El problema en Bielorrusia no es Lukashenko, ni Rusia.
Para los EEUU y sus satélites Europeos el problema no es Lukashenko, ni les preocupa el pueblo bielorruso, ni se dedican a exportar democracia.
Quieren convertir a Bielorrusia en una nueva Ucrania en manos del fascismo, o destruir el Estado como han hecho en Iraq o Libia y en muchos otros países en todo el mundo.
Les preocupa y les molesta que Bielorrusia sea un aliado de Rusia en el tablero geoestrategico, les molesta que Bielorrusia mantenga una economía planificada desde el Estado tras la desintegración de la URSS.
La OTAN, los EEUU y sus mamporreros se dedican a destruir Estados y a poner dictaduras y gobiernos titeres afines que renuncien a la soberanía nacional a cambio de prebendas y privilegios para una minoría traidora a su patria.
Lo mismo que tratan de hacer en Venezuela, lo intentan ahora llevar a cabo en Bielorrusia.
Los dictadores y el fascismo són bienvenidos para EEUU y sus mamporreros. Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Colombia, Brasil, Marruecos, Hungría, Ucrania, Polonia…y una larga lista de brutales dictaduras y pseudo democracias són aliados del neoliberalismo y del capitalismo salvaje.
Hoy como ayer y como siempre nos encontramos ante una clara injerencia extranjera en los asuntos internos de un país soberano.
Lo que más odia el capitalismo es la soberanía y no tolera que exista ningún gobierno que trate de ser independiente y soberano ante los poderes económicos y las grandes multinacionales.
Por eso apoyo a Bielorrusia hoy, del mismo modo que a Venezuela o Cuba cuando exigen que se respete su derecho a decidir sobre su propio destino y su modelo de Estado.