China, a horas de ejercer su rol para vigorizar economía mundial
A China le faltan solo algunas horas para ejercer su liderazgo ante el mundo y guiar al Grupo de los 20 (G20) hacia la implementación de reformas para una mejor gobernanza económica mundial.
Debido a la profunda interdependencia entre las economías que integran esa agrupación, y a su vez las diferencias en sus necesidades y preocupaciones, expertos señalan que el G20 está llamado a una coordinación internacional más estrecha para garantizar el desarrollo mundial sostenible.
Los líderes del G20 tuvieron su primer encuentro en 2008 en Estados Unidos, en medio de una gran crisis financiera global, la peor en décadas, por lo que fue inminente que el grupo jugara un papel indispensable y acopiara esfuerzos internacionales para implementar medidas y mitigar esa situación.
En la actualidad, el G20 tiene un papel ineludible y significativo que desempeñar para que la economía mundial logre salir del estancamiento del crecimiento lento, y consiga el desarrollo sostenible.
En tal caso, el gigante asiático se mantuvo a lo largo de los años como un firme defensor de esta transformación y es por ello que está decidido a impulsar la coordinación internacional, como anfitrión del magno evento.
Uno de los principios que defenderá en el encuentro será el establecimiento de una comunidad de destino común entre los países desarrollados y en vías de desarrollo con el objetivo de lograr una economía interconectada.
Otorgándole alta importancia a la innovación para vigorizar la economía global, China colocó ese aspecto como algo relevante en la agenda de este año del G20.
Este evento, uno de los más influyentes a escala internacional organizados por la segunda economía del mundo, persigue suscitar un crecimiento global innovador, mejorar la gobernanza económica y financiera, fortalecer el comercio y la inversión, y llevar a cabo un desarrollo conjunto e inclusivo.
Es por ello que analistas esperan que Beijing, que ocupa la presidencia rotativa del grupo, convide a implementar soluciones para el lento crecimiento económico global, la debilidad del comercio e inversión y las turbulencias que encara el mercado financiero internacional.
Proporcionar nuevas ideas para un desarrollo equilibrado de la economía mundial como es el caso de la iniciativa china de ‘Una Franja y Una Ruta’ y la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), forman parte de las estrategias que demuestran la determinación de este Gobierno de participar en la gobernanza global.
La venidera cumbre del G20, con el mayor número de naciones en vías de desarrollo invitadas, es vista por expertos como un hito en la trayectoria de citas de esa plataforma mundial.
Incluso el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reveló que Beijing llevó a la cumbre a un nivel superior de inclusión.
Este territorio, como segunda mayor economía mundial y país en desarrollo más grande a escala internacional, está empeñado en agrupar a las naciones desarrolladas y en desarrollo, y originar el consenso positivo y contundente entre ellos.
Con la economía internacional hundiéndose, China puede ser hoy una fuente de inspiración, y, aunque el año pasado registró su más lento crecimiento anual en un cuarto de siglo, en la actualidad recurrió a reformas del lado de la oferta para optimizar la estructura económica, además de recortar costos y el exceso de capacidad y promover la eficiencia y la innovación.
edu/dav
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