Jaime Martínez •  Opinión •  19/02/2020

La avenida española de Berlín

La avenida española de Berlín

5 de agosto de 2013: acababa de llegar por primera vez a Berlín y aún no había encontrado un piso en el que quedarme. Un amigo que estaba de viaje en Brasil me ofreció pernoctar en su residencia de estudiantes en Schlachtensee, situada en el distrito berlinés de Steglitz-Zehlendorf, al suroeste de la urbe. Me bajé del S-Bahn (una especie de transporte a medio camino entre el metro ligero y el Cercanías) y empecé a caminar penosamente con mi enorme maleta por la Breisgauer Strasse, entre enormes villas y un adoquinado que me hacía el trayecto bastante complicado. En cierto momento llegué a un cruce y ahí estaba: la Spanische Allee (Avenida Española) y un cartel comido por la hierba en el que ponía Guernica Platz (Plaza de Gernika). En ese momento me salió una sonrisa al dar por casualidad e inesperadamente con ese lugar. Sin embargo, la historia de la Spanische Allee es una mancha negra en la memoria histórica de Alemania.

6 de junio de 1939: un pódium se alza entre la multitud. En el centro, Hitler saluda a la Legión Cóndor, dándoles la bienvenida tras su participación en la Guerra de España de 1936 a 1939. A su lado está Hermann Göring, comandante supremo de la Luftwaffe, la fuerza aérea del Tercer Reich. A la derecha de este se sitúa el general Queipo de Llano (el carnicero de Sevilla) y un poco más atrás el general Yagüe (el carnicero de Badajoz). Delante de ellos desfila la Legión Cóndor, responsable de incontables bombardeos (Albacete, Jaén, Fabricona de Golpejar), de los cuales el más conocido es el de Gernika, cuyo número de víctimas oscila entre distintos historiadores, pero que habría sido de varios centenares, además de una total devastación. Además de la Legión Cóndor, soldados del ejército franquista se pasean ante la mirada de Hitler y gran parte del Estado Mayor Nazi. Ese día la Wannseestrasse, en Zehlendorf, pasó a denominarse Spanische Allee.

Recientemente, en el documental Franco on Trial (Franco ante la justicia) de Dietmar Post y Lucía Palacios entrevistaban a la hija de Yagüe, María Eugenia Yagüe, quien muestra un retrato de Göring enmarcado en plata dedicado a su padre y que este le dio durante su visita a Berlín. En este documental María Eugenia Yagüe aporta más información sobre el viaje, ya que destaca que muchos militares españoles se desplazaron a Berlín. Esta clara alianza del nacionalcatolicismo franquista con el nazismo no es para María Eugenia Yagüe otra cosa que «cordialidad», obviando que el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de la República tuvo el apoyo del fascismo italiano y del nazismo alemán, cooperadores necesarios para que Franco ganara la guerra.

No parece tampoco muy casual ni mera cordialidad la visita oficial a Berlín que pagaron Ramón Serrano Suñer, Eugenio Espinosa de los Monteros y Antonio Sagardía Ramos, entre otros, en septiembre de 1940, cuando el ejército nazi se había plantado en los Pirineos, justo un mes antes de que Franco y Hitler se entrevistaran en Hendaya. La foto de esta delegación diplomática franquista al lado de Himmler (jefe de las SS) en el cuartel de la División de las SS Adolf Hitler, también en el distrito Steglitz-Zehlendorf en el barrio de Lichterfelde, no parece propia de un mero trámite. Hoy ese cuartel es precisamente el que guarda esas fotos, ya que fue reconvertido en el Bundesarchiv (Archivo Federal).

Volviendo a la Avenida Española, sorprende cómo esta ha pasado sin pena ni gloria durante la desnazificación de Alemania. No es hasta 1998 cuando el ayuntamiento del distrito de Steglitz-Zehlendorf decide nombrar a un cruce de calles la Guernica Platz (Plaza de Gernika), en un intento fallido de compensar la memoria de las víctimas de los bombardeos nazis en España. La Guernica Platz no es sino el citado cruce con unos setos de hierba, que pasa totalmente desapercibido para cualquier viandante, ciclista o conductor, solo marcado con una pequeña placa al lado de una marquesina de la parada del autobús 112 (que ni siquiera lleva el nombre de la plaza, sino Krankenhaus Hubertus) y que cuenta la historia aquí descrita. Sin duda, el supuesto resarcimiento es mucho menor que una avenida de cuatro kilómetros de largo que atraviesa medio distrito.

Mi vida en Berlín me ha llevado de nuevo a vivir en Steglitz-Zehlendorf, ahora sí, después de haber tomado conciencia de esa aberración que se encuentra no muy lejos de mi casa. Como vecino del distrito y como ciudadano español, creo que es hora de que se acabe con esta vergüenza histórica, que daña la memoria de tantas personas que perecieron bajo el peso de las bombas: un homenaje a la Legión Cóndor y al nazismo en un país que hace gala de ser escrupuloso cuando se trata de la memoria histórica y de borrar toda huella del periodo nazi.

El cambio de nombre de la Spanische Allee no es algo que no se haya intentado, sino que hasta ahora se ha desestimado. La última vez que se ha llevado a debate ha sido gracias a una moción de Die Linke (La Izquierda), que presentó una moción con motivo del 80° aniversario para el cambio de nombre. Sin embargo, el 30 de octubre de 2019 la Comisión de Educación y Cultura la rechazó. A favor del cambio de nombre votaron la propia Die Linke y SPD (Socialdemócratas), mientras que se opusieron CDU (Democristianos), AfD (Extrema-derecha), FDP (liberales) y, sorprendentemente, Die Grünen (Los Verdes), que siempre tratan de ser cuidadosos y aparentar una imagen antifascista. Esta decisión de la comisión fue ratificada por el pleno del distrito el 13 de noviembre. Sin embargo, no nos rendiremos hasta que se haga justicia con las víctimas de la Legión Cóndor.

* Por Jaime Martínez, responsable de Comunicación de la asamblea de IU Exterior en Berlín (IU Berlín).


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