Bibiana Pineda •  Opinión •  14/02/2018

Cumplir la palabra

Cumplir la palabra

El incumplimiento por parte del Estado de lo acordado en La Habana es una nueva herida que se le abre a esta tierra. Para la Farc es un golpe bajo y en la sociedad civil se percibe como una traición a la buena fe. En la memoria insurgente la palabra cumplida enaltece la ética del bien común.

La primera vez que Victoria Sandino salió de Colombia, luego de la firma del Acuerdo de Paz entre las FARC y el gobierno colombiano, fue para visitar España, dentro de la tarea de pedagogía de paz en que está inmerso el nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, no solo dentro, sino fuera del país, defendiendo y difundiendo la implementación del contenido del Acuerdo ante distintas organizaciones civiles.

Victoria, miembro de la dirección nacional del nuevo partido y quien fuera una destacaba comandante de las desaparecidas FARC, se destacó por ser la única mujer portavoz durante el proceso de negociación de los Acuerdos en Las Habana y, ante la Comisión de Género, defendió férreamente el tema de igualdad de género. Con ella hablamos en Madrid sobre el avance del Acuerdo y la forma en que están trabajando para que el espejo retrovisor de los sectores empeñados en negar la paz a los colombianos, no siga bloqueando las salidas pacíficas a lo que ha sido el conflicto armado en nuestro país.

Desde su mirada de mujer y como miembro de un nuevo partido, el balance que hace la dirigente sobre el Acuerdo, si bien, no es negativo, tampoco tiene demasiados motivos para celebrar su éxito. “Encuentro muchas dificultades -afirma- a comienzo del mes de diciembre hicimos un balance general, punto por punto de lo acordado y, aunque encontramos algunos aspectos positivos, son más los negativos. Sin embargo, la actitud nuestra no es la de mostrar que esto ha fracasado y que definitivamente no hay nada más que hacer que ‘apague la vela y vámonos’. ¡No! Nuestra actitud es la de trabajar para que lo pactado se cumpla y el Acuerdo no fracase, por lo menos no en lo que a nosotros respecta.

“Hay un aspecto positivo que nadie puede desestimar y es el silenciamiento de los fusiles. Y no digo tanto de los fusiles, como de los tiros, que de todas formas es importante en tanto que, por ejemplo, ya no se contabilizan muertos como hasta antes de sentarnos a conversar en La Habana. Es sumamente positivo el silenciamiento de los bombardeos en los que personal nuestro era descuartizado y esparcido a lo largo y ancho de las montañas y, en lo que respecta a los militares, ya no hay muertos, ni mutilados, pues al Hospital Militar no le llegan heridos en combate hace mucho tiempo.

“Esto el país lo tiene que ver, porque no es una cosa despreciable, es parte de lo que tenemos que recoger y señalar como positivo, para mostrar no solo a Colombia, sino al mundo entero, porque es un elemento significativo de lo que ha sido parar la guerra medianamente y que no nos explicamos cómo, algunos sectores atrasados, pretenden retornar a ella, insistiendo en no dejar morir el fantasma de la guerra, manteniéndolo latente y día a día cometiendo acciones para que no desaparezca.

                            Foto: kienyke.com

Respecto a los puntos más discutidos en el Acuerdo, señala que “Hay algunos que destacamos como positivos, como el de la electrificación, o como el de la educación rural, que van bien. Pero en materia agraria no se hizo la ley reglamentaria para el Fondo de Tierras y la legalización de las mismas, algo que consideramos totalmente básico. El tema de vivienda rural -entre otros- son importantes, pero el de la reforma rural como tal, no salió y tenía que salir también el de Catastro, porque en últimas es el que determina cómo se va a implementar el Fondo de Tierras; por ejemplo, de dónde van a salir las tierras para la implementación, así que consideramos negativo que no se haya hecho el trámite en este tema tan importante.

“El balance en materia política no puede ser positivo, el tema de la reforma política es tremendamente negativo. Lo único que sí se rescata es el Estatuto de la Oposición, que era una deuda histórica que tenía el país con sus ciudadanos. En cuanto al tema de las circunscripciones especiales, aun así, con toda la leguleyada que le han metido, lo consideramos rescatable.  Pero, en lo que respecta a la reforma que iba a ampliar la democracia y que estaba encaminada a buscar que sectores democráticos y minoritarios pudieran participar en condiciones relativamente de igualdad, no se logró y eso es algo muy preocupante”.

En todo acuerdo de paz se debe garantizar que efectivamente existe la garantía de no repetición y, en el caso que nos ocupa, un aspecto que Victoria considera preocupante al respecto es el de la Justicia Especial para la Paz, JEP. “La JEP y todo el sistema integral de justicia está diseñado justamente, primero para el acceso a la verdad, luego, para que las víctimas tengan justicia, para que sean reparadas y, sobre todo, para que haya una garantía de no repetición o de un nunca más y eso en el punto en que está la JEP no se garantiza”.

Sandino puntualiza al respecto: “Los congresistas -y supongo que también intereses al interior del Gobierno- están empeñados en hacer una JEP solamente para la insurgencia, cuando el espíritu del Acuerdo señala otra cosa completamente distinta, que es para quienes estuvieron vinculados al conflicto y para quienes hayan causado daño en el marco y en el contexto de este. En ese sentido, la JEP no cumplió las expectativas y siguen sacrificando el espíritu fundamental que es la verdad, la justicia, la reparación para las víctimas y también parte de la garantía de no repetición.

“Eso es bastante complicado porque eso de que los terceros acudan si quieren, o no, y que agentes del Estado, así no sean militares, no tengan la obligatoriedad de acudir, no tiene presentación, cuando nosotros sabemos, por ejemplo, que el tema del terrorismo de Estado ha sido permanente y sistemático y ante eso no hay una garantía para las víctimas de que sus victimarios respondan ante el sistema integral”.

                                  Foto: pacifista.co

¿Qué hace falta?

Nosotros no pretendemos darle una cátedra al Gobierno, ni al presidente en particular, diciéndole que acuda a los distintos mecanismos que tiene para hacer efectivo el cumplimiento de los acuerdos. En distintas reuniones con el presidente Santos le hemos invitado a hacer uso, de acuerdo con su cargo, de las distintas herramientas que otorga la Constitución, no solamente en la parte normativa, sino sobre todo en la implementación efectiva del Acuerdo y de las políticas públicas en las cuales deben convertirse mucho de lo acordado.

El tema de no repetición está ligado, no solo al silenciamiento de los fusiles y a que no se repita la guerra, sino sobre todo y de manera particular, al cumplimiento del Acuerdo y de cada uno de los puntos, porque esas fueron las causas que también generaron la confrontación de tantos años en Colombia y, mientras eso no se trate, está muy lejos la no repetición.

                                  Foto: Bibiana Pineda Rodriguez

¿Cómo están llevando la desinformación de grandes sectores de la prensa frente a la creación del nuevo partido y la reincorporación a la vida civil?

Hay varios aspectos que señalar. El primero, es que los medios de comunicación tenían un compromiso de contribuir al proceso de Pedagogía de Paz y de Pedagogía de la Reconciliación y esto no era para que nos hicieran campaña a nosotros, ni que nos hicieran un lavado de imagen, no. Era para construir una cultura distinta en la opinión pública, de respeto de la gente a la diferencia, de tolerancia, de reconocimiento de que el otro tiene derecho a ser y pensar distinto y no por eso es nuestro enemigo; pero realmente, en absoluto han colaborado, por el contrario, siguen polarizando y profundizando en los odios”.

En este sentido y con el objetivo de contribuir con el tema de la pedagogía de paz y reconciliación, el Acuerdo planteó una serie de iniciativas comunicativas, consistentes en poner en marcha unas veinte emisoras comunitarias que aun no arrancan. Así mismo, estaba previsto realizar un programa de televisión y una serie de acciones encaminadas a difundir la pedagogía de paz, que no se han puesto en marcha, algo que, en palabras de Victoria Sandino, es altamente preocupante que en este, como en otros aspectos importantes, el Gobierno distraiga para no avanzar, algo que cree, no está ayudando en la difusión del verdadero espíritu del Acuerdo de Paz.

“Una forma -comenta la dirigente- es hacerlo nosotros de manera directa, pero no tenemos los medios y tenemos que hacer el llamado a la sensatez e invitar, no solo a la gran prensa, sino a los medios alternativos, a las redes sociales, a la gente que genera opinión, a los medios comunitarios, etc., a que jueguen un papel fundamental en esta etapa, no para defendernos ni hacernos campaña a nosotros, sino para contribuir en esa cultura de la cual estamos hablando, la de la paz. Creemos que, al respecto, los medios alternativos y comunitarios deben asumir el reto y les hacemos un llamado para que lo asuman.

“Nosotros realizaremos nuestro trabajo en la medida de nuestras posibilidades, nos esforzaremos al máximo en llegar al mayor número de personas, ojalá uno a uno, casa a casa, conversando -o a través de estos medios alternativos-, con entrevistas, opiniones, elaborando piezas comunicativas, etc. Utilizaremos todos los medios posibles para dar a conocer nuestras opiniones, nuestros proyectos, nuestros aportes a la paz y nuestro empeño en no repetir la historia de guerra en Colombia, pero también, para reconocernos como seres humanos y no como nos han pintado.

“El llamado que hacemos a los grandes medios de comunicación es a la sensatez, a la reflexión, al compromiso con la paz, porque ellos también han sido generadores de la violencia y ya es hora de que paren y dejen ese discurso desquiciado y frenético que genera odio y estigmatización, que desemboca en más polarización en la sociedad colombiana, que abre brechas y heridas y que no deja que avancemos hacia una paz real”.

En lo que respecta al campo político, Victoria es contundente en afirmar que su partido insistirá sin descanso para transformar la dinámica actual, porque, según comenta: “Realmente se tiene que cambiar, porque de lo contrario el conjunto de la sociedad, incluidos nosotros, seguiremos estando en desventaja con respeto a la clase dominante y, como no, a los medios de comunicación”.

Si bien es cierto los acuerdos de paz de los años 90, dada la realidad del país en ese momento, fueron distintos, teniendo el paramilitarismo un protagonismo preponderante ¿cuál es la realidad actual frente a la franca oposición de determinados grupos a la pacificación del país?

“Las condiciones de los años 90 fueron particulares y específicas. Ésta, hace parte de otra realidad y otro momento que tenemos que afrontar. Yo no dudo de la voluntad expresada y manifiesta por parte de la insurgencia que en ese momento hizo su paso a la vida civil, como tampoco dudo de la nuestra, que es totalmente inquebrantable, algo que hemos demostrado en este año de implementación y a lo largo de la búsqueda de este acuerdo y que seguiremos demostrando en adelante.

“Es importante poner sobre la mesa que es un hecho que el paramilitarismo en Colombia no ha dejado de existir, sino que, por el contrario, se ha exacerbado. Por supuesto que tenemos serias preocupaciones, porque el paramilitarismo va a seguir su accionar tal cual como lo ha venido haciendo en los últimos treinta años hasta el día de hoy. Si algo tiene este acuerdo es que ofrece unas herramientas específicas a la institucionalidad para desmantelar y quebrantar el paramilitarismo. Es un hecho que necesitamos con vehemencia que el Gobierno y toda la institucionalidad cumplan y se tomen muy en serio el compromiso de su desmantelamiento y, al respecto, estamos esperando acciones serias.

            Foto: colombiainforma.info

¿Cuáles son los principales logros de ustedes, como colectivo y nueva organización política, que puedan destacar en esta etapa de reincorporación a la vida civil?

El mayor logro de nuestro proceso es y seguirá siendo, justamente el mismo Acuerdo d Paz. Definitivamente este acuerdo es el mejor que hemos podido conseguir y creo que se puede considerar como el gran logro para Colombia y, por supuesto, para nosotros.

Uno de los aspectos que vemos importante, es la posibilidad que vamos a tener de poder interlocutar y discutir las problemáticas y necesidades que tienen las mayorías colombianas y la oportunidad de poder recoger sus iniciativas políticas para defenderlas en el Congreso. Aspiramos a que la gente pueda expresarse libremente en las urnas y que con su voto apoye también la paz y, no menos importante, que se pueda comprender toda la lucha que hemos llevado por más de cincuenta años.

Llegar a sectores que históricamente no hemos llegado y que han tenido una idea, a veces errónea, a veces distorsionada de nosotros, es algo que aspiramos hacer con garantías de no agresión y de no repetición de la violencia en contra de nuestros actos de paz. Entones, todas las posibilidades de poder interactuar con las comunidades, con muchos sectores sociales, con las mujeres, los jóvenes, los pueblos étnicos y de llegar con nuestra propuesta de paz a todos los rincones del país, son pruebas que esperamos, sinceramente, superar.

Periodista: www.ypensandolobien.com


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