Equo •  Opinión •  05/07/2016

Unidos Podemos (Podemos, IU, Equo) y los resultados del 26J

Desde Equo entendemos que estamos viviendo una situación política histórica, tanto a nivel internacional como nacional, marcada por el agotamiento de un modelo de producción y consumo que, lejos de dar respuesta a los grandes retos del siglo XXI en clave de igualdad entre las personas y en equilibrio con los recursos de un planeta finito, situando en el centro de las políticas a las personas y el planeta que habitamos, ahonda en la crisis sistémica, llevándonos por un callejón sin salida que nos acerca al borde del precipicio.

En este sentido, la victoria del Partido Popular en las elecciones generales es «una mala noticia y un atraso». La posibilidad de que el PP forme nuevo Gobierno para profundizar en sus políticas de recortes y austeridad, aleja a España del cambio que necesitamos para transitar hacia un modelo más sostenible, justo y democrático. Pese al ascenso del PP, cabe afirmar que no deja de ser un repunte en la linea descendente de la pérdida de apoyos del bipartidismo iniciada en el 2008 con el estallido de la crisis.

En todo caso, hay que tener presente que hace dos años era impensable tener un grupo con 71 escaños en el Congreso y 16 en el Senado, y con la fuerza necesaria para convertirse en alternativa de gobierno a medio plazo. Es el mejor de los resultados posibles frente al haber concurrido cada fuerza política por su cuenta. Quien quieran dar por muerto el proyecto Unidos Podemos se está equivocando.

¿Cuales son las causas de unos resultados que no han sido los esperados? Multitud de causas han operado de manera diferente en distintos sectores y territorios del electorado.

El impacto de la campaña del miedo ante la posibilidad (encuestas) de que Unidos Podemos formara un gobierno del cambio frente a una opinión pública que reclama opciones contradictorias: estabilidad y una necesaria regeneración. El castigo fundamentalmente ha llegado de la mano de la abstención por no haber sido capaces de formar gobierno en la anterior legislatura unida a cierto trasvase de votos, bajo la idea responsabilizadora de la falta de entendimiento de las nuevas fuerzas emergentes (Podemos, Compromís, y confluencias) y egos personales, frente a la realidad de un paso firme del PSOE con el pacto con C¨s hacia las políticas continuistas de recortes y austeridad, y el inmovilismo del PP. El Brexit, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea. La influencia que ha tenido la coalición tal y como se ha hecho, el peso de las etiquetas unida a la escasa visibilidad conjunta de las tres fuerzas. Unos votantes que nos valoran principalmente como oposición fruto de su indignación, pero lejos de entender que la salida a la situación está en la aplicación de medidas que apuntan hacia cambios estructurales. La poca influencia en el resultado electoral de la gestión de los ayuntamientos del cambio, ante las dificultades que se encuentran para desarrollar sus políticas y el poco tiempo para visualizarlas, aunque en general ha sido ligeramente favorable. Nuestra propia campaña electoral y sus mensajes, etc.

En clave autonómica, Unidos Podemos sube un escaño de 10 a 11, perdiendo el que tenía por la provincia de Almería, aunque suma otro nuevo en Sevilla, obteniendo al menos un escaño en todas las circunscripciones, lo que nos sitúa como tercera fuerza política.

Entendemos que, a la victoria del PP, además de las causas generales, se ha sumado el castigo al PSOE por su pacto en Andalucía con Ciudadanos; cuando lo natural hubiera sido un entendimiento entre las fuerzas democráticas y progresistas que apuesten por mantener el Estado del Bienestar.

En clave provincial, la pérdida de 10.000 votos son un reflejo de las causas que han operado a nivel estatal y autonómicas, acentuadas por una menor participación y mayor abstención. Una campaña electoral marcada por una caravana andaluza, adoleciendo de los mismos errores, a la que sumar el peso de la composición de una candidatura, más o menos acertada, y determinada (como es normal) por su cabeza de lista en la persona de Julio Rodríguez, con una agenda estatal que, pese a su esfuerzo y empeño mostrado, ha dificultado el desarrollo conjunto de la misma para dar respuesta a la realidad social y política almeriense.

La participación de Equo, en general, la valoramos positiva: Se ha visibilizado la ecología política y, en particular, como eje transversal programático, aunque hemos estado muy tapados y en una asimetría territorial en cuanto al grado de colaboración entre los partidos de la coalición. Durante la campaña no ha habido mucho espacio para las propuestas, y el discurso se ha centrado generalmente en los motivos para votar en detrimento de las propuestas verdes para cambio de modelo productivo. La presencia de los coportavoces federales de EQUO y, a la vez candidatos, en actos importantes de la campaña en todo el estado fue relegada prácticamente a Euskadi, etc.

En cuanto a los resultados, 2 de los 3 escaños se han obtenido en Euskadi, único territorio donde Unidos Podemos ha mejorado los resultados de diciembre, obteniendo un diputado más por Vizcaya (ganando en el feudo tradicional del PNV), y quedando el segundo por Alava a tan solo 300 votos del PSE. Sin duda cuando EQUO está en primera fila, responde y contribuye a los resultados.

En cuanto a los retos, el objetivo de conocer las causas de lo que se ha percibido como fracaso electoral, debe ser el punto de partida, buscando nuevas formas de colaboración y espacios para aglutinar las mayorías sociales necesarias para construir una alternativa mayoritaria al PP para el cambio de rumbo, en el que EQUO puede y debe aportar al proyecto .

Desde EQUO queremos agradecer a todas las personas que nos han depositado su confianza.

Seguimos.


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