El pueblo Kurdo, la dignidad de un pueblo eternamente olvidado
Turquía ha entrado una y otra vez a sangre y fuego en el Kurdistán y el mundo calla, la comunidad internacional no dice nada y para los medios de desinformación de masas no es noticia. Porque las noticias son política y la verdad está secuestrada, la información es poder y se utiliza cuando y como interesa para manipular a la opinión pública.
El pueblo Kurdo, un pueblo sin estado nunca ha sido noticia a pesar de ser un eterno torturado, solo cuando los EEUU firmaron la sentencia de muerte de Sadam Husein el mundo recordó que las guerrillas kurdas luchaban contra el ejército Iraquí por su independencia y de que más de una vez los inocentes habían sido gaseados con armas químicas, esas armas ya inexistentes fueron luego la coartada perfecta para los EEUU y sus aliados para destruir Irak, una vez conseguido el objetivo el pueblo Kurdo que sigue siendo masacrado con impunidad por sus vecinos y principalmente por Turquía, un miembro de la OTAN y como no por los bárbaros del Estado Islámico, financiados y apoyados descaradamente desde EEUU, Israel, Turquía y Arabia Saudí, ya no importa, el genocidio del pueblo Kurdo vuelve a ser un eco lejano ahogado intencionadamente por los amos del sistema.
Pero las valientes guerrilleras Kurdas continúan su lucha contra los asesinos del Estado Islámico y son su mayor pesadilla, porque estos fanáticos están convencidos que en caso de caer en combate abatidos por una mujer no podrán disfrutar del paraíso con sus vírgenes y manjares.
Las guerrillas del Kurdistán siguen luchando sobre el terreno contra el fanatismo religioso, contra la barbarie, contra el patriarcado, claro está también luchan por su derecho a tener un estado, a su independencia, a poder gestionar su territorio de un modo autónomo y es en este punto donde a nadie le interesa su triunfo.
No pretendo idealizar a las guerrillas Kurdas, no intento elevar a los altares a sus soldados, pero sin duda puestos en una balanza la barbarie del Estado Islámico convierte a quienes los combate en los “buenos” de esta terrible película.
Lo que está claro es que a los poderes económicos no les interesa un Kurdistán independiente que reclame su soberanía, un Oriente Medio sin fanatismo religioso.
Una parte de estas guerrillas defienden además un concepto de la sociedad mucho más socialista e igualitario, algo desconocido en la zona. Son las superpotencias mundiales que trazaron con escuadra y cartabon después de la segunda guerra mundial las fronteras de estos países en perpetuo conflicto, sin tener en cuenta otra cosa que sus intereses, los culpables de tanto sufrimiento financian desde sus despachos guerras, golpes de estado, genocidios y terroristas.
Sabemos que a los amos del mundo no les interesan los pueblos, solo les interesan los recursos energéticos de los territorios sobre los que se asientan y para conseguirlos los psicópatas amos del mundo están dispuestos a todo, a inventarse guerras, destruir estados, instaurar dictaduras, apoyar a terroristas, o realizar genocidios.
El pueblo kurdo es un ejemplo de lucha y resistencia, las mujeres kurdas son la vanguardia y punta de lanza en esta lucha por sus derechos y su libertar, una lucha a la que también se ven empujadas para no ser ni ellas ni sus hijas esclavas sexuales vendidas en un mercado del Estado Islámico o en Arabia Saudí, el Kurdistán se ha ganado el respeto de los pueblos del mundo, unos pueblos que no conocen su historia porque al sistema no le interesa que se escriba, que se sepa la verdad, que los pueblos del mundo entiendan hasta donde llega la crueldad y la inmoralidad de la política exterior de aquellos países que se autoproclaman defensores de las libertades frente a la barbarie y el fanatismo, cuando en realidad son quienes organizan y financian a los bárbaros.
El mundo desgraciadamente continúa gobernado con mano de hierro por unos malditos hipócritas, psicópatas, genocidas, mentirosos, cobardes que se esconden detrás de himnos y banderas empapadas en la sangre de millones de inocentes.