiten, les niega el estudio y cualquier acercamiento a la educación, les niega las llamadas telefónicas … A todo ello se va a añadir la pena de muerte a cualquier resistente, la confiscación de todo lo que pueda pertenecer al prisionero y a su familia, ya lo han hecho con 372 prisioneros, el asalto a cualquier hora a las casas de los prisioneros, sin orden judicial, autorizados para destrozar, secuestrar y hacer botín, robar cualquier artículo personal o familiar sin ningún límite.
A todo ello Ben Gvir añade la eliminación de los derechos de ciudadanía, residencia y nacionalidad a los prisioneros que sean de Jerusalén y del interior Palestino.
En defensa de los derechos conquistados anteriormente los Prisioneros, unidos en organización superadora de los programas finales de las organizaciones, dieron por empezada una huelga de hambre durante el mes de Ramadán, y los sionazis vieron que el conflicto podía superarlos y optaron por retroceder en los planes dirigidos por B. Gvir. Los Prisioneros dan ejemplo, los Prisioneros encabezan la Resistencia, los Prisioneros son guía de cada Palestino y Palestina, de cada familia, de cada pueblo y ciudad, los Prisioneros se encuentran presentes en la Historia de Palestina, en el día a día, y piden que sus Derechos sean respetados en los Organismos Internacionales constituidos con obligaciones de cumplimiento en defensa del anticolonialismo.
Las organizaciones de solidaridad debemos redoblar las denuncias públicas, hablar con todo el mundo para llenar el aire de justicia, exigir, se esté donde se esté, a cada gobierno el Boicot, la Desinversión y las Sanciones al ente racista, de apartheid, colonial, y la aplicación de medidas internacionales que rompan la burla sionazi, que empezó construyendo prisiones en 1948, prisiones para realizar su objetivo: destruir al Pueblo Palestino. El día del Prisionero Palestino, el 17 de abril, no debería quedar nadie sin emitir su denuncia.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Y, Palestina es Palestina. Presidente de AMANE, perteneciente a la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad e Integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.