DD.HH. Rusia-Ucrania: ¿Vaciamiento de los derechos humanos?

El conflicto Rusia-Ucrania es de muy vieja data, y arrastra fragmentos de las visiones antagónicas sobre la dignidad humana, expresada en las vertientes históricas surgidas en torno a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), tras los horrores de la I y la II guerra mundial: el liberalismo y la visión crítica.
María Zajárova, vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia advirtió en abril pasado, según planoinformativo.com: “La exclusión de Rusia del Consejo socavará, sin lugar a dudas, su universalidad, efectividad, y en la práctica dejará las manos libres a los países de Occidente para ejercer un total control sobre la esfera de los derechos humanos”. (s/n). Hablaba de un vaciamiento del compendio de los DD.HH. y no exageró.(1).
Gallego, L. (2018), en su artículo “DUDH: ¿Otra muestra de etnocentrismo?”, exponía que la DUDH, hizo que “los positivistas replantearan sus teorías de derechos, y por otro lado, que culturas no occidentales no se sintieran representadas por la mencionada Declaración”. Eso persiste hasta hoy. (2).
Un ejemplo, de acuerdo a la columnista, es el caso de la comunidad musulmana “que en 1990 promulgó su propia Declaración Universal de los Derechos Humanos en el Islam, tras una larga serie de desacuerdos y discrepancias con la Declaración del 48”. (sic). (s/n). (2).
En este sentido, Strezelecka, E. (2020) concluyó en su artículo científico “Derechos humanos de las mujeres en el mundo árabo-islámico: universalismo versus relativismo”, que “la práctica de los derechos humanos está garantizada por los tratados internacionales y el contrato social entre el Estado y la ciudadanía”. (3)
Sin embargo, advierte que “la práctica deseada de estos derechos depende de que el enfoque de derechos no sea vaciado de sus contenidos, ni instrumentalizado al uso de los intereses políticos y económicos, o relativizado por los enfoques culturalistas”. (P.179S). Es decir, que el carácter de “universal” y no selectivo de los DD.HH sí importa, en tanto aporta equilibrio frente a las relaciones de poder y el ejercicio de los derechos, en el contexto internacional en que se hallan enclavados. (3).
Como lo define la ONU en su web ohchr.org, el principio de universalidad “significa que todos los seres humanos tienen los mismos derechos simplemente por su condición de ser humanos, independientemente de donde vivan y quienes sean, así como de su situación o características particulares”. (s/n) (4)
Volviendo al caso Rusia – Ucrania, esa “universalidad” importa mucho, pues tal como arguyera Gallego, L. (2018) en elmundo.com, “vale preguntarse si teniendo en cuenta que los derechos son reclamaciones construidas socialmente dentro de un marco moral, obligar moralmente a todos los individuos del planeta a regirse por las construcciones morales de occidente es otra muestra de etnocentrismo”. (sic). (s/n). (5).
Hay que mirar con rigor la relación histórica entre Rusia y Ucrania. Para 2016, Sánchez, P., exponía cuál era la situación en el país europeo, en su artículo científico “El conflicto en Ucrania: el primer enfrentamiento serio de Rusia con Occidente durante la etapa de la post-guerra fría”. (6).
“Ucrania se convirtió en un Estado ingobernable de manera inesperada y repentina. De haber sido la república post-soviética más estable desde el punto de vista político, económico y social durante la década de 1990, se ha convertido en una zona inestable, plagada de conflictos armados y resentimientos nacionalistas alentados en cierta medida y, sobre todo, en sus inicios, desde fuera de sus fronteras”, afirmó Sánchez (2016). (P. 470). (6).
Seguidamente, el investigador refirió que “el caso de Ucrania demostró una vez más no solamente los mantenidos desacuerdos ideológicos y geopolíticos existentes entre Rusia y Estados Unidos (Europa incluida), sino también el alto nivel de subjetividad que existe en muchos medios de información internacionales, que, lejos de mostrar la realidad desde una perspectiva integral, se limitan a resaltar aristas específicas del conflicto (…)”. (P.471). (6).
Por tanto, el investigador mostró que estos aspectos condujeron “a presentar una información sesgada e incompleta del asunto en cuestión. Varias fuentes occidentales han intentado mostrar una realidad no completamente objetiva y realista de la situación imperante en la región este de Ucrania”. (P.471). (6).
Asimismo, Sánchez, P. (2016) refirió que durante la gestión del primer ministro Oleksander Turchinov en Ucrania “la conformación de las tropas del nuevo ejército nacional, conocido también como Guardia Nacional, demostró la parcialidad de las nuevas autoridades de Kiev al favorecer la incorporación en sus filas a jóvenes de abierta tendencia neofascista y miembros del conocido grupo Pravyi Sektor (Sector de Derecha)”. (sic). (P.472). (6).
Seis años después de publicado este artículo, el canciller ruso Serguei Lavrov enunciaba -de acuerdo a publicación de hispantv.com del 25 de marzo de este año- que los objetivos de Rusia en Ucrania eran: “la desmilitarización y la desnazificación”. (7).
Aunado a ello, y sobre lo que podría tener visos de ser las cenizas de los Acuerdos de Minsk, este 30 de septiembre Moscú informaba en sputniknews.lat, “la incorporación de las repúblicas de Donetsk y Lugansk y las regiones de Zaporozhie y Jersón”. (8)
De acuerdo a esta fuente, los resultados de referendos consultivos realizados del 23 al 27 de septiembre fueron: apoyo de “99,23% de los votantes en Donetsk, el 98,42% en Lugansk, el 87,05% en la región de Jersón y el 93,11% en la región de Zaporozhie”. (sic). (s/n) (8).
El medio informó que, en consonancia con la legislación rusa, “la firma de acuerdo de incorporación de nuevos territorios a la Federación de Rusia irá seguida de un dictamen del Tribunal constitucional sobre la conformidad de estos actos con la Constitución rusa” que posteriormente deberán ser “ratificados por la Asamblea General”.(8).
Evidentemente, esto ha suscitado reacciones. A propósito de ello, sputnik.lat, recordó las anexiones que Estados Unidos lleva en su haber y los referendos que ha fomentado en otros países: “Yugoslavia”, “la adhesión de Texas a EE.UU”, la independencia de Letonia en 1989, tras llevar a cabo una “consulta”, cuyos resultados –según la fuente- “no eran vinculantes”.(8).
Asimismo, recordaron que “en 1991 en Lituania se realizó una votación en forma de una encuesta, que el parlamento ratificó violando el derecho internacional”, mientras en “Estonia solo pudieron participar los “ciudadanos con derechos heredados”. (8).
Sin duda alguna, la situación Rusia-Ucrania desafía el orden instituido respecto a los derechos humanos tras la llamada “guerra fría” y evidencia situaciones desiguales e irresolutas dentro de la ONU, como la ocupación israelí en Palestina o la situación de los rohingyá, que viven en campos de refugiados en Bangladesh y en Myanmar. (9).
¿Estamos frente a un vaciamiento más pronunciado de los derechos humanos en el seno de la ONU y en el mundo?
*Ramaris Vásquez, periodista, especializada en Derechos humanos.
Referencias:
2. http://www.elmundo.com/noticia/Declaracion-Universal-de-DDHH-Otra-muestra-de-etnocentrismo-/373404
3. https://opo.iisj.net/index.php/osls/article/view/1073
4. https://www.ohchr.org/es/special-procedures/sr-cultural-rights/universality-cultural-rights
5. http://www.elmundo.com/noticia/Declaracion-Universal-de-DDHH-Otra-muestra-de-etnocentrismo-/373404
7. https://www.hispantv.com/noticias/rusia/538167/lavrov-operacion-ucrania
https://news.un.org/feed/view/es/story/2022/09/1515341
9. https://theowp.org/remembering-the-genocide-of-the-rohingya-people-in-myanmar/