DD.HH. Agua: Valores, “hidrodiplomacia”, y participación pública…
Al cierre de 2023 e inicio de 2024, hay que subrayar que todo ser humano vivo lo está porque tiene un importante porcentaje de agua en su cuerpo: un indicativo del valor del agua y de la vulnerabilidad humana, que trasciende los intereses subyacentes que este líquido puede generar, individual o colectivamente, en cualquier lugar del mundo.
Hay que adentrarse en los valores del agua, la “hidrodiplomacia” y la participación pública, como aspectos que inciden en el acceso al derecho humano al agua y a la paz, en tanto, ꟷtal como lo ha indicado ONU Agua y la Unesco (2023) ꟷ un 26% de la población mundial no tiene acceso a agua potable y un 46% no tiene garantizado el saneamiento de este líquido. (1)
El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021, publicado por la UNESCO en nombre de ONU-Agua, advierte (sin rodeos) que, “quienes controlan la forma en que se valora el agua controlan cómo se utiliza. Los valores son un aspecto central del poder y la equidad en la gobernanza de los recursos hídricos. La inhabilidad para valorar el agua de forma integral, en todos sus distintos usos, es considerada una causa originaria, o un síntoma, de la negligencia política [en] la mala gestión del agua”. (P.1).(2)
El documento resalta que “frecuentemente, el valor del agua, o el conjunto total de sus múltiples valores, no es en absoluto preponderante en la toma de decisiones”. (P.1). Esto afecta aspectos culturales de los pueblos en el orbe, especialmente de los pueblos indígenas, cuyos hábitats, con frecuencia, cuentan con caudales y otros recursos naturales de enorme valía. (2).
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el prólogo del informe ya referido, esgrime que la teoría económica no es la “única forma de determinar el valor del agua”, subrayando que, “los valores culturales son igualmente relevantes, si no es que más”; y recordando que “muchos pueblos indígenas, por ejemplo, conceden un estatus especial al agua y a las vías fluviales”. (P.VI). (2).
Azoulay cita el caso de Nueva Zelanda, y su activación de la Ley Te Awa Tupua, aprobada en 2017, que reconoce que “el río Whanganui es un ente indivisible y vivo desde las montañas hasta el mar», al igual que “los ríos Ganges y Yamuna en la India”. Refiere que en estas culturas estos afluentes “son considerados entidades vivas con los mismos derechos que los seres humanos”, en tanto, “estos grupos consideran a los cuerpos de agua como seres queridos que, por lo tanto, no tienen precio”. (P.VI). (2).
El informe de Unesco y ONU-Agua, sostiene que “cada sociedad, grupo o individuo existe en su propio entorno cultural el cual es conformado por una mezcla cambiante de legados, tradición, historia, educación, experiencia de vida, exposición a información y medios de comunicación, estatus social y género, entre muchos otros factores”, que hay que considerar en el derecho humano al agua y su saneamiento. (P.6). (2).
Recuerdan que “algunas culturas pueden sostener valores difíciles de cuantificar o, de hecho, en algunos casos, hasta de enunciar” y que “el agua puede atraer a las personas por razones espirituales, o por su belleza escénica, en virtud de su importancia para la vida silvestre o por fines recreacionales, entre otros”, y que esto es difícil de comparar “con los derivados de otros medios formales, como la economía, por lo que a menudo se excluyen de las evaluaciones de valores que los favorecen”. (P.6). (2).
Esto confirma que, hoy, un buen liderazgo comunitario, gubernamental, empresarial, o humanitario, implica conocer y respetar derechos humanos culturales, de agua y otros recursos, y tener disposición y capacidad para negociar. El Hidrólogo Regional de UNESCO para América Latina y el Caribe, Miguel Doria, en septiembre pasado, en el marco de un proceso de formación sobre el tema, esbozó un término estratégico: “La hidrodiplomacia”. (3)
Doria la describe como “una herramienta poderosa que implica la utilización de la diplomacia y las negociaciones para abordar los desafíos relacionados con el agua de manera pacífica y cooperativa” y plantea la necesidad de anticiparse “a futuros problemas y establecer acuerdos duraderos que promuevan la gestión sostenible de los recursos hídricos”. (s/n). (3)
Estos aspectos enuncian los valores de este líquido imprescindible, desde diferentes perspectivas, y expone aspectos dimensionales estratégicos que inciden en el ejercicio del derecho humano al agua, que todo padre, madre, familia, líder comunitario, político, educativo, empresarial, eclesiástico, y de cualquier otra naturaleza, debe conocer, si quiere desempeñar una gestión humana razonable frente a un problema mundial tan grave.
Luego, la participación pública en asuntos colectivos es un factor estratégico, que debe incrementarse en todo el planeta. El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023: alianzas y cooperación por el agua, realizada por el Programa mundial de la Unesco de Evaluación de los Recursos Hídricos, en boca de Connor, R. y Miletto, M., alerta que:
“(…) el número de países que cuentan con procedimientos jurídicos o políticas claramente establecidas para facilitar la participación de usuarios/comunidades (Meta 6.b) aumentó en el período de 2014 a 2019, pero sigue siendo bajo en general. Comparados con otros subsectores, tanto los niveles de leyes/procedimientos como los de participación en materia de agua potable son muy bajos en contextos urbanos y rurales”. (P.3). (4)
Por tanto, hay que abrir la brecha colectiva para la participación pública, como una forma en que se da valor al agua, misma que incide en los métodos y enfoques para medir esa valía. Esto ha de ser considerado, si es que gobiernos y pueblos del mundo quieren, al menos, acercarse en algo al Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de 2030: agua potable y saneamiento para todas las personas. (5)
De allí que, todo el que tenga injerencia sobre este tema en el planeta, ha de revisar y concienciar sobre tres aspectos fundamentales para que haya más acceso a agua potable y saneamiento:
1. Evaluar qué tipo de valor se le está dando al agua.
2. Prepararse para el uso de “hidrodiplomacia” cuando se necesite.
3. Ponderar la escalada real de la participación pública frente al derecho humano al agua.
Que cada quien haga su trabajo. #AguaPotableParaTodos
Referencias:
1. Riesgo inminente de una crisis mundial del agua (UNESCO/ONU-Agua) | UNESCO
*Ramaris Vásquez. Periodista y Especialista en Derechos Humanos.