Hedelberto López Blanch •  Opinión •  01/09/2024

Izquierdistas o derechistas camuflados

Cada día se comprueba que algunos personajes que han llegado al poder en América Latina bajo el manto propagandístico de proyectar posiciones de izquierda solo han estado disfrazados, o mejor dicho infiltrados, para favorecer a Estados Unidos en su objetivo de mantener el control político y económico en la región. 

El caso más reciente es el del presidente chileno Gabriel Boric que apoyado por gran parte del pueblo y en especial los estudiantes, triunfó en las elecciones de 2021 bajo la aureola de tener ideas progresistas en contraposición a su oponente ultraderechista José Antonio Kast. 

Boric fundó en 2018 Convergencia Social uno de los partidos que conforman el Frente Amplio y jugó su papel para alcanzar un referéndum constitucional en octubre de 2020 tras las violentas represiones estudiantiles lanzadas por el entonces presidente Sebastián Piñera.

Desde su iniciación como presidente en marzo de 2022  se fue acercando a las posiciones de Estados Unidos en la región, especialmente contra los gobiernos progresistas.

Así, a mediados de 2023 arremetió contra el presidente nicaragüense Daniel Ortega, tildándolo de “dictador” y de reprimir a su pueblo a la par que llamaba a la OEA a imponer sanciones contra Managua.

Su apología sobre el expresidente derechista Sebastián Piñera tras su fallecimiento en un accidente en febrero de 2024 resultó verdaderamente vergonzoso. 

En un discurso ante el Congreso Nacional afirmó “Despedimos a un político que, desde sus convicciones e ideas, sirvió con amor a la patria y trabajó tenazmente por verla crecer y progresar. Esto me permite afirmar que Sebastián Piñera fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo ni el rencor. Todos quienes estamos en política debiéramos tomar nota de estas virtudes”.

Recordemos que ante el aumento del transporte público en 2019, Piñera ordenó a la fuerza pública reprimir las manifestaciones con saldo 45 jóvenes asesinados, centenares de heridos, miles de detenidos que sufrieron vejaciones y violaciones en las cárceles del régimen. Los carabineros, además de lanzar gases lacrimógenos, dispararon escopetas de perdigones contra la cara de los jóvenes por lo que 545 perdieron la visión de uno o de sus dos ojos.     

Ahora, al seguir la política de Estados Unidos hacia Venezuela para tratar de eliminar el ejemplo de soberanía que representa para la región, Boric se lanzó abiertamente contra Caracas al enfatizar que “el Tribunal Superior de Justicia termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia. No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto. La dictadura de Venezuela no es la izquierda. Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere”. 

Mientras Venezuela da oportunidades a sus ciudadanos e incrementa los programas sociales, Chile con una extensa lista de violaciones de los derechos humanos, se une a Washington y a la OEA para tratar de derrocar al gobierno Bolivariano.

Otro ejemplo que no se puede dejar de nombrar es el del ecuatoriano Lenin Moreno, que bajo el disfraz de ser un fiel miembro del Partido Alianza País y que trabajaría por el bienestar de su pueblo como lo había hecho su antecesor, Rafael Correa, cambió tras ganar las elecciones en 2017.

Sus relaciones con Estados Unidos aparecieron de inmediato y se fortalecieron en 2019 con las visitas a Quito de Thomas Shannon, ex subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, David Hale, ex viceministro para Asuntos Políticos, Mike Pence, ex vicepresidente, y Mike Pompeo, ex secretario de Estado. En febrero de 2020, Moreno viajó a Washington donde fue recibido con todos los honores por Donald Trump con quien firmó varios acuerdos.  

En sus casi cuatro años de desgobierno dejó a Ecuador en una crisis económica-social-sanitaria lamentable, unida a una corrupción institucionalizada, con elevados índices de pobreza y desempleo, y una enorme deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional. El daño que le hizo a las fuerzas progresistas de la región fue incalculable.

Ante estos ejemplos, habrá que observar ahora si otros gobiernos que últimamente han llegado al poder con halo de progresistas, siguen el camino de Boric o Moreno y dan la espalda a sus pueblos y a la integración latinoamericana. 

Como expresara José Martí: “Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas”


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