3 de abril Día Internacional Contra los Paraísos Fiscales
Luchemos contra la larga enfermedad de la Injusticia Fiscal y los Paraísos Fiscales
El 3 de abril de 2020, cuarto año que reivindicamos este Día Internacional Contra los Paraísos Fiscales, conmemorando la salida a la luz de los llamados Papeles de Panamá por parte de un centenar de periodistas en 2016.
Los demasiado frecuentes escándalos fiscales y financieros como los Papeles de Panamá, Paradise Papers, Luxleaks, Lista Falciani etc. nos muestran que el actual sistema fiscal da privilegios a los grupos empresariales transnacionales y a los intereses financieros globales al tiempo que evita que los gobiernos nacionales recauden suficientes ingresos para lograr una justa redistribución de la riqueza y una aplicación efectiva de los derechos humanos.
En este 2020 estamos descubriendo las razones de por qué esa insolidaridad de los evasores fiscales constituye un delito contra la humanidad, y deja a los Estados con una limitada capacidad para reaccionar frente a ataques a la salud pública como el COVID19.
Con frecuencia se dice que el dinero es cobarde, pero realmente son los propietarios de las grandes fortunas, alentados por gestores irresponsables como la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, que indicó a sus clientes que facilitaría el traslado de sus fortunas a Luxemburgo, frente a la posibilidad de una regulación más estricta de las SICAV por parte del gobierno de coalición.
En la pasadas elecciones hemos visto cómo algunos partidos políticos, tanto a nivel nacional como autonómico, prometían reducción de impuestos a las grandes fortunas, beneficiarios habituales de la ingeniería fiscal y de las guaridas fiscales.
Sabemos que la mayoría de empresas del IBEX35 operan en paraísos fiscales, que multinacionales como Amazon, Apple o IKEA, mediante ingeniería fiscal pagan menos impuestos que autónomos o pymes, con la complicidad de la Unión Europea que permite a sus estados miembros competir fiscalmente, con políticas agresivas, como denunció el informe TAX3 del Parlamento Europeo.
Y desde estas mismas guaridas fiscales: Luxemburgo y Holanda, once empresas que ocultan a inversores españoles demandan al Estado Español usando tribunales ISDS del tratado Carta de la Energía, y reclaman indemnizaciones millonarias por la eliminación de la subvenciones a las renovables.
Investigaciones confirman que Zara, y la mayoría de las marcas de Inditex, realmente no son españolas, ya que utilizan un entramado empresarial domiciliado en Holanda para pagar menos impuestos.
En medio de la crisis sanitaria, hemos sabido, que en los años en que el rey emérito reclamaba en nuestros televisores que la justicia es igual para todos, creaba cuentas en el paraíso fiscal más tradicional, Suiza, con comisiones poco ortodoxas recibidas del sátrapa de Arabia Saudí.
El COVID19 ha puesto en jaque la globalización. Cuando parecía que era solamente un problema de China y Corea del Sur, fábricas automovilísticas o de moda españolas y europeas se encontraron con que no tenían suministros necesarios para continuar con la producción en Europa debido a la paralización asiática.
En estos día estamos en nuestras casas observando un incierto futuro, con la producción paralizada en el Estado Español y camino de que así ocurra en el resto de Europa. Pero el dinero sigue viajando libremente, ya no se necesitan los rústicos métodos del siglo XX, ahora con un clic en el ordenador se transfieren millones a cuentas bancarias offshore o se crean empresas pantalla en guaridas fiscales, en la misma UE, para eludir el pago de impuestos en su país.
La ciudadanía todavía no se ha recuperado de los estragos de la austeridad impuesta para que las grandes empresas salieran de la crisis de 2008, y hemos descubierto en nuestras carnes las consecuencias del deterioro de los servicios públicos heredados de las medidas ideológicas tomadas durante los pasados años.
Para recuperarnos de esta crisis sanitaria, social y económica deberemos diseñar entre todos y todas una nueva sociedad y para ello uno de los primeros desafíos a afrontar es la lucha contra la evasión y elusión fiscal. Debemos limitar la ingeniería fiscal de quienes no pagan lo que deben, ese 20% más que necesitamos para equipararnos con la media europea: 80.000 millones de euros que podrían destinarse a poner fin a las limitaciones sociales, ambientales y económicas que tiene nuestro país.
Debemos acabar con la competitividad fiscal entre autonomías en nuestros país y reclamar a la Unión Europea un impuesto unitario de sociedades que acabe con la competencia fiscal entre estados de la unión, y obligue a las multinacionales a pagar lo que les corresponde.
Este 3 de abril de 2020 queremos reclamar el fin de una lacra endémica, los mal llamados Paraísos Fiscales, a la que no nos queremos acostumbrar y contra los que no sirve lavarse las manos. Si somos capaces de acabar con la larga enfermedad de la injusticia fiscal y los PPFF, podremos afrontar una salida a esta pandemia del coronavirus con justicia social, y asumir con fortaleza futuras crisis de salud o climáticas.
Aprovechemos pues este 3 de abril, que seguiremos confinados en nuestras casas, para conocer mejor en qué nos hace la vida más difícil la existencia de estas guaridas financieras. ATTAC España propone asistir en directo al debate online ese mismo viernes a las 18:00 en https://www.youtube.com/user/