Lucha Internacionalista •  Opinión •  27/09/2017

Catalunya: Por nuestros derechos, paremos la represión del Estado. Organizamos la huelga general

El Estado español ha desencadenado todo su aparato represivo para parar el referéndum del 1 de octubre: suspensión de facto de la autonomía, traslado de miles de policías antidisturbios a Barcelona para evitar el 1-O, prohibición de actos, confiscación de material político y de papeletas, amenazas a los medios de comunicación, registros en instituciones y el intento de registro a la sede de la CUP, procesamientos de cargos públicos, calificación de las manifestaciones como sedición o rebelión que suponen penas de prisión… Esta batería de medidas represivas que supone un estado de excepcionalidad, no solo va contra el Gobierno catalán o el Parlamento, ni siquiera contra el sector del pueblo que quiere la independencia: el ataque del estado es contra todo el pueblo catalán y por extensión, contra el resto de pueblos del estado. Al pueblo catalán porque le niega el derecho a la soberanía y a decidir, al resto de pueblos porque la represión que hoy se ejerce contra Cataluña mañana será contra quien lo cuestione. Así lo entiende cada día más gente en todo el Estado, que por eso también reprime Madrid o Zaragoza prohibiendo actos y permitiendo la impunidad de los grupos fascistas. Si el pueblo catalán decide, los otros seguirán el ejemplo, no sólo por cuestiones nacionales, sino también sociales y la Monarquía tiene los días contados. Si por el contrario es el sido quién aplasta el movimiento, esta misma violencia será una amenaza permanente para los y por las trabajadoras y los pueblos del estado.

Bajo la fachada democrática del estado, ya enmohecida por el paso de 40 años, aparece cada vez más nítido el viejo aparato franquista, el del España “una, grande y libre”, la de las prohibiciones, la en connivencia con la extrema derecha. La llamada Transición del franquismo, fue la superposición de las instituciones de democracia formal y el reconocimiento – porque no tenían más remedio – de las libertades arrancadas en las luchas en la calle. Por eso, 40 años después, el dilema se vuelve a situar entre reforma o ruptura, entre Monarquía y República, entre derecho de autodeterminación e imposición a los pueblos, y otros muchos deseos democráticos y sociales que quedaron vendidos en el 75-78. Lo que hay en juego es la continuidad del régimen del 78, el que Franco dejó “atado y bien atado”.

Lamentablemente los mismos que, desde las filas de la izquierda legalizaron la transición y la Monarquía, el PSOE-PSC y el PCE-PSUC, nos impusieron la bandera monárquica y dejaron sin juicio los crímenes del franquismo y en las cunetas a miles y miles de personas asesinadas, entregaron los derechos de los y de las trabajadoras en lucha a los Pactos de la Moncloa… hoy apoyan a la represión o cuestionan el referéndum, porque dicen que no hay garantías! ¿Qué garantías quieren en este régimen pudrido? la única garantía es la calle. Y ahora como hace 40 años PSC e ICV arrastran también las direcciones de CCOO y UGT.

Sectores importantes del pueblo catalán ha respondido masivamente en la calle en defensa de nuestras libertades. Pero el gobierno, los tribunales, la policía y la Guardia Civil se lo juegan todo para impedir por la fuerza el referéndum. Solo la entrada en escena de la clase trabajadora y la juventud con sus herramientas de lucha puede abrir una salida. No podemos confiar que la burguesía llegue hasta el final en la defensa de los derechos democráticos: solo hay que ver el posicionamiento de la gran patronal. Hay que levantar el instrumento más importante que tiene la clase obrera catalana: la huelga general. El primer ejemplo han sido los estibadores que se niegan a avituallar barcos donde se alojan policías. También ha sido muy importante las huelgas estudiantiles convocadas esta semana. Sobre la mesa ya hay la convocatoria de una huelga general a partir del 3 de octubre, que será imprescindible no sólo contra la criminalización del referéndum sino también para responder de la situación represiva que no se acabará el 1-O.

Sin la implicación de la juventud y la clase trabajadora con sus métodos de lucha en su pulso con el Estado no habrá República catalana. Y además, lo que queremos no es cambiar una bandera por otra sino cambiarlo todo de raíz y por eso hay que tomar la iniciativa. No hay liberación nacional sin liberación social. La República abre las posibilidades de construir una nueva situación, para revertir los recortes y las privatizaciones… que ha aplicado también el gobierno de JXS: es una nueva oportunidad para recuperar el que no tendríamos que haber perdido nunca y avanzar ninguno una república de los y de las trabajadoras.

Hay que garantizar el referéndum desde bajo, con comités por barrios y localidades que organicen la defensa urna a urna para hacer posible una participación masiva e impedir la represión policial. El éxito del 1 de octubre depende de todos y todas nosotros y de nuestra capacidad de organizarnos.

Huelga general a partir del 3 de octubre, revisable cada día, como respuesta a la represión del estado, por el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán. Apoyémosla con resoluciones desde los centros de trabajo y estudio, desde asambleas, secciones sindicales, comités de empresa, y todo tipo de entidades: para reclamar a todos los sindicatos, también a CCOO y UGT que la convoquen.

Lucha Internacionalista

26 de setiembre de 2017


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