DD.HH. Violencia escolar: Acosar hasta el suicidio
La violencia escolar causa estragos en el mundo; especialmente el acoso, que se erige como una ofensiva que puede arrancar a un niño, niña o adolescente ─tajo a tajo─ el deseo de ir a la escuela, y de vivir. Vapuleado por las constantes burlas que trajinan en patios estudiantiles y aulas, un ser humano que padece hostigamiento por parte de sus pares, puede estar al borde del abismo suicida, y caer… (1)
Ese fue el caso de Mallory Grossman, en Estados Unidos, quien –según publicara info7.mx este 28 de julio─ “con 12 años se suicidó en 2017 después de sufrir varios episodios continuados de acoso escolar”. El caso se hizo mediático por estos días, debido a que “una escuela pública de Nueva Jersey pagará 9.1 millones de dólares a la familia de la niña”, y porque movilizó la promulgación de leyes para la prevención del acoso escolar en el estado en cuestión. (2)
Los padres de Grossman, según refiere info7.mx, denunciaron que “fueron cuatro niñas, compañeras de Mallory, las que la acosaron repetidamente en su clase, en el comedor, en los pasillos y también en línea, lo que la llevó a suicidarse al final de aquel curso, un 14 de junio de 2017”. Es decir, que, de acuerdo a este relato, no hubo ninguna medida o acción que parara el hostigamiento; y de allí es probable la repitencia, y reforzamiento de la conducta de las agresoras. (2)
La prevención oportuna, por tanto, es una medida urgente en estos casos, y se halla amparada, entre otros documentos, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo 24, numeral 1: “Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado”. (3).
Es decir, esa “condición de menor” implica recibir protección frente al acoso, en el centro educativo donde cursa estudios y en su hogar, como organizaciones formadoras que son, así como en la sociedad en la que se encuentra. La Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989) ─que Estados Unidos no ha ratificado─ recalca que esos “menores” son “seres humanos menores de 18 años”, “con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social”, en su artículo 1. (4).
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud en su Informe sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia contra los Niños (2020), alertó: “A lo largo de su vida, los niños que han sido expuestos a la violencia están en mayor riesgo de tener trastornos mentales y trastornos por ansiedad; comportamientos peligrosos tales como el abuso de alcohol y las drogas; el tabaquismo y las prácticas sexuales de riesgo”; “mal aprovechamiento escolar” y mayor posibilidad de participación en hechos violentos. (p.1). (5).
O sea, el bullying impacta el espectro social, no es un hecho individual y aislado, y encima, hoy cuenta con la ventaja de hacerse extensivo fuera del aula, mediante el ciberacoso.
El informe de la UNESCO, “Más allá de los números: Poner fin a la violencia y el acoso en el ámbito escolar”, concluía en 2017 que “ningún país puede lograr una educación inclusiva, equitativa y de calidad si sus estudiantes son víctimas de violencia en el ámbito escolar”. (6).
Por tanto, en lo que respecta las medidas de prevención frente al acoso escolar, en mediacionyviolencia.com.ar proponen ocho pasos para reducir el acoso:
1. Enseñar a aceptar al otro, pues “nadie quiere ser tolerado”. Se quiere ser “aceptado”.
2. Cambiar el enfoque de “castigo” por prácticas restaurativas, la aceptación o reconocimiento de la conducta y el “qué puedo hacer de ahora en más”.
3. Adaptar estrategias propias, pues “las políticas de tolerancia cero no han mejorado los entornos de seguridad de las escuelas”.
4. Centrar la enseñanza de conductas sociales positivas, tales como el respeto, la compasión y la bondad, los círculos de empatía, la comunicación y todas las técnicas prosociales, y la programación de la prevención que debe integrarse en la currícula, ligada al plan de estudios y , de ser posible, que sea la filosofía de todo el centro educativo.
5. Evitar que los estudiantes se etiqueten y centrarse en la discusión de la acción (el comportamiento de intimidación).
6. Involucrar a la comunidad: “Los estudiantes necesitan escuchar que la intimidación es mala e inaceptable” y necesitan oírlo “de múltiples voces”.
7. Incluir las artes: Presentar una obra de prevención del Bullying, canciones relacionadas, videos y cuadros murales creados por el alumnado.
8. Implementar programas de prevención del acoso escolar “en el nivel de jardín de infantes”.
Finalmente, el acoso escolar, independientemente de quién lo sufra, es una violencia que siempre tendrá un costo colectivo. Erradicarla, pasa por la voluntad que se ponga en la política educativa y social; pues como planteara Zapata, M., (2015), es a través del aprendizaje “que se adquieren o se modifican ideas, habilidades, destrezas, conductas o valores, como resultado o con el concurso del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento o la observación”. (Zapata, M., 2015, P.73).#FrenoAlAcoso
Referencias:
1.- https://www.bbc.com/mundo/noticias-60425185
4. https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf
6. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000378398
7. http://mediacionyviolencia.com.ar/bullying-8-pasos-simples-para-prevenir-el-acoso-escolar/
8. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=535554757006
*Ramaris Vásquez, periodista especializada en Derechos Humanos
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