10 de enero de 2019: Una fecha histórica
En la patria de Hugo Chávez se acaba de consolidar una victoria política que ha conmovido al pueblo de América Latina. Se demuestra una vez más, que Chávez está en el alma del bravo pueblo y se ratifica que no edificó en el viento, sino en el corazón del pueblo humilde, sencillo, y una oposición, que cometió el grave error de haber subestimado a Nicolás Maduro… ¡cómo les duele! Cada vez están más lejos del Palacio de Miraflores.
La ofensiva lanzada por el fascismo y la canalla mediática, en contra del proceso bolivariano, no tiene antecedentes en tiempos recientes. Fue odio lo que se cultivó, antes y durante la posesión del gobierno legítimamente constituido. Esa ofensiva ha sido contenida, pero no ha sido derrotada y continuara con más crueldad. Tenemos confianza, en que el pueblo bolivariano, cuide como la niña de sus ojos este proceso ejemplarizante que durante más de 18 años se ha venido consolidando. La guerra será larga y difícil, Chávez no los advirtió, cuando dijo: “Al Imperio no hay que subestimarlo, pero tampoco hay que temerle. Quien pretenda llevar adelante un proyecto de transformación, inevitablemente chocará con el imperio”. Entonces para engañar al imperio y a las burguesías fascistas de América Latina algunos ingenuos se han inventado conceptos como el de “centro izquierda” otros acuden al discurso suave para no despertar la ira del dragón y no falta quien le encienda una vela al diablo y otra vela a Dios.
Pero, el enojo de los Estados Unidos y las burguesías latinoamericanas, es porque Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia se resisten a transitar por el modelo de democracias Neoliberales que ha impuesto los Estados Unidos en nuestros países. Hugo Chávez al respecto advertía: “En américa Latina nos quieren imponer el modelo de democracia diseñado por los Estados Unidos, y el que no acepte entrar por ese carril, lo acusan de populista radical, terrorista y dictador”. Para satisfacer a este modelo impetuoso, injusto y desgarrador, el gobierno de Maduro debería privatizar PDVSA e iniciar una serie de reformas, pensional, laboral, aceptar el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional e iniciar el desmonte del Alba, Petrocaribe, Unasur, Celac, entregar Telesur al grupo Prisa de España, erradicar conceptos como el de soberanía, autodeterminación de los pueblos y por ultimo desmontar el culto a Chávez. Con todo lo anterior, Venezuela recuperaría su prestigio de país democrático y emitiría una señal que está dispuesta a respetar las reglas de juego que el imperio imponga. ¡Ya no sería una dictadura!
No es extraño que el remedo de democracia existente en Colombia, tenga el reconocimiento de la comunidad internacional, ante un escenario tan dantesco como el que presenta. Es que en este país, ya no queda muchas cosas por privatizar y además todo se está importando y se ha cedido la soberanía a las grandes multinacionales que hacen lo que quieren sin respetar marco jurídico alguno. Por eso mismo, la comunidad internacional, se ha silenciado ante el genocidio que se presenta en Colombia, donde el derecho a la vida ha sido pulverizado. Transcurrido 14 días del año 2019, han sido asesinados 8 dirigentes sociales y en el 2018 fueron asesinados más de 226 líderes sociales. En esta democracia colombiana robusta y sin fisura, se ha permitido que Colombia siga siendo el principal productor de cocaína del mundo al registrar aumento históricos de las plantaciones de coca y de su capacidad para producir esa droga en 2017(ONU). Se infiere que es necesario seguir este modelo democrático porque permite que el corrupto se mueva como pez en el agua, según la Contraloría General de la Nación la corrupción le cuesta al país 50 billones de pesos al año, unos18.400 millones de dólares.
Esta democracia genuina, ha permitido que en Colombia, la muerte de niños por física hambre se constituya en algo normal, en el año 2018 murieron más de 45 niños de física hambre en el departamento de La Guajira. La dictadura criminal se encuentra en Colombia desde hace décadas.
Este 2019 será de lucha social en la Patria Grande ante la ofensiva del Modelo Neoliberal y las pretensiones imperiales de erradicar por completo cualquier indicio de surgimiento de gobiernos progresistas. Es un imperativo la solidaridad y la denuncia permanente y oportuna. El fascismo se vence con unidad, organización y lucha.