Eduardo Andrade Bone •  Opinión •  28/03/2025

La locura bélica de una Europa decadente

La locura bélica de una Europa decadente

Ante la compleja y peligrosa situación geopolítica mundial, nos encontramos con un escenario de gran incertidumbre, de cierta sicosis, puesto que la casta bélica y política europea, ligada a la oligarquía del viejo continente, está buscando que el conflicto entre Ucrania y Rusia pueda seguir escalando, pues padece un conjunto de síntomas que afectan la mente y que hacen que se pierda cierto contacto con la realidad.

Esta casta política ligada a los grandes empresarios y complejo militar industrial europeo busca empujar el carro hacia la guerra nuclear y ha desatado toda una campaña de mentiras y del terror con respecto al gran invento de la “amenaza rusa”, buscando generar pánico en los pueblos europeos.

La retórica belicista en Europa, especialmente de parte de figuras como Ursula von der Leyen, Kaja Kallas, Emmanuel Macron, Keir Starmer, Friedrich Merz y otros líderes de algunos países de la UE, está impulsada por varios factores estratégicos, económicos y políticos, pero todos al servicio del gran capital.

La desquebrajada unidad de la UE y la OTAN, a través de sus líderes belicosos busca mantener la narrativa de una presunta «amenaza rusa», tratando de fortalecer a los países europeos bajo un objetivo común y justificar una supuesta mayor integración y gasto militar en el bloque.

Para ello a costa de los impuestos de los ciudadanos y la reducción del gasto social, se busca financiar el llamado rearme de Europa, aumentando así sus presupuestos militares, bajo la presión de EE.UU. y la OTAN. Lo que beneficia a la industria armamentística europea y estadounidense, las cuales ya están obteniendo jugosas ganancias con el conflicto ucraniano-ruso, en donde 800.000 millones de euros, irán a incrementar aún más la riqueza de las mafias armamentísticas.

En este sentido cabe destacar que los EE.UU. ha sido un actor clave en la política de confrontación con Rusia, buscando mantener su influencia en Europa y debilitar a Rusia geopolíticamente, hasta “ganar la guerra”.

La retórica alarmista, ruso fóbica ayuda a justificar sanciones, medidas económicas y restricciones políticas que de otro modo serían impopulares. En realidad, se busca reducir la influencia rusa en Europa, cortando la dependencia energética, castigando con sanciones que no han tenido ningún efecto relevante y aislando a Moscú diplomáticamente. Asunto que tampoco han conseguido pues solo alrededor de 40 países apoyan los intentos de una guerra mayor con Rusia.

La estrategia de campaña del terror de la Comisión Europea (CE), está orientada a preparar a los pueblos del viejo continente, para un conflicto mayor, prolongado, ya sea económico, político o incluso militar, mientras se fortalece la influencia de EE.UU. y la OTAN en Europa, de allí, los aires belicosos y la satanización de Rusia.

¿Ahora que significaría una guerra de la Europa occidental contra Rusia? Al respecto señalamos algunos aspectos que se desprende del lenguaje guerrerista de los líderes belicistas europeos, entre los cuales se encuentra el gasto en defensa, el envió de tropas a Ucrania, que podría llevar a una escalada militar innecesaria, con riesgos de enfrentamientos provocados o accidentales.

Ahora las sanciones contra Rusia, como se ha podido apreciar, han perjudicado a Europa, generando inflación, crisis energética y una gran incertidumbre económica. Un conflicto directo agravaría estos problemas, afectando aún más a los pueblos europeos. El gran cuento de la «amenaza rusa» podría usarse para justificar restricciones a las libertades, censura y mayor control estatal sobre la sociedad, instalando una Europa totalitaria, con tintes fascistas.

A través de distintos sondeos realizados por algunos medios de prensa, se ha podido constatar que los pueblos europeos no desean la guerra y la política de provocaciones que emanan de las directrices de la CE, además nuevas sanciones a Rusia, puede desencadenar una reacción que lleve a enfrentamientos aún más graves.

Finalmente cabe destacar que, si las élites políticas belicistas y que representan los intereses oligárquicos europeos, siguen ignorando la voluntad de los pueblos, que en su mayoría no apoyan una guerra con Rusia, el descontento social podría ir creciendo gradualmente, debilitando la cohesión de la UE. La clave será si los movimientos sociales y pacifistas, además de la diplomacia, logran imponerse sobre los intereses militares y geopolíticos, del capital europeo que impulsan la confrontación y que nos puede llevar a la guerra nuclear, lo que es una gran irresponsabilidad de la elite belicista de la Unión Europea.

*Eduardo Andrade Bone. Analista. Político Comunicador social WMP/PP/IA/EAB/AIP


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