No hay política de izquierda sin líderes honestos
Es común desconfiar de los discursos y programas. No de quienes los encabezan.
Y deben hacerse ambas cosas.
No es fácil llegar a ver si un político es consecuente. En el mejor de los casos siempre hay un grado de apuesta ciega.
El regreso de China y Rusia al capitalismo fue obra de comunistas de la cúpula. En América Latina hay dirigentes e intelectuales exrevolucionarios que sirven a los capitalistas con ganancias personales.
Quizás muchos de los que llevan el Che en sus poleras no conocen sus ideales pero es seguro que lo sienten un modelo de moral. Existen los Fidel, Allende, Zapata, el tío Ho… Al otro lado recién se ha mostrado un joven que era la esperanza griega.
Unos llevan un compromiso indeleble de vida solidaria planetaria. Los opuestos buscan un estatus que les permita disfrutar una riqueza de bienes sobre los demás.
Es un problema importante porque los pueblos no harán socialismo sin conductores verdaderamente socialistas.
A los pueblos les corresponde ejercer el control democrático y la valentía para hacer su crítica. Los jefes deben dar cuentas y demostrar su forma de vida.
Hay que aprender de la historia, no todas las promesas de una nueva política son sinceras.
También jóvenes políticos pueden estar mintiendo.
Por un Movimiento para una nueva civilización, sustentable-solidaria