Nora García •  Wikimedia •  Opinión •  22/08/2018

Un banco para tus ideas: Por qué la señora Botín se considera feminista y otras estrategias contra el feminismo

Un banco para tus ideas: Por qué la señora Botín se considera feminista y otras estrategias contra el feminismo

En su reciente artículo de El País, la señora Botín, en la sección de lo que sabe, economía, hace un ejercicio de pedagogía y generosidad para contarnos sus experiencias y visiones sobre el feminismo. Como feminista también, yo he querido compartir con ella y con todas, algunos apuntes a modo de contrato bancario sobre este maravilloso camino que es el feminismo: Hacer un mundo mejor. Os propongo a todas que, con la señora Botín hagamos “un banco para sus ideas”

CLÁUSULA 1

El intento de confusión: Todas deberíamos ser feministas, sí, pero tenemos que entender el feminismo primero.

“Cada vez que una mujer se defiende a sí misma, sin saberlo, sin pretenderlo, defiende a todas las mujeres”

Maya Angelou

Supongo que a todas nos gusta dormir tranquilas por las noches después de una estupenda cláusula abusiva y un buen desahucio, y hay frases que nos ayudan a hacerlo. Esa frase que usted citó en su artículo, se puede entender de varias maneras pero, señora Botín, las luchas no se hacen “sin saberlo” o “sin pretenderlo”, son un compromiso consciente y colectivo para hacer avanzar el mundo. Es “eso” que ha de sentir usted también en las manifestaciones donde miles de mujeres nos juntamos y al mirarnos a la cara, nos reconocemos como compañeras.

Como usted sabrá, el feminismo es un camino de aprendizaje y todas, al igual que usted, hemos empezado con una intuición: Una sensación de que algo no iba bien, que por el hecho de ser mujer todo era diferente y más difícil. Y, primero por intuición, pero luego por convencimiento, hemos leído, nos hemos organizado y estamos comprometidas en la lucha. Pero, señora Botín, ese camino hacia el futuro, es también un camino al pasado, al conocimiento. Porque existe un hilo morado de la historia, otras mujeres que vivieron lo mismo que nosotras, que desarrollaron posiciones filosóficas, políticas, económicas y sociales, que crearon estrategias y lucharon antes en colectivos, movimientos sociales y políticos, que hicieron mejor nuestro mundo —como dice la revista fortune que usted y Amancio Ortega hacen—, antes que nosotras. A todas ellas, como diría Aretha Franklin: Respect.

Pero algo ha pasado señora Botín, por lo que el feminismo se ha visto abocado a resurgir en cada generación como el ave Fénix de sus cenizas. Todas las generaciones de mujeres hemos sentido que hacíamos algo nuevo, que partíamos de cero, porque la historia del feminismo es la historia de una humanidad posible, que con el sacrificio de millones de mujeres (quemadas en las fábricas, encerradas en manicomios y cárceles, asesinadas en las guillotinas o exiliadas o fusiladas en las guerras) nos han regalado a las demás pequeños-grandes avances que han hecho que nuestras vidas hoy sean mejores que las de ayer. Usted, que a lo mejor ha luchado sin saberlo, ha podido hacerlo gracias al compromiso real, de muchas mujeres organizadas que lo sacrificaron todo para que usted pueda por ejemplo, tener una cuenta en el banco, o un banco, o varios, mejor dicho. ¿Qué es lo que ha pasado señora Botín? Eso no creo que aparezca en la sección de economía del periódico El País. Pero sí que tiene que ver con la economía y con la mano invisible de muchos hombres. Señora Botín, sea como Aretha Franklin, lea libros feministas.

Como dice la feminista negra, lesbiana y comunista, Angela Davis, el feminismo es la idea revolucionaria de que las mujeres somos personas.

El feminismo es revolucionario y por tanto quiere cambiarlo todo: Crear una sociedad para todas y todos con valores de igualdad, solidaridad, libertad, corresponsabilidad y equilibrio con nuestro planeta. Es decir: Cambiar el foco de —su amigo— el dinero, a la vida. Señora Botín, haga caso a Angela Davis cuando le dice que sus palabras “no tienen sentido”. No defienda el dinero, defienda el feminismo.

CLÁUSULA 2

El feminismo, igual que el capitalismo y el patriarcado tiene ambición totalizadora.

La igualdad entre hombres y mujeres no quiere decir que nosotras tenemos que luchar por ser exitosas en los esquemas sociales y económicos hechos por los hombres, es decir, hacer lo mismo que ellos más las “tareas propias de nuestro sexo”, cuidar a nuestras hijas e hijos, mayores, dependientes, hacer la comida y planchar la ropa. Claro que, señora Botín, usted contratará a una mujer (normalmente migrante y en condiciones de trabajo deplorables, que se ve obligada a que otra mujer a su vez, se encargue de su casa y sus hijos) para que usted pueda jugar a las ejecutivas. Pero además, esa realidad donde otras mujeres continúan la rueda de la doble explotación por usted, es una realidad diferente a la del 99% de las mujeres. Aprendamos que muchas mujeres tenemos privilegios sobre otras, por cuestión de clase, etnia, procedencia y orientación o identidad sexual. Ser feminista es también estar a favor de la ratificación del 189 de la O.I.T y contra la enmienda 6777. Señora Botín, sea como Carolina de SEDOAC, entienda que hace falta una respuesta colectiva para visibilizar las desigualdades económicas y sociales que atraviesan a mujeres más discriminadas que nosotras.

Hemos entendido entonces, que a las feministas nos duele la situación de desigualdad y opresión de todas las mujeres, en España y en Asia, donde, por cierto, su compañero de la lista Forbes, Amancio Ortega, utiliza a trabajadoras en condiciones de semiesclavitud para producir las camisetas de Stradivarius, con el lema de Girls support Girls que cuestan 5,99€, aunque tal vez, usted tenga la famosa camiseta de Dior de We should all be feminists de 550€ y que la crítica llevó a donar parte de los beneficios a la O.N.G de Rihanna. Si usted cree que “las chicas deben apoyar a las chicas”, como Amancio, practique la sororidad, señora Botín, sea como las feministas argentinas, que luchan por la libertad de los cuerpos de todas.

En resumen, como dice Silvia Federici “decir que solo luchamos por la igualdad, es decir que queremos la explotación capitalista que sufren los hombres” No queremos ser el 50% del engranaje que sustenta un sistema desigual y opresor. Nosotras queremos cambiar ese engranaje y desarrollar una sociedad con nuevos valores que la sustenten: Queremos cambiarlo todo.

CLÁUSULA 3

El intento de absorción neoliberal: Si todo es feminismo, nada es feminismo

Debajo de lo que ahora nos parece obvio: La brecha salarial, la desigualdad de oportunidades, los estereotipos de belleza o los juguetes rosas… Hay algo mucho más profundo, señora Botín, vayamos a la raíz de las cosas.

El feminismo redefine el sentido común. Las feministas llevamos más de doscientos años luchando por la igualdad salarial, y ahora en vez de verse como un atrevimiento o una utopía, es de esas cosas obvias que todo el mundo entiende que hay que cambiar. Y ustedes, están dispuestos a asumir hasta ahí, es decir, algunas de la expresiones de la desigualdad, para que parezca que todo ha cambiado, sin cambiar nada. Quieren frenar los cambios estructurales que subyacen de esa desigualdad salarial, de la división sexual del trabajo, o la feminización (y por tanto) precarización de algunos sectores menos valorados socialmente. Pero usted, que se dice a sí misma que en su lucha personal ha luchado por todas, utiliza el feminismo como una etiqueta, porque si todo es feminismo, nada es feminismo, en un intento de neutralizar algo realmente peligroso para ustedes: El feminismo quiere subvertir el sistema, y usted está en la cúspide de ese sistema.

No a todas nos entrevistan en la ser o nos publican artículos en El País, como a las jornaleras marroquíes que sufren explotación en Andalucía o a la activista de Arabia Saudí Esra al-Ghamgam en prisión y que se enfrenta a una condenada a muerte por orden del Gobierno Saudí, amigos de la Casa Real y también de sus clientes del Banco Santander: La industria armamentística española. Espero que se repita a sí misma muchas veces que lo que usted ha luchado, lo ha luchado por todas, lo necesita.

Siempre hubo un feminismo burgués y otro de clase, y siempre hubo interés en esta confrontación; pero señora Botín, yo no hago de esto un problema entre mujeres, es una lucha entre el capitalismo-patriarcado contra todas nosotras. Y usted, como mujer se alía con quienes la discriminan también a usted, y nos oprime y nos explota; y más allá de eso, forma parte del núcleo duro de ese sistema. Todas las mujeres deberían ser feministas, sí, pero no todas lo son. Está usted a tiempo de cambiarlo, señora Botín, firme las cláusulas, luche con nosotras. Pero tenga en cuenta que el feminismo vino en olas, y la que se está asomando ahora a la orilla, es imparable. No intente parar las olas, señora Botín, Be water my friend.

Compañeras feministas, en nuestro contrato con el feminismo, no dejemos de mirar a las que sufren, a todas las que son oprimidas y explotadas, luchemos juntas contra el capitalismo y el patriarcado, con la mirada clara hacia un horizonte violeta, pero seamos conscientes de que nos miran a nosotras para intentar neutralizarnos.

Que ellas hagan artículos de feminismo en la sección de economía, nosotras haremos la revolución.


Opinión /