Unos son fascistas por imitación y a otros les ofende que los definan por sus actos. El COVID-19 los ha sacado a la calle.
Con el fascismo pasa algo curioso, algunos son fascistas sin saberlo, por imitación y a otros les ofende que definan por sus hechos.
El facherio es diverso, desde el burgués asustado, hasta el fascista ideológico, pasando por una serie de personajes nefastos, racistas, pijos, aspirantes a pijos pero sin dinero, esquiroles, mamporreros y el la punta de la pirámide estan los oligarcas, los grandes empresarios, los multimillonarios que defienden los intereses de su clase y pretenden mantener bajo su bota a la clase trabajadora.
La ultraderecha española siempre ha lamido botas, de militares, de obispos, de señoritos, de multimillonarios y a ellos se deben, ese es su patriotismo.
Por eso son capaces de usar el COVID-19 como arma arrojadiza, de utilizar una pandemia para tratar de recuperar el poder, de politizar el coronavirus ignorando la muerte, el dolor y el sufrimiento de los pueblos de España.
Es vergonzoso ver las manifestaciones alentadas en plena pandemia por el PPVOX.
En plena pandemia decenas de fachapijos se saltan las medidas de seguridad y tratan de enfrentar a la ciudadanía.
Lo hacen cuando estamos pasando por uno de los trances más difíciles que ha pasado la humanidad en su historia.
Politicos irresponsables y carroñeros convocan manifestaciones para aprovecharse del COVID-19, líderes del bulo, mentirosos, traidores.