Un repaso al modelo penitenciario europeo. Historia y arquitectura carcelaria
Una institución lamentablemente antigua
El origen de la privación de libertad como medida de control social y represión contra rebeldes e improductivos, se remonta largo tiempo atrás. Ya la Biblia en el Génesis nos relata como en el imperio egipcio metía en prisiones a los que cometían delitos contra el faraón, varios siglos antes de cristo. En la época griega se utilizaban las “Latomías”1, profundas canteras dónde se abandonaban a los presos hasta morir.
Con la llegada del Imperio Romano, la privación de libertad se convirtió en un espacio en trámite, un lugar en el que permanecían los reclusos hasta que las autoridades dictasen sentencia. Este modelo represivo se mantuvo durante toda la Antigüedad y la Edad Media. Las celdas eran lugares en los que se dejaba al reo hasta que confesara sus crímenes o pagara un impuesto, sometiéndole a menudo a fuertes torturas para arrancar la confesión esperada. Los castigos posteriores eran ejercidos en público, para que sirvieran como ejemplo al resto de la población y que cualquier idea de rebelión contra el orden establecido fuera mitigada . Si la condena no implicaba la muerte, el sujeto quedaba marcado para todos sus cohabitantes como malhechor, con el consiguiente estigma social derivado de ello. Si el reo pagaba impuesto, frecuentemente él y sus familiares acababan viéndose enredados en una trama de extorsión bajo amenaza de hacer público el delito cometido, si se dejaba de pagar con regularidad a la autoridad del lugar.
“El trabajo os hará libres”
La conocida frase del campo de concentración de Auschwitz, “el trabajo os hará libres”, describe perfectamente la deriva de los sistemas de reclusión desde el s. XVI. A partir de mediados del s. XV, en Europa, la creciente población en las ciudades comenzaba a plantear conflictos de salud pública, la pillería y la picaresca se generalizaban ante una población que no tenía nada que llevarse a la boca. En esta época surgen los hospitales como modelo de encierro tanto para todas aquellas personas que ejercían actividades fuera de lo tolerable por las élites como para los enfermos o, los que por su condición física no eran aptos para la producción.
Será con la llegada de la era Moderna y la Reforma de Lutero, con la idea del trabajo como algo sagrado, que llegaran las casas de corrección en los países europeos. La primera se inaugura en 1552 en Inglaterra, y luego Holanda tomaría el timón de este modelo llevándolo a su máxima expresión. La función de estas instituciones era la de “redirigir a vagos, disolutos, vagabundos, lismoneros y prostitutas ”. Es decir, a todos aquellos que no producían, a los que eran diferentes, a las sexualidades alternativas y a aquellas personas que no se resignaban a verse reducidos a esclavos en favor de la producción o que amenazaban la moral reinante. Incluso se “acogía” a personas que eran entregadas voluntariamente por sus familias, incapaces de aguantar la presión de la vergüenza social.
A finales del s. XVI comienza la segmentación por sexos en distintos tipos de edificios y trabajos. A los hombres se les destinaba a tareas físicas como el raspado de la madera, mientras que a las mujeres se les destinaba a labores textiles. Poco después en 1600 se amplió para recluir también a menores. En todas estas instituciones, ascendientes directos de nuestro actual sistema “reinsertador”, se aplicaba la disciplina mediante diversas torturas: latigazos, cepos, ayunos o simulaciones de ahogamiento. Rápidamente este modelo fue asimilado por los países de tradición católica, encontrando en la primera década del s.XVII la fundación de hospicios, donde se aglutinaba a ancianos sin recursos, enfermos, huérfanos y delincuentes. Aquí también comenzaría el modelo del aislamiento celular, por las noches cada delincuente acudía a una celda individual y durante el día, mientras duraba el trabajo, el silencio era norma. De aquí derivan los actuales regímenes de aislamiento y FIES.
Reforma e ilustración. El panoptismo y el castigo interno
A finales del s. XVIII el incendio del Hôtel Dieu de Paris, que dejó numerosas víctimas debido a la falta de seguridad en su diseño, provocó un cambio de paradigma, los hospitales comenzaron medicalizarse y, por lo tanto, dejarían progresivamente de acoger a los marginados y descarriados.
Basándose en la Ilustración y en los escritos de Rousseau, Montesquieau o Lardizábal, comenzó una reforma de la Institución Penitenciaria. Es entonces cuando se propone encerrar tan solo a aquellos que hubiesen atentado contra la ley, con el objetivo de devolverlos a la sociedad tras un cambio de mentalidad. Justificándose en el grado de peligro que suponía tener una alta densidad de población subversiva concentrada en un mismo lugar, se implanta el modelo panóptico de vigilancia. Este modelo genera espacios cerrados, donde todo el recinto es vigilado desde una posición elevada, no pudiendo saber en qué momento se es observado y cuándo no. Esto tiene unas connotaciones profundas para la vida de las personas, supone la autocoherción y la implantación del sistema de disciplina regido por un guarda invisible, que acababa siendo interiorizado y asimilado por las personas privadas de libertad. A este respecto los modelos fueron asumiendo cambios hasta llegar al actual modelo radial, con la torre en el centro y galerías que salen desde ella. Esta arquitectura fue imponiéndose por su economía en cuanto a recursos de construcción y planificación del espacio.
A día de hoy este es el modelo que continúa siendo aplicado, con diversos grados de refinamiento y optimización. Por ejemplo, la clasificación por grados y la aplicación del aislamiento o dispersión generan una dinámica de recompensa y castigo en la que la persona privada de libertad que colabora, se somete, reafirma las malas praxis de los carceleros o simplemente mira hacia otro lado, obtiene privilegios. Buena prueba de ello es la aprobación del régimen FIES (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento) en 1996 para desarticular la potente lucha que distintas organizaciones de presos insumisos mantenían contra las Instituciones Penitenciarias. Protestas que habían estado organizadas desde la transición, con una buena cantidad de motines, fugas o secuestros de carceleros.
Para conocer más sobre el estado actual del sistema penitenciario español pincha aquí: https://www.tercerainformacion.es/opinion/reportajes/2020/05/10/un-repaso-a-las-carceles-de-espana-i-el-sistema-penitenciario-en-el-territorio-espanol-a-vista-de-pajaro
Bibliografía:
https://almacendederecho.org/los-origenes-la-arquitectura-penitenciaria/
https://leyderecho.org/casa-de-correccion/
https://genteinvencible.com/panoptismo/
1 Latomías: https://es.wikipedia.org/wiki/Latom%C3%ADa