André Abeledo Fernández •  Opinión •  05/04/2025

La moderación y las medias tintas son la antesala de la traición

En este momento histórico simplemente con que las organizaciones que deberían defender los intereses de la clase trabajadora tuviesen unos líderes o lideresas con honestidad e ideología tendríamos una gran oportunidad como clase trabajadora.

El poder lo sabía, los oligarcas saben que el capitalismo está en una crisis continua con ciclos terribles de recesión empobrecedora para los pueblos pero donde las grandes fortunas crecen aprovechando la desgracia de la mayoría, saben que los abusos pueden provocar revoluciones y por eso apoyaron a personas manejables o comprables por todo el mundo que se hacen pasar por gente de «izquierda» y sirven para desclasar a la clase trabajadora para que no sea consciente de su propia fuerza.

Por eso en el Estado español existen partidos como SUMAR, por ese motivo hace mucho tiempo que han comprado a las cúpulas de CCOO y UGT para controlar desde las sombras a estos sindicatos que siempre apoyan el falso diálogo social que hace que tengamos ahora peores condiciones laborales de las que tenían nuestros padres, y que preparan el terreno para que nuestros hijos sean esclavos asalariados.

Esos poderes económicos, esas oligarquías, que son las que realmente gobiernan sin que nadie les vote invierten en el control político y social para evitar que la clase trabajadora pueda entender lo que ocurre, financian a la ultraderecha, a la derecha, a la socialdemocracia, tienen siempre un plan A, B, y C.

La historia sería otra con personas con Julio Anguita, Marcelino Camacho, o el mismo Cayo Lara, no por que tuviesen más capacidad, o fuesen más inteligentes, sino porque realmente creían en lo que decían, tenían líneas rojas, ideología, honestidad, palabra, estaban al servicio de la clase trabajadora y le decían las verdades al pueblo.

El poder también lo sabe y por ese motivo apoyan a movimientos socialdemócratas, personalistas y oportunistas como SUMAR y a líderes como Yolanda Díaz.

La ética, la moral, la honestidad, el romanticismo revolucionario son el escudo frente a la ultraderecha y a los traidores.

Como dijo el Che Guevara, el guerrillero heroico, el gigante revolucionario a quien hoy tratan de ensuciar con mentiras aprovechando la ignorancia, «déjenme decirles a riesgo de parecer ridículo que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor».

«La moderación y las medias tintas son la antesala de la traición», “La revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el corazón para trabajar y morir por ella”, «El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa». Son grandes lecciones del Che Guevara un hombre que entregó su vida para defender la suerte de los más, de los mayoritarios en todos los sentidos, de la clase trabajadora.


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