Jornada de terror, ira y protesta en Estados Unidos
Terror, angustia, pero también ira y resistencia, cundieron a lo largo de Estados Unidos ante la amenaza de redadas masivas de inmigrantes por el régimen de Donald Trump, maniobra que aun antes de iniciar ya logró su principal objetivo de sembrar y nutrir el temor entre los más vulnerables en este país.
Trump confirmó el viernes que este domingo iniciarán redadas masivas a escala nacional para «sacar a la gente» que llegó «ilegalmente» y deportarlos. Funcionarios de su gobierno indicaron que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizarán operativos en por lo menos nueve ciudades mayores, incluyendo Los Ángeles, Chicago, Nueva York, Houston, Miami, Atlanta, San Francisco, Baltimore y Denver.
Nueva Orleáns, la décima ciudad en la lista, fue perdonada por ahora; el ICE anunció que no se realizarán redadas ahí, aparentemente como un acto de misericordia ante la llegada de un huracán que podría dejar inundada toda esa región este fin de semana.
Oficiales del Departamento de Seguridad Interna informaron en estos últimos días que el propósito es detener a 2 mil inmigrantes y/o familias indocumentados con órdenes de deportación, pero advirtieron que podría haber arrestos «colaterales» de migrantes que podrían quedar atrapados en el operativo.
Miles de familias han tenido que tener conversaciones con sus hijos sobre qué hacer si llega la migra, con quién buscarán refugio si los padres son detenidos o si no regresan del trabajo. Otros dudan de ir a sus trabajos, a misa, a citas médicas, a comprar alimentos para no tener que arriesgarse a salir en los próximo días; otros han interrumpido sus planes de irse de vacaciones con sus familias si es que entre ellos el padre o la madre, o el tío o el sobrino, son indocumentados.
Bajo sitio
«Estamos angustiados, no sabemos qué sucederá, nos tienen bajo sitio», comentó a La Jornada un padre de familia en Nueva York. Algunos trataron de usar un poco de humor como escudo ante el temor; un mesero decía: «Sabemos cómo desaparecer, así vivimos», pero su sonrisa no duró mucho tiempo.
Alrededor del país, muchos se preparan para lo peor. Se repiten historias parecidas a la de una madre en Atlanta que ha tratado de no manejar, cuya familia intentará no salir a la calle este domingo y que medirá las cosas día con día después, para ver si se arriesga a regresar a su empleo como trabajadora doméstica.
Una nicaragüense en Miami advirtió a sus familiares que no abrieran la puerta y salieran lo menos posible; compró alimentos para varios días y comentó a una amiga, activista migrante joven, que «siento como si estuviera por llegar un huracán», reportó Los Angeles Times.
De hecho, la industria restaurantera, como otras en zonas urbanas que dependen de mano de obra inmigrante, expresa preocupación por el impacto de esta maniobra, ya que sus trabajadores podrían ausentarse en los próximos días. Asociaciones de restaurantes en California, Illinois y otros estados, junto con asociaciones de sus trabajadores y agrupaciones de defensa de indocumentados, están colaborando para informar a dueños y empleados de los derechos que gozan ante las autoridades de migración.
Alcaldes de casi todas las ciudades que podrían ser afectadas por las redadas han anunciado que las policías metropolitanas no compartirán datos con los agentes federales, ni permitirán que los detenidos sean encerrados en cárceles metropolitanas bajo su control. Más aún, han anunciado servicios de emergencia de apoyo a inmigrantes afectados, incluyendo servicios legales y asistencia con menores de edad que pudieran quedar abandonados como consecuencia de las redadas.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, junto con su jefe de policía, Michael Moore, difundieron el mensaje “aquí (…) no estaremos coordinando con ICE. La ciudad está de tu lado, estamos en esto juntos”. Su gobierno emitió un boletín con una lista de los derechos ante las autoridades migratorias (http://stepforward.lacity.
El mismo tipo de mensaje fue enviado por sus contrapartes en San Francisco, Chicago, Nueva York, Atlanta y hasta en la capital, Washington, entre otras.
A su vez, organizaciones de defensa de inmigrantes, derechos y libertades civiles continuaron difundiendo materiales sobre los derechos de todo migrante (https://www.aclu.org/ know-your-rights/derechos-de-
José Pertierra, veterano abogado de inmigración y analista político en Washington, en entrevista con La Jornada declaró que se multiplican las llamadas de clientes que «están en pánico total». Explicó que queda claro que el plan del régimen de Trump «no es la detención de unos 2 mil, el verdadero plan es provocar pánico entre los casi 11 millones de indocumentados en el país».
Agregó que «todo está conectado» entre el anuncio de las redadas, los campos de concentración repletos de inmigrantes, las escenas de condiciones infrahumanas, todo esto es a propósito con la idea de «aterrorizar» a los migrantes, con la idea errónea de que se saldrán del país por su cuenta, y otros no vendrán al ver todo esto.
Concluyó: «Esto es terror, y en este contexto, Trump es el terrorista en jefe».
Ira y protesta
Junto con el temor crece la ira contra las políticas antimigrantes, con acciones de protesta, vigilias, marchas y denuncias de condiciones en los centros de detención que ahora muchos califican de «campos de concentración».
Miles marcharon el sábado por el centro de Chicago hacia las oficinas del ICE en esa entidad, coreando «los inmigrantes son bienvenidos aquí» y declarando su resistencia contra las acciones del régimen de Trump. Ahí, el representante federal Jesús Chuy García y otros políticos denunciaron las amenazas contra la comunidad. Una niña de 11 años preguntó desde el podio: «¿No soy una menor de edad? ¿No merecemos el derecho de tener una familia?», reportó el Chicago Tribune.
A la vez, continuaron las condenas por las condiciones en los centros de detención, sobre todo en la zona fronteriza. Una visita del vicepresidente Mike Pence el viernes a una estación en la frontera para supuestamente comprobar que las críticas crecientes por el manejo de los detenidos de su gobierno eran falsas, tuvo el efecto contrario al difundirse las imágenes de casi 400 hombres enjaulados juntos, sin lugar para dormir, que gritaban que necesitaban bañarse y cepillarse los dientes mientras emanaba un fuerte olor.
Ayer, el representante federal Jim McGovern reportó que visitó un centro de procesamiento migrante en McAllen, Texas, y declaró: «La inhumanidad de este lugar es abrumadora».
Mientras tanto, el gobierno sigue abriendo y llenando nuevos centros y anunciando que procederá en contra de un millón de inmigrantes, todo parte de una guerra donde el enemigo son «los ilegales».
El representante federal John Lewis, figura histórica que marchó con Martin Luther King, declaró que «no hay tal cosa como un ser humano ilegal. Todos podríamos haber llegado aquí en naves diferentes, pero ahora todos estamos en el mismo barco».
Fuente: La Jornada