Adriana Guzmán: La dictadura busca perpetuarse a través de la represión
Entrevistamos a Adriana Guzmán, feminista comunitaria antipatriarcal boliviana sobre las últimas protestas y hechos represivos por la dictadura de Añez, en la pasada semana.
-Nos interesa saber, fundamentalmente, qué es lo que ha venido ocurriendo esta última semana a partir, fundamentalmente, de lo que fue el petardazo. Cómo se organizó ese petardazo y, después, qué consecuencias hubo a partir de la entrada de policías y militares en Cochabamba y en otras zonas también.
-El petardazo, que ha sido el 10 de mayo, tiene un antecedente que es otro petardazo, cacerolazo, que se ha hecho como otras formas de protesta en medio del encierro de la pandemia y ya se hizo el primero de mayo. En la noche del 30 se hizo el cacerolazo y al día siguiente los militares intervinieron casa por casa en Senkata,que es un lugar donde ha sido la masacre el año pasado, en el golpe de estado, en la ciudad del Alto, en la Paz. Entonces, ya el primero de mayo han intervenido y detenido 47 personas, esas personas hasta este momento no han sido liberadas, han sido encarceladas supuestamente por atentar contra la salud, por sedición, por terrorismo, varias causas que este gobierno de facto les ha inventado.
Ese es un primer antecedente, con la represión en Senkata, que para nosotros es escarmentador para todo el pueblo. Con todo eso, y con más rabia, se organiza el cacerolazo, el petardazo, del 10 de mayo exigiendo cosas concretas, que se vaya el gobierno de facto, una cuarentena sin hambre, que haya políticas realmente de salud, políticas económicas, también, aparte de diferentes sectores que están exigiendo ¡Elecciones ya!.
En todo caso, el petardazo es una muestra del rechazo al gobierno de facto y a sus políticas de represión, de persecución, de hambre, ninguna política de salud, su incapacidad en todos los sectores y su complicidad permanente con los empresarios agroindustriales, sojeros, quienes han exigido y permitido el ingreso de los transgénicos.
Igual que pasó el primero de mayo, al día siguiente del cacerolazo, petardazo, intervienen, esta vez el sector de Cochabamba, Kara Kara, donde ya había habido represiones terribles en el golpe de estado. O sea, que no es casual, las represiones son a los lugares simbólicos, a los lugares de resistencia.
Los lugares donde han habido las masacres son lugares empobrecidos, donde la gente sabe que el sistema neoliberal nos mata y por eso peleamos contra un gobierno de facto que quiere volver a un sistema neoliberal y profundizarlo, entonces son escarmientos a los lugares que vamos.
Empezó la represión el 11 en K’ara K’ara, que es el sector del botadero de basura en Cochabamba, donde son los botaderos vive la gente más empobrecida porque no tiene donde vivir, quien va a vivir donde el botadero, la gente que no tiene acceso, que no tiene territorio, y también es gente que resiste a todas las políticas.
Ahí, empezaron también una movilización el 11 de mayo exigiendo la flexibilización de la cuarentena, nada más, no han exigido elecciones, nada más que flexibilización para poder salir a trabajar, a vender, prioritariamente han sido las mujeres las que han salido exigiendo poder trabajar para dar comida a sus hijos, y muchas veces comida a sus maridos porque los esposos tienen trabajos en los que no se pueden reiniciar en la cuarentena, las mujeres siempre vendemos lo que sea para poder comer.
Esas manifestaciones por hambre han sido reprimidas con militares, con balas de fuego, con balas que matan, han habido muchos heridos, se ha reprimido en las casas, se ha metido gas a las casas, otra vez como escarmiento. Sin embargo, en ese sector de K’ara K’ara las movilizaciones continúan, el bloqueo continúa.
-Justamente hablábamos de las mujeres y del papel tan importante que juegan, yo diría que en todo, en la alimentación, en el cuidado, en mantener la unión de las familias, de las comunidades. ¿Cómo se está viviendo en otras partes que no sea Cochabamba, por ejemplo en La Paz, la situación de represión hacia las mujeres?
-Desde el principio de la cuarentena, de declarada la pandemia, la represión ha sido focalizada principalmente a las mujeres. Esto puede tener que ver con el mismo golpe, que se ha construido sobre el cuerpo de las mujeres, pero también a eso se suma que en la cuarentena, la pandemia, también las más afectadas somos las mujeres que estamos a cargo de las guaguas, que estamos en el trabajo informal finalmente, porque hay mucha gente que puede estar teletrabajando, trabajando desde su casa, pero las mujeres no tenemos trabajos asalariados, no estamos en el gran sistema de la macroeconomía, no somos empresarias, ni gerentas.
La gran parte de las mujeres indígenas y empobrecidas estamos en el comercio informal, yo también, mis compañeras también, vivimos de vender distintas cosas, ya sea tejidos, artesanías, comida, verduras. Entonces, desde el principio ha habido una represión a las mujeres. A la semana de declararse la cuarentena total, por ejemplo, se ha organizado en el sector del oriente del país una marcha en contra de esta cuarentena, principalmente de mujeres que venden comida o cosas, que viven al día.
Esta marcha ha sido reprimida, se han detenido a diez personas y se ha encarcelado a cinco mujeres, que supuestamente habían convocado, del oriente del país se las ha traído al occidente, al lugar más frío, y se las ha juzgado en procesos abreviados, muchas están con detención preventiva y dos han sido liberadas, pero las que han quedado con prisión preventiva el gobierno, el Ministerio Público, está pidiendo diez años de cárcel. Es impresionante la criminalización del hambre y de la pobreza, y principalmente las mujeres.
-En el marco de todo esto, ¿cómo ves el tema de lo electoral? Porque nosotros desde aquí, la verdad, que nos da mucha duda que un gobierno dictatorial de estas características, que avanza permanentemente sobre los territorios y sobre los negociados que siguen haciendo, conceda tan alegremente la posibilidad de que pueda ser derrotado electoralmente, que si hubiera una elección libre, obviamente, eso pasaría. ¿Cómo ves esta decisión unánime, por lo menos del MAS, de seguir bregando por lo electoral como la única salida?
-Lo que pasa es que no se puede, yo creo, enfrentar los gobiernos de facto, las dictaduras, sin memoria de nuestro propio territorio y de la región, ningún gobierno dictatorial ha entregado el poder en las elecciones. Creo que el Gobierno de facto está buscando muchas formas para quedarse finalmente, las represiones en la pandemia tienen que ver con eso, con mostrar que hay un clima de inestabilidad social, que la gente vinculada, supuestamente, al MAS está desestabilizando el país y poniendo en riesgo la salud de todo el país y contagiando el coronavirus, y todos esos argumentos van a ser usados para que finalmente no se defina la fecha de las elecciones.
Pero, también entiendo que no tenemos muchas salidas, no hay muchas posibilidades que pensar, finalmente lo electoral es una de las salidas. A mí me parece que cuando el MAS se concentra en eso, como Parlamento en realidad porque es mucho más que el Congreso y que los diputados, pero es su trabajo de los congresistas exigir y lograr que haya elecciones.
Ahora lo que pasa es que hay una desarticulación de las organizaciones sociales también por el golpe, por las masacres, por las contradicciones internas que ya había dentro del MAS como instrumento, como partido. Entonces, estamos jugando en dos tiempos. Creo que el Congreso tiene que hacer su trabajo y jugar en el tiempo electoral y las organizaciones estamos tratando de rearmarnos para poder resistir en la calle, para nosotras como feministas el golpe se saca en la calle.
-¿Cuánto sigue pesando la figura de Evo Morales en el imaginario actual del movimiento popular boliviano?
-Creo que las cosas se han dado tan rápido que hoy la centralidad no es el Evo. En un primer momento, y por 13 años, ha sido muy importante y ha sido también un eje articulador dentro de los pueblos originarios y las organizaciones sociales con esto que han llamado las clases medias también. Pero, como se ha dado el golpe, con el racismo que ha explotado, con la persecución que hay a los pueblos indígenas, a quienes tenemos esta cara hay una persecución por «portación de rostro», como decimos, creo que se ha ido descentrando la imagen del Evo.
En una primera etapa está él, ha estado permanentemente escribiendo, hablando, mandando mensajes, pero ahora cada vez es menor, también por la desestructuración del MAS, por las contradicciones internas, por las masacres que ha habido.
Creo que ahora más bien se está articulando desde las dirigencias territoriales, y no por una autocrítica de reflexión, sino porque frente al golpe cómo te defiendes de las balas, tienes que organizarte territorialmente, cómo te defiendes de la pandemia y del hambre, tienes que organizarte territorialmente. Entonces, si bien es complejo toda la represión que hay, al mismo tiempo se están generando otras formas de organización que creo que son más sólidas y no dependen solamente del Evo.
Transcripción: Guillermina R. Iturralde.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2020/05/17/bolivia-adriana-guzman-la-dictadura-busca-perpetuarse-a-traves-de-la-represion/