Libardo García Gallego •  Opinión •  29/08/2016

¿Cómo derribar el capitalismo?

En el dicho “El dios de este mundo es el dinero” se sintetiza la filosofía del capitalismo, del egoísmo, de la insolidaridad, del antihumanismo, de la competencia a muerte, de la ambición desmedida de riqueza y poder, de la explotación del trabajo de los semejantes. La inteligencia se reduce a un mayor desarrollo cerebral de la especie humana pero con prevalencia de lo irracional, de lo sensorial. Atribuir racionalidad a los humanos es mera especulación de algunos animales idealistas, soñadores, filántropos, quizás abúlicos  o incapaces de competir en este zoológico terráqueo.

 

En este momento de la evolución las fieras humanas ya han subido hasta el vértice de la pirámide social, ya se han apoderado de todas las riquezas, han devorado a sus competidores y han esclavizado al resto de la especie. Mirando hacia la cima no se ve la forma de tumbarlos, quizás excavando para desestabilizar la pirámide, tarea que sólo podría realizarse mediante el terrorismo, pues resulta imposible por medio de los “procesos democráticos” enseñados y utilizados por esas mismas fieras. Lo mejor sería tumbar la pirámide y convertirla en un círculo. Pero, cómo?

 

Las fieras triunfantes están bien organizadas y desde el Club de Bildelberg “los amos del mundo” imparten las directrices a seguir para conservar intactos sus poderes y privilegios, aunque ya están acabando de destruir el planeta y la lucha por el agua empieza a sustituir la lucha por los combustibles fósiles; se autoproclaman los verdaderos hijos de Jehová y por eso son sionistas radicales y excluyentes; son dueños del Banco de la Reserva Federal  de donde hacen préstamos usureros a los Estados que les son más afines; poseen sofisticados armamentos, más que necesarios para sofocar cualquier insurrección planetaria e invadir aquellos países que pretendan ejercer su soberanía; en su Comisión Trilateral cooptan como asesores y propagandistas a las personas más inteligentes y brillantes que van sobresaliendo en Europa, Asia y América; invierten ingentes recursos en el diversionismo religioso y en los medios de comunicación, por medio de lo cual mantienen a los de abajo alienados e ignorantes e informan al mundo todo cuanto les conviene. Quienes compartíamos con Lenin la ley: “el imperialismo es la fase superior y última del capitalismo” estamos absortos ante la renovación del imperialismo mundial.

 

Corriendo el riesgo de ser calificado tonto pesimista, no veo cómo edificar hoy una sociedad democrática e igualitaria. Quizás nos sirva el modelo cubano, pero salta el excepticismo al ver huir de la isla a miles de personas en busca del “sueño americano”. Por motivos como este los enemigos de la igualdad social sostienen que la sociedad ideal para los animales humanos es el capitalismo por ser el sistema socioeconómico y político más compatible con su genética egoísta y ambiciosa. La Unión Soviética estando ad portas de la construcción del sistema comunista  resolvió retroceder al capitalismo; ignorando demasiado los cambios de los últimos decenios en China lo que se percibe es su triunfo frente a los grandes competidores capitalistas. Korea del Norte parece boyante mas su forma de gobierno actualmente no es la ideal. Suecia y Finlandia, con su sistema de convergencia capitalista-socialista, son ejemplos de bienestar social.

 

Con estos párrafos no se pretende desanimar a los luchadores por una organización social igualitaria y democrática sino recibir los aportes de la intelectualidad comprometida con la misma causa, necesarios para alumbrar el camino que nos lleve hacia una sociedad humana feliz.

 

Armenia, 23 de Agosto de 2016

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