El MIR educativo: una estrategia laboral precarizadora
Este fin de semana el Ministro- Portavoz nos sorprendió con una ocurrencia, que parece que viene siendo recurrente para medir reacciones, presentada ante la Convención Nacional de Educación del PP. Se trata de la idea de implantar un MIR como modelo de acceso a la función pública docente. Se trataría en términos generales de un largo y arduo proceso que implicaría que las personas que aspiren a ejercer la docencia tendrían que realizar los estudios universitarios, el nuevo modelo de capacitación pedagógica de dos años (MIR) y, finalmente, deberían presentarse a las tradicionales oposiciones.
Desde STERM, hemos recibido con sorpresa esta propuesta, máxime si se tiene en cuenta que durante los meses anteriores ha habido negociaciones entre Ministerio y organizaciones sindicales en las que el eje central de debate ha sido el sistema de acceso a la docencia. Nos llama la atención que durante todo este tiempo no se hiciera mención alguna por parte del Ministerio a esta propuesta que se ha hecho pública estos días. Una vez más, una decisión política de tanto calado al margen de la comunidad educativa y de los representantes legítimos del profesorado.
Desde medios oficiales, se presenta la iniciativa como una propuesta que incidirá en la calidad educativa. Sin embargo, es más bien una especie de distracción que nos aleja de las cuestiones esenciales que podrían incidir en una verdadera mejora de la calidad educativa como la derogación del Decreto de racionalización del gasto público de 2012 que ha supuesto la precarización del sistema educativo, y el establecimiento de un marco de negociaciones que pemita recuperar los derechos robados: bajada de ratio del alumnado por aula, bajada de las horas lectivas, recuperación del poder adquisitivo del profesorado, sustituciones inmediatas, supresión del descuento por IT, etc.
Para STERM Intersindical, el debate suscitado es un paso más para seguir precarizando la actividad docente y las condiciones laborales del profesorado Con este sistema, quienes aspiren a ejercer la docencia en el futuro cumplirían una función semejante a la de cualquier docente, pero con menos derechos, empeoramiento de las condiciones laborales y retribuciones económicas mermadas.
Carece de sentido cualquier comparación entre las necesidades del sector médico y el sector educativo. Estamos solamente ante una estrategia laboral que pretende incrementar los años de preparación del personal docente en condiciones de mayor precariedad y abaratando la etapa, , derivando la atención de la urgente necesidad de recursos económicos y humanos en la escuela pública hacia el sistema de acceso y la formación del profesorado.