Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  03/08/2017

El triple Genocidio Andalusí

«Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos. Pero jamás hemos dejado de ser lo que somos de verdad: esto es, andaluces, euro-africanos, euro-orientales, hombres universalistas, síntesis armónicas de hombres». Blas Infante, El Ideal Andaluz.
 
Se suele utilizar el término ‘genocidio’ si pensamos que se trata únicamente de un exterminio físico. Esto no es del todo cierto. Aspectos como la erradicación cultural o lingüística, la liquidación política, el imposibilitar un desarrollo económico autónomo, suponen también facetas del genocidio contra un Pueblo. Por ello el solar andalusí de antaño, hoy despedazado en ‘regiones’ artificiales  como la Mancha , Extremadura, Alentejo, Murcia, Al-Garbe y Andalucía, nuestra Nación de Al-Andalus no sólo padece el crimen de lesa Humanidad de un genocidio. La barbarie suprema se expresa, sin comparación posible, por tres veces: genocidios físico (incluyendo cultura y tradiciones), negado y celebrado.
 
1º.- EL GENOCIDIO FÍSICO: a medida que extensas comarcas de nuestra Administración iban siendo invadidas por los cafres castellanistas, mediante conversiones desde la ‘baja Edad Media’ (final de nuestro Renacimiento andalusí ), otros fueron empujados al exilio y muchos se verían compelidos a vivir en guetos mudéjares -del árabe ‘mudayyan»: domesticado-, en las morerías, barrios bajos, altos o apartados de la villa o en las juderías los sefardíes, andalusíes judíos. Por la asimilación, exilio o exterminio, la arrogante ‘casta’ (de donde procede el inventado vocablo ‘castellano’) de los usurpadores sin escrúpulo se iba enseñoreando, entre expolios y crímenes inenarrables, con patente de corso papista. Al traicionarse las Capitulaciones firmadas por Boabdil, por la que la otra parte se comprometió por escrito a mantener el estatus mudéjar para el nuevo reino nazarí usurpado, con la implantación del terror monárquicopapista de la Inquisición comenzarían los ‘pogroms’ contra los que tachaban de herejes. 
 
Al igual que con el franquismo, por ejemplo, de lo que se trataba era de instaurar un régimen basado en un terror permanente de Estado, con periódicas matanzas que desculturizasen a la mayoría a base de escarmientos sangrientos. Recordemos que la Inquisición permanecería hasta el siglo XIX, la ‘cruzada’ militar facciosa a partir de 1936 la recuperaría de facto. Hasta hace bien poco tiempo grupos ultras gritaban consignas, frente a cines o teatros con obras para ellos ‘heréticas’, expresiones del tipo: ‘restauración de la santa inquisición’ y otras rancias sandeces, para ridículo absoluto ante cuantos turistas o gentes de bien lo han presenciado. 
 
2º.- EL GENOCIDIO NEGADO: minimizar quitándole importancia o solapar el intento de la aniquilación completa de todo un Pueblo, asumido sin rubor por sus mismos descendientes alienados, nos lleva a multiplicar los efectos de la brutalidad más criminal contra la Humanidad. Se iría gestando una verdadera conspiración de ominoso silencio nacionalcatolicista, cual si los moriscos (del término racista ‘morico’, musulmanito) hubiesen sido una especie de últimos mohicanos condenados a la extinción, en vez de los héroes que hasta hoy se resisten a no ver marchitarse la incomparable Civilización andalusí. Incluso ahora en los programas educativos adoctrinadores, en los serviles media, por parte de vergonzantes intelectuales o artistas españoles azules o colorados, la destrucción de la Cultura de Al-Andalus no significa mucho más que una anécdota, al igual que la tala demencial de las Civilizaciones indígenas en la mal llamada ‘américa’ o AbIa Yala (que quiere decir: Tierra Madre en permanente juventud). 
 
3º.- EL GENOCIDIO CELEBRADO: el colmo de la abyección, de la mezquindad inhumanas se afirma por el atroz masoquismo colectivo de festejar masacres y torturas pasadas, contra el propio Pueblo de todos los asistentes. Con participación institucional de cargos electos civiles a sueldo y religiosa católica (¡cómo no!), se hacen coincidir días festivos con aniversarios de carnicerías, donde se esclavizó incluso a niños. Granada, Málaga, Almería, Sevilla y muchas otras villas en Andalucía y territorios hermanos aplauden las ígnaras conmemoraciones de procesión entre copas, regocijados en feria… La gentuza mercenaria imperialista, con bula papal, instauró la impunidad del bestial atropello llegando a las violaciones o los asesinatos, por la sola ‘razón’ de la fuerza, de imponer el pánico colectivo. No hay problema para ellos, salvo el nacionalismo español los de los demás cuando no demonizados pueden menoscabarse. 
 
Las consecuencias, generación tras generación, de toda esta monstruosidad amancebada del altar y el trono pueden constatarse en nuestros días. No por casualidad todo el mediodía peninsular lidera parámetros continentales de tétrica inculturación, de miseria y emigración que reflejan una realidad tercermundista, con el agravante del envejecimiento poblacional imparable, consecuencia de la vandálica necedad colonial. Ya va siendo hora que del mismo modo que los griegos exigen reparaciones por la conquista nazi, todos los países del Duero para abajo reclamemos indemnizaciones al Estado español y su compinche Vaticano, cínicos responsables subsidiarios, por las devastaciones económica, cultural, ecológica, etcétera, que llevamos sufriendo de modo permanente generación tras generación. 
 
¿Dónde se ha visto que más de quince millones de personas, de seres humanos que habitaban Al-Andalus, si sólo reconocen haber deportado a trescientos mil de 1609 a 1614, hayan sido borradas de la faz de la tierra? ¿Se imaginan que el acueducto de Segovia construido por Roma se lo apropiase el Estado italiano o las antiguas sinagogas sefardíes el Estado de Israel?, ¿qué Notre Dame de París lo pusiese a su nombre el Papa? Ese desvarío precisamente se permite desde tierras comunales de siglos hasta un Patrimonio de la Humanidad modificando el artículo 206 de  la Ley Hipotecaria en tiempos del expresidente Aznar, y durante el Gobierno de Zapatero: la Mezquita milenaria de Córdoba fue inscrita oficialmente (¿!) en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba el 2 de marzo de 2006 (tomo 2381, libro 155, folio 198) a favor de la Diócesis extranjera vaticana.
 
¿Cómo se atreven encima, tras estos despotismos permitidos, a tener relaciones con democracias avanzadas o comercio (gas, petróleo…) con países musulmanes?. Hasta los indios norteamericanos tienen derecho a sus ‘reservas’, para los andalusíes tanto de conciencia como sin ella todavía el exilio o el mismo interior –por la vía del ostracismo o la anulación social- siguen siendo moneda corriente.
 
¿Cómo Europa se atreve con una doble moral vergonzosa a pedirle cuentas a Argelia, Cuba, Marruecos, Turquía, Venezuela…, cuando existen menos andalusíes reconocidos que lapones en el mundo?. Ni Stalin o Hitler fueron tan eficaces homogeneizando a sus poblaciones. Aunque claro, ni siquiera ellos hubiesen alcanzado el máximo horror inflingido a un Pueblo, sin parangón conocido en la Historia de la Humanidad , el pavoroso listón logrado por la Unión Europea actual: consentir EL TRIPLE GENOCIDIO ANDALUSI.
 
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Cuenta de twitter bloqueada por la censura: @lascultura . Nueva: @liberacionan

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