Resistencia: con muchas movilizaciones, agosto será decisivo para Brasil
También siguen las amenazas de realizar cambios en la Previsión Social para aumentar la edad mínima de jubilación, unificando hombre y mujeres, y retirando la referencia en el salario mínimo.
Y la última amenaza fue el acuerdo entre el presidente golpista y el bloque ruralista, con el compromiso de aprovar el Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) 215, que transfiere para el Congreso la prerrogativa de normatizar las tierras indigenas. Y así, el agronegocio puede continuar con la tenencia irregular de las áreas indigenas que desean, asegurando la hegemonía de los ruralistas en le Congreso.
En ese mismo acuerdo, ellos se comprometieron a legalizar la venta de tierras al capital extranjero. Hoy, se permite la venta de hasta mil hectáreas y se prohibe que ellas este localizadas en áreas de 100 km próximas a la frontera. Ellos quieren liberar todo, cualquier empresa extrajera podría comprar cualquier cantidad de tierras. Todo eso comandado por el ministro golpista de Agricultura, Sr. Blairo Maggi, uno de los mayores propietarios de tierras de Brasil.
La ganancia de los golpistas es insaciable. Pero ellos ignoran que en este mundo todo tiene sus contradicciones. Y ellas surgirán brevemente.
Los trabajadores
Del lado de los trabajadores hay muchas articulación y agendas para resistirnos al golpe. Es cierto que hasta ahora la gran masa no se movilizó. Está atónita, asistiendo por TV, y aun no fue a las calles. Sin embargo, el aumento del desempleo, de la inflación de los precios de los alimentos y la arrogancia de los golpistas que amenazan sus derechos, comienzan a generar debates y un clima de insatisfacción que puede motivar a las masas trabajadoras a ir a las calles las próximas semanas.
Iniciaremos agosto con una vigilia interreligiosa en Candelaria, centro de Rio de Janeiro, para denunciar los planes del gobierno antidemocrático.
El día 5 de agosto, realizaremos una gran caminata de lucha unitaria, convocada por tres organizaciones: Frente Brasil Popular, Frente Pueblo Sin Miedo y Frente de Izquierda. Teniendo como punto de encuentro Copacabana, la marcha se realizará al mismo tiempo que la apertura de los Juego Olímpicos para denunciar al mundo al gobierno golpista, que tuvo el descaro de abrir el evento en nombre del pueblo brasileño.
A lo largo del mes tendremos muchas movilizaciones en todo el país. Y el movimiento sindical y popular está discutiendo el llamado a una huelga general para demostrar a la burguesa que ellos podrán tomar al gobierno por asalto, pero si la clase no trabaja y no produce no habrá bienes ni mercaderías en las sociedad.
En Paraná está proyectada una interesante experiencia de debates, organizado por todos los movimientos populares del estado, que denominaron CIRCO DE LA DEMOCRACIA, que envolverá miles de militantes y trabajadores para debatir la necesidad de reconquistas la democracia.
Y después la semana de la votación del 29 de agosto en adelante, realizaremos movilizaciones en Brasília, además de campamentos de vigilia en todo el país, para decir a los senadores que ellos no representan el voto de la mayoría del pueblo. Algunos de ellos son suplentes, no fueron electos y el pueblo ni siquiera los conoce.Algunos ellos, incluso, están vinculados en casos de corrupción, denunciados en la Operación Lava-Jato [que investiga casos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras], y en otros procesos que siguen en la Justicia.
Por parte de la presidenta Dilma, existe la propuesta de hacerse pública y pronunciarse presentando una carta al pueblo brasileño donde se comprometa con un nuevo programa de gobierno, diferente del aplicado en 2015, y en consonancia con las promesas de campaña del 2014. Y que garantice la organización de un nuevo Ministerio, representativo del pueblo y de la sociedad, par que de hecho tengamos en los próximos dos años, un proceso de transición para los cambios estructurales necesarios, comenzando por la reforma política y de los medios de comunicación.
Así, preparémonos, que agosto será un mes de mucha lucha y disputa.
Fuente: Brasil de Fato