Sindicat de llogateres •  Opinión •  13/08/2024

Coordinarnos para hacer caer al monstruo

[Reproducimos a continuación un artículo aparecido en la revista La Llogatera, editada por el Sindicato de Inquilinas de Cataluña -Sindicat de Llogateres-. Desde Sin Permiso animamos a nuestros lectores/as a conocer la experiencia organizativa y movilizadora de este sindicato, así como esta publicación trimestral, a la que se puede acceder afiliándose al sindicato. Toda la información relativa a la revista aquíSP]

El pasado mes de octubre, pocos días después del inicio de la ofensiva israelí en Gaza, los Mossos d’Esquadra detuvieron a dos compañeros del Sindicato de Inquilinos en la puerta de su propia casa. ¿Su delito? Haberse manifestado en solidaridad con el pueblo palestino dentro del Hotel Cortes en Barcelona, propiedad del magnate israelí Haim Tsuff. Los compañeros del Sindicato pasaron una tarde en comisaria y fueron citados a juicio junto a otros seis militantes del movimiento por la vivienda.

Haim Tsuff es un magnate del petróleo implicado en el sector militar-industrial de Israel, magnate que en Barcelona y Madrid convierte edificios de vivienda en hoteles de lujo. Tsuff está vinculado también a la ocupación y el saqueo de los territorios palestinos ocupados a través del fondo de inversión Galil Capital, que desaloja familias en Barcelona; igual que lo hacen el banco la Caixa para financiar la industria fósil con casi 30 billones de euros desde 2016; o el fondo de inversión Cerberus, que contrata mercenarios para el ejército de los EEUU y cuyo propietario dona millones para la campaña de Donald Trump.

Estos son los tentáculos del capitalismo mafioso que se expande hoy día en multitud de sectores y países y que extrae sus beneficios de la miseria de la gente y de la destrucción del planeta. Todo ello vincula a los vecinos de la Ciudad Condal con la lucha contra la limpieza étnica en Palestina, o con las luchas de otras personas en cualquier otro país del mundo donde lleguen los tentáculos de esta sociedad.

Los movimientos del capital internacional son hoy ochenta veces más grandes que en la década de los 1980’s, y las formas de controlarlos cada vez son menos, ya casi inexistentes. Los capitalistas coordinan sus intereses en una multitud de foros y grupos de presión internacionales, mientras nuestros Estados nos reprimen si nos manifestamos en contra de aquellos.

Esto genera una subordinación clara de nuestros intereses a los intereses del capital y sus amos. Recordemos la reunión que mantuvieron el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, con el fondo buitre de inversión Blackstone mientras se negociaba la ley de regulación de alquileres. Y, qué casualidad, los socialistas dejaron un gran agujero negro en la ley en lo que respecta a los alquileres de temporada y turísticos, agujero por el que los propietarios pudieron saltarse la ley.

Por todo eso tenemos que coordinar nuestras luchas con otros sindicatos de todo el mundo y entender que estos conflictos están conectados. Desde hace 300 años el capitalismo intenta dividirnos y hacernos creer que su modelo social es el mejor de los modelos posibles y el más natural: competencia, individualismo y libre mercado. Pero no hay nada de natural en expulsar a miles de personas de la ciudad en la que han vivido toda su vida porque “el mercado” dicte financiar guerras imperialistas o la industria fósil.

Desde la “libertad, igualdad, fraternidad” de los jacobinos hasta las protestas por Palestina, la solidaridad ha sido la clave de bóveda de los movimientos de la clase trabajadora, de los humildes, para plantar cara a los abusos de los poderosos. En Cataluña, esta consciencia solidaria ha dejado a lo largo de los siglos una enorme red y fuerza en ateneos populares, sindicatos, organizaciones de barrio y un sinfín de iniciativas populares.

En el Sindicato de Inquilinas nos sentimos parte de esta tradición: por eso queremos construir a partir de ella y rearticular un movimiento internacional poderoso, tanto para el sindicalismo de vivienda como para el sindicalismo laboral. Se trata de una cuestión estratégica, pragmática, de primera magnitud, para poder paralizar los numerosos tentáculos que amenazan con estrangular nuestras vidas y el propio planeta.

Si golpeamos juntos, el monstruo caerá.

Sindicat de llogateres 

El Sindicato de Inquilinas de Cataluña (@SindicatLloguer) es uno de los principales movimientos sociales desde los últimos años. Puede consultarse la información relevante en su página web: https://sindicatdellogateres.org/Fuente:

La Llogatera, número 9, junio de 2024

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