¡A buena hora van a defender los intereses de España!
El presidente Trump ha revocado el permiso imperial para que Repsol exporte petróleo de Venezuela y ha anunciado que impedirá que invierta en aquel país alrededor de 1.590 millones en nuevos yacimientos.
Inmediatamente, el gobierno de España, presidido por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el Partido Popular han salido en defensa de la empresa con un mismo argumento.
El ministro de Asuntos Exteriores ha dicho: «El Gobierno de España va a defender los intereses de Repsol y de cualquier empresa española». El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no se ha quedado a la zaga: «Vamos a defender nuestros intereses».
Tiene guasa la cosa, porque Repsol es de todo menos una empresa española desde que los gobiernos de ambos partidos presididos, primero, por Felipe González y luego por José María Aznar, la vendieron al capital extranjero.
Repsol era una de nuestras joyas empresariales, de propiedad pública -de todos los españoles- y muy rentable. Constituida en 1986 agrupando a diversas empresas, obtuvo ese mismo año beneficios brutos de 29.117 millones de pesetas y 57.455 millones un año después.
En 1989, el gobierno de González inició su privatización vendiendo el 26% del capital y el de Aznar la terminó de vender por completo en 1997. Desde entonces, su capital ha ido pasando de mano en mano, pero siempre hacia cada vez más capitales extranjeros. Incluso las empresas rusas Gazprom y Lukoil (por cierto, con el apoyo del entonces Rey Juan Carlos I, según se supo) estuvieron a punto de hacerse con su control.
Actualmente y según fuentes de la propia Repsol sus accionistas institucionales proceden de diferentes países en estos porcentajes: Estados Unidos (33%), Reino Unido (24%), Francia (12%), Alemania (5%), España (5%), resto de Europa (12%) y resto del mundo (9%).
¿Qué intereses de España dicen el gobierno de Pedro Sánchez y el Partido Popular que defienden ahora cuando se refieren a Repsol, después de haberla privatizado?
El PSOE y el PP actuaron contra los intereses españoles cuando vendieron, mejor dicho, cuando malvendieron nuestras grandes empresas públicas y a Repsol en particular.
Primero, prácticamente la regalaron al capital privado a cambio de migajas para los españoles en general y de prebendas y sueldos millonarios para un buen número de exministros y antiguos altos cargos de esos partidos y del PNV que se enriquecieron a costa de todos los españoles (una relación de todos ellos aquí). Ahora, se presentan como patriotas que defienden los intereses de España cuando se trata de una empresa que ellos decidieron que dejara de ser propiedad de los españoles.
No se puede tener la cara más dura.
Fuente: ¡A buena hora van a defender los intereses de España!