El pueblo venezolano no merece una guerra por petróleo
La derecha y los poderes fácticos internacionales están aplicando en Venezuela el mismo guion «Made in USA» que utilizaron en Ucrania para derrocar a su presidente.
El mismísimo Papa de Roma culpa a la oposición venezolana de romper las negociaciones para lograr pacificar el país, da que pensar que ni el Vaticano apoye a esa patética y fascista oposición.
Curiosamente son los poderes económicos, las oligarquías y el fascismo internacional quienes apoyan decididamente a la oposición venezolana.
Para cualquiera debería ser blanco y en botella.
En el Estado Español tenemos un gobierno que no quiere hablar en el Parlamento de corrupción ni de Memoria Histórica, pero sí de Maduro y de Venezuela.
Puedo hasta entender, que alguien pueda adversar a Maduro, que pueda tener dudas sobre el proceso Bolivariano, pero no puedo comprender el apoyo a la fascista oposición venezolana.
Me sorprende ver como una parte de la “izquierda” decide dejarse llevar por la presión mediática y reniega del proceso Bolivariano y lo más grave que algunos progres del mundo caigan en la bajeza de repetir las mentiras que los amos del sistema desean hacer verdades.
La izquierda en la que creo no es políticamente correcta, dice verdades como puños cuando no se quieren oír y es consecuente.
Entiendo que la verdad se defiende por ser verdad, que los principios son irrenunciables y que las mentiras y las medias verdades son la antesala de la traición.
Debemos dejar claro que Venezuela no es una dictadura, porque en las dictaduras no se celebran elecciones y la oposición no da ruedas de prensa.
La oposición venezolana y quienes les apoyan, muestran una y otra vez su verdadero rostro, el violento rostro del fascismo que trata de provocar una guerra civil sembrando odio y violencia irracional en las calles de Venezuela, y el hipócrita rostro de quienes inundan el mundo con sus mentiras para ayudar a provocar la tragedia.
André Abeledo Fernández, (Concejal de Esquerda Unida de Narón, militante comunista y sindicalista).