Pegasus, espionaje telefónico mundial
Pegaso (Pegasus), es un ser de la mitología griega, representado por un caballo con alas, quien fue el primer y único animal que estuvo alrededor de los dioses y que vivió en el Olimpo, llegando allí por orden de Zeus, debido a sus hazañas. Al final de sus días, Zeus lo convirtió en una estrella, una constelación; debido a la misma se pueden localizar objetos en el cielo nocturno.
Recordemos que el presidente Nicolás Maduro denunció el sistema de espionaje «Pegasus», diseñado por Israel, y enfatizó que detrás de eso «hay una gran trama y una conspiración contra la Revolución Bolivariana, en un contexto en el que también se prepararon incursiones terroristas contra Venezuela”. Agregando además que fue empleado para recabar y utilizar información privada de importantes figuras políticas venezolanas.
En este sentido, según el sociólogo, periodista, investigador y profesor universitario argentino, Jorge Elbaum, “La conectividad global supone crecientes desafíos a las soberanías nacionales. Dichos retos incluyen el seguimiento y monitoreo de actores políticos, militares o comunicacionales, la planificación de operaciones de espionaje sobre poblaciones enteras y la implantación de campañas propagandísticas, destinadas a influir, condicionar y determinar formatos cognitivos y conductas sociales».
No olvidemos que esta denuncia, tiene por lo menos una década. Ya desde 2013, se habla de software espía, cuando se revelaron documentos clasificados por parte de Edward Snowden, de la Agencia de Seguridad Nacional NSA, donde se dejaba ver que esta, «podía obtener las comunicaciones electrónicas de casi cualquier persona, porque tenía acceso secreto a los cables transnacionales, que transportan el tráfico de internet en todo el mundo y a los datos de empresas de internet como Google y de gigantescas compañías de telecomunicaciones como AT&T».
Según el medio de investigación Misión Verdad, en julio de 2021, el medio estadounidense The Washington Post (WaPo), junto a Forbidden Stories, la ONG Amnistía Internacional (AI) y otros 16 medios asociados, publicaron el 18 de julio, «los resultados de una investigación internacional que en los últimos meses ha examinado una lista de más de 50 mil números de teléfono. La pesquisa incluía, según los análisis forenses de docenas de iPhones, al menos a algunas personas objeto del programa espía Pegasus, con licencia para gobiernos de todo el mundo. «Se trata de un programa espía de grado militar, autorizado por la empresa israelí NSO, que se ha utilizado para piratear teléfonos inteligentes, con el supuesto objetivo de asegurar el seguimiento de terroristas y delincuentes».
De estos 50 mil teléfonos, al menos, 67 fueron examinados por Amnistía Internacional AI, determinando que 37 fueron «hackeados con éxito por Pegasus, o mostraban signos de intento de hacerlo. Los 37 teléfonos inteligentes pertenecían a periodistas, activistas de derechos humanos, ejecutivos de negocios y dos mujeres cercanas al periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi». Además de presidentes en ejercicio, ministros, ex primeros ministros, el rey Mohammed VI de Marruecos, y de diferentes países del mundo. Así como, varios miembros de la familia real árabe, al menos 65 ejecutivos de empresas, 85 activistas de derechos humanos, 189 periodistas y más de 600 políticos y funcionarios del gobierno, incluidos ministros del gabinete, diplomáticos y oficiales militares y de seguridad, entre muchos otros.
Por ejemplo, la investigación reveló que, «más de 15 mil números de teléfono mexicanos figuran en la lista, incluido el del expresidente Felipe Calderón, quien había sido añadido a la lista después de que terminara su mandato en 2012. Posteriormente, en 2016 y 2017, más de 15 mil mexicanos aparecieron en la lista examinada por el consorcio mediático, entre ellos al menos 25 reporteros que trabajaban para los principales medios de comunicación del país, según los registros y entrevistas».
A su vez, «entre 2018 y 2019 también habrían sido vigilados el ex primer ministro Saad Hariri, el jefe de la Corriente Patriótica Libre Gibran Bassil y el director general de Seguridad Pública del Líbano, el general de división Abbas Ibrahim».
Así mismo, en septiembre de 2019, el medio Politico español, informó que funcionarios del gobierno estadounidense habían concluido que Israel era responsable de colocar dispositivos de vigilancia de teléfonos celulares llamados «Stingrays» alrededor de Washington, e incluso los había utilizado para espiar las comunicaciones de la Casa Blanca.
Al mismo tiempo, Snowden afirmó que hasta Biden pudo ser objeto de espionaje por Pegasus y que la «gente normal» no podía hacer nada para evitar que sus teléfonos fueran pirateados.
Reiteramos, desde hace mucho tiempo, se viene espiando a mucha gente y de muchos países, a través de mecanismos de comunicación, en este caso específico, por medio de Pegasus y otros mecanismos.
Ahora, ¿cómo opera Pegasus?
El sistema Pegasus fue diseñado por ex ciberespías israelíes, para recopilar archivos, teléfonos inteligentes (smartphones), y puede activar también cámaras y micrófonos para la vigilancia en tiempo real en momentos clave. Puede introducirse tanto en iPhones como en dispositivos Android y apoderarse de los dispositivos sin hacer clic. Puede leer todo lo que el usuario tenga en el teléfono, robar fotos, grabaciones, registros de localización, comunicaciones, contraseñas, registros de llamadas y publicaciones en redes sociales, así como puede activar cámaras y micrófonos para la vigilancia en tiempo real.
Lo hace a través de tres formas consecutivas:
• Alguien envía lo que se conoce como un enlace trampa, a un teléfono inteligente que persuade a la víctima para que toque y active, o se activa por sí mismo sin ninguna entrada, como en los trucos más sofisticados sin hacer clic.
• El software espía captura y copia las funciones más básicas del teléfono, grabando desde las cámaras y el micrófono y recogiendo datos de localización, registros de llamadas y contactos.
• El implante comunica en secreto esa información, a un agente que puede utilizarla para trazar detalles sensibles de la vida de la víctima.
Por supuesto, la firma israelí NSO Group, que es una compañía que, de acuerdo a su página oficial, se dedica a crear tecnología para las agencias gubernamentales de inteligencia, y cumplimiento de la ley en sus tareas de prevención e investigación del terror y el crimen, según ellos.
Ellos se lavan las manos a la hora de enfrentar acusaciones de espionaje con Pegasus, alegando que, sea un mecanismo de vigilancia, y enfatizando «los datos tienen muchos usos legítimos y totalmente adecuados que no tienen nada que ver con la vigilancia o con NSO». Sus 60 clientes de agencias gubernamentales de al menos 40 países, según ellos, sus objetivos «son supuestamente terroristas y criminales, como pedófilos, señores de la droga y traficantes de personas. Prohibiendo específicamente atacar a ciudadanos «respetuosos de la ley», incluidos los funcionarios públicos que realizan sus actividades ordinarias».
Finalmente, NSO señala que, «supervisa cómo se utiliza su software espía y cancela el acceso al sistema de cualquier cliente que lo utilice de forma indebida. Pero también dice que sus clientes, y no la propia empresa, son responsables de su uso».
Para ir concluyendo, nos preocupan algunos elementos que compartimos, ante el avance de este tipo de espionaje masivo:
1. Además de la violación de la intimidad personal, y los DDHH, hay que estar atentos al uso generalizado de estos programas, que de alguna forma amenazan la democracia en el mundo.
2. El hecho que el Ministerio de Defensa de Israel y EEUU exporten productos cibernéticos, según ellos, exclusivamente a entidades gubernamentales, para uso legal y con el propósito de prevenir e investigar el crimen y la lucha contra el terrorismo. Ya está conociéndose que EEUU utiliza las corporaciones tecnológicas, para recopilar ampliamente los datos de usuarios de internet sin que ellos lo sepan. En este mismo orden de ideas, se ha revelado, según un informe exclusivo del periodista Jamil Chade para UOL, que la operación Lava Jato en Brasil, había negociado con la firma israelí de armamento cibernético NSO, y por su software espía Pegasus, para que el fiscal acusador de Lula da Silva, espiara, consiguiera y amañara falsas pruebas contra el presidente brasileño, además de espiar sus comunicaciones privadas y personales.
3. Por otro lado, nos preocupan dos elementos más:
• Se ha revelado que, cientos de miles de aplicaciones comunes como: 9gag, Kik y varias orientadas a la identificación de llamadas como TrueCaller, «forman parte de una red global de vigilancia que comienza con anuncios dentro de cada aplicación y termina con sus usuarios, siendo incluidos en una herramienta de monitoreo masivo que ofrece sus informaciones a agencias de seguridad nacionales». La herramienta, de origen israelí, se llama Patternz y se presenta como una plataforma de publicidad que se encarga de recopilar la información detallada de usuarios sin necesidad de instalar software en sus dispositivos, lo cual ha sido posible gracias a la colaboración con gigantes de la industria publicitaria como Google y otros intermediarios, dice la investigación. Así han logrado la extracción masiva de datos.
Simplemente, a través de anuncios en aplicaciones móviles esta herramienta puede recopilar información sensible, incluidas coordenadas GPS, marca de teléfono, sistema operativo, pasatiempos e, incluso, enviar malware (software malicioso diseñado para dañar, alterar o acceder sin autorización a un sistema informático) a usuarios específicos.
Asimismo, la herramienta cuenta con la capacidad de rastrear la ubicación física, pasatiempos y otros datos personales basados en el análisis de más de 90 terabytes de datos diariamente. Construye perfiles de más de 5 mil millones de identificadores de usuarios diariamente.
Patternz no necesitaba implantar software en los dispositivos para extraer información, sino que hacía uso de sus vínculos con firmas de publicidad digital. Operaba como intermediaria en el mercado de subasta de espacios publicitarios a los fines de obtener indiscriminadamente datos privados.
• Finalmente, a la anterior revelación, de por sí sola lo suficientemente preocupante, se une el anuncio hecho por el multimillonario tecnológico Elon Musk, acerca del éxito en la primera implantación del dispositivo cerebro-computador Neuralink en un ser humano. El dispositivo, que Musk llama «telepatía», está diseñado para que las personas puedan controlar telepáticamente teléfonos móviles y computadoras.
La misión pública de Neuralink es ayudar a las personas que padecen enfermedades neurológicas y sufren los efectos de lesiones cerebrales y de la médula espinal, así como «liberar el potencial humano del mañana». Sin embargo, en un entorno de grandes corporaciones y gobiernos que apuntan a la construcción de una infraestructura global de vigilancia masiva y manipulación de la información, cabe preguntarse sobre las implicaciones éticas.
3 octubre, 2024