Europa Laica ante la caída del papa

¿Es España una teocracia? Nos lo preguntamos tras verificar que el Gobierno ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento de un líder religioso. ¿Tiene sentido en un estado aconfesional? ¿Es razonable el auténtico bombardeo televisivo, de alabanza hiperbólica y sesgada, en televisiones públicas? ¿Es apropiado que altos representantes del Estado viajen para rendir honores en el entierro?
Deberíamos recordar que ha fallecido el líder una organización privada que:
1. Adoctrina de forma sistemática a la niñez, en un verdadero abuso infantil, intelectual, aprovechando su inocencia natural para dogmas inoculares tan anticientíficos como el creacionismo. ¿No sería más lícito esperar a que sean adultos?
2. Discrimina de forma evidente a las mujeres, impidiéndoles ascender dentro de la jerarquía eclesiástica. 135 candidatos a papa: cero mujeres, ni cardenalas, ni obispas, ni sacerdotisas… Sí sirven, en cambio, para rezar, cocinar y limpiar. Cualquier empresa estaría legalmente vetada de contratación pública por trato misógino.
«La mujer aprende en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión». 1 Timoteo 2:11.
3. Margina a homosexuales, en una traslación de la patriarcal, anacrónica y «sagrada» biblia.
«Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame». Levítico 20:13.
4. Acapara recursos públicos y exenciones de impuestos que, en España, llegan a sumar 13 000 millones anuales. Se apropia de inmuebles públicos para el procedimiento de la inmatriculación.
5. Ha protegido y encubierto de forma recurrente a pederastas. El Defensor del Pueblo ha estimado en más de 400.000 las víctimas de clérigos pederastas de la Iglesia católica española.
Desde Europa Laica exigimos que las administraciones públicas respeten a la generalidad de la ciudadanía y cumplan los mandatos de la Constitución, garantizando la aconfesionalidad del Estado pisoteada día a día, incluso por gobiernos que se autodenominan «progresistas».